La consejera de Derechos Sociales reclama al empresariado que combata el racismo
Mònica Martínez Bravo defiende en un acto en el Círculo de Economía invertir en la acogida y la inclusión laboral de los recién llegados para mejorar la economía
BarcelonaLa titular de Derechos Sociales e Inclusión de la Generalitat, Mònica Martínez Bravo, ha reclamado al empresariado catalán que siga el ejemplo de sus colegas alemanes y se unan para combatir los discursos de odio contra la inmigración. En un acto en el Círculo de Economía, la consellera ha hecho una defensa del valor de las personas migrantes, tanto en el ámbito social, porque han logrado remontar la pérdida de la población natural de Catalunya, como a nivel económico. En este sentido, ha recalcado que son necesarias políticas sociales eficientes y también una llegada ordenada de la migración, pero al mismo tiempo ha subrayado que el país debe ser capaz de proteger a los migrantes de quienes les acusan de gastar demasiado. En Alemania –ha explicado– una "alianza de treinta grandes consorcios empresariales han unido esfuerzos por concienciar a la sociedad y hacer campaña activa contra la extrema derecha y los discursos racistas". En este grupo se encuentran, entre otros, Siemens y Deutsche Bank. "Este es el tipo de compromiso que necesitamos en Catalunya", ha insistido la consellera.
En su discurso, Martínez Bravo ha afirmado que Catalunya necesita la llegada de la migración e incluso ha asegurado que es "una suerte" que sea un país "atractivo". De lo contrario, ha dicho, si no hubiera un flujo de entrada constante, habría una "crisis importante" por el envejecimiento demográfico. Con los datos en la mano, la economía catalana ha crecido un 3,8% interanual en el tercer trimestre de 2024, situándose por encima de España y también del de la Unión Europea y, además, tiene una tasa de paro en el mínimo histórico. De hecho, según las estimaciones del Banco de España, el Estado necesitaría acoger a 24 millones de migrantes en los próximos veinte años si quiere mantener el sistema de pensiones actual.
Reforzar el estado del bienestar
La jornada en la que ha participado la consellera forma parte del ciclo sobre la migración que organiza el Círculo con especialistas que debaten sobre cómo gestionar. En este capítulo relacionado con la empresa, Martínez Bravo ha afirmado que para un buen ensamblaje de la migración es imprescindible reforzar el estado del bienestar. El objetivo es que "todo el mundo" y no sólo la población que vive "en la exclusión más extrema", tenga una buena cobertura social. Si no existe esa universalización –ha avisado la consellera–, es cuando se produce el conflicto y los agravios con los que se sienten discriminados.
¿Cómo evitar estos agravios? Martínez Bravo ha afirmado que la migración necesita de inversiones para la acogida y para la inserción social. "No es un gasto, es una inversión", ha subrayado, y haciendo números ha indicado que un plan de incursión tiene un coste anual de 3.000 euros por persona, pero cuando se gana el salario mínimo durante veinte años genera retorno de 160.000 euros para las arcas públicas. "No es sólo cuestión de justicia social sino que es esencial para que la economía funcione bien", indicó.
Por su parte, el director del Círculo, Miquel Nadal, ha recogido las palabras de la consellera, y ha coincidido en la necesidad de Catalunya de tener más mano de obra extranjera, pero también ha afirmado que "si no se gestiona bien, la migración puede ser un problema.
En el mismo acto, el exconseller de Derechos Carlos Campuzano, que dio el relevo a Martínez Bravo, se mostró a favor de abrir "vías legales y seguras para el mercado laboral" y recordó que hace cincuenta años en Cataluña ya existía una gran migración de población proveniente de España. "Y nos ha funcionado bien", ha dicho.
En el mismo acto, la investigadora senior de CIDOB, Blanca Garcés, ha alertado de que dejar la gestión de la migración "sólo en el mercado, más que caos, es del laissez faire, se puede pagar muy caro porque crea "desigualdades sociales" graves y, por tanto, conflicto.
Advirtiendo que no hay modelos milagrosos ni una sola receta, Sergi Pardos-Prado, catedrático de ciencia política de la Universidad de Glasgow, ha apostado por aplicar lo que ha llamado modelo sandía: una regulación externa de los migrantes, que incorpore selección (por calificación de estudios, contratos en origen), pero una vez dentro tengan igualdad de derechos comparable a los autóctonos.