Tribunales

La jueza ordena comparar la caligrafía de Santi Laiglesia con los anónimos que recibió Helena Jubany

Las acusaciones buscan agotar todas las opciones de recoger indicios antes de ir a juicio

BarcelonaCon el principal sospechoso en prisión provisional desde hace apenas una semana, la investigación del asesinato de Helena Jubany en 2001 ha llegado a la recta final y las acusaciones buscan agotar todas las opciones para recoger indicios antes de que el caso vaya a juicio. La jueza de Sabadell que instruye la causa ha ordenado a petición de la Fiscalía que la policía haga una prueba caligráfica a Santi Laiglesia y la compare con los mensajes anónimos que recibió Jubany antes de su muerte.

A lo largo de la investigación, estos mensajes anónimos han sido motivo de informes periciales y filológicos para comparar la caligrafía y el lenguaje que se utilizaba con prácticamente todas las personas que han sido sospechosas del crimen. De hecho, estas pruebas ya habían relacionado los mensajes con el otro investigado en la causa, Xavier Jiménez. Hasta ahora, sin embargo, no se había realizado ninguna de estas pruebas en Laiglesia, a quien la familia considera el principal sospechoso del asesinato de Jubany. Ahora, para ello, le trasladarán desde la cárcel hasta el juzgado para que los especialistas en peritaje caligráfico de la Policía Nacional tomen muestras de su escritura y puedan realizar la prueba comparativa.

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La instructora también ha citado en el juzgado a cuatro testigos para repetir su declaración el miércoles de la próxima semana. Los cuatro ya habían atestiguado después de que la investigación judicial se reabriera en julio del 2020 y antes de que volviera a quedar archivada en marzo del 2021. Como se hicieron en este impasse, la Fiscalía cree que ahora podrían considerarse inválidas y ha pedido a la instructora repetirlas.

Por su parte, la familia Jubany ha pedido a la juez que cite a declarar otros dos testigos. Se trata de la titular y la trabajadora de la farmacia donde se habrían comprado las benzodiacepinas que se encontraron en la sangre de la víctima y que le habían dejado en una "situación de sueño profundo o coma", en palabras de la instructora, antes de que la arrojaran desde una azotea. En este caso, sus declaraciones se programaron para febrero del 2021, pero no llegaron a hacerse porque las testigos tenían coronavirus y, después, la causa quedó archivada.

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"Presionar" testigos

Tanto las pruebas caligráficas como las declaraciones de estos seis testigos se sumarán a los indicios que se han ido recogiendo durante años de investigación. Uno de clave son las pruebas de ADN que vinculan a Laiglesia con los restos genéticos que llevaba Jubany cuando la mataron.

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Las declaraciones de los testigos del entorno también pueden aportar nuevos indicios o detalles que aún no se hayan recogido en la causa. De hecho, uno de los argumentos con los que la juez justificó el ingreso en prisión de Laiglesia fue que podría "presionar o influir" en los testigos del caso para que declararan a su favor.

Todas las personas que han sido investigadas por el crimen y muchos testigos del caso eran compañeros de Jubany en la Unión Excursionista de Sabadell (UES), que precisamente esta semana ha decidido iniciar procedimiento para expulsar a Laiglesia. El crimen ya ha prescrito para las personas que nunca fueron investigadas judicialmente y la instructora cree que en la muerte de Jubany intervinieron "varias personas que han quedado fuera de la causa por varios motivos".