Se vuelve a aplazar la eutanasia de Noelia: el TSJC la avala pero reconoce el derecho del padre a recorrer

BarcelonaMás de un año después, Noelia deberá seguir esperando una decisión judicial para acogerse a una muerte digna aunque los tribunales consideran que tiene derecho a ella. El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha emitido una sentencia este viernes que rechaza el recurso que interpuso su padre, representado por el colectivo ultracatólico Advocats Cristians, para detener el procedimiento de eutanasia que la joven tenía autorizado por la Comisión de Garantía y Evaluación de Catalunya, que es el órgano que se encarga de valorar las peticiones. Ahora bien, aunque concluye que el caso cumple con los requisitos para acogerse a la muerte digna, el alto tribunal también reconoce el derecho de un familiar a agotar los recursos a la justicia para detener la muerte digna de un pariente, como ya se pronunció con otro caso el pasado abril.

El alto tribunal avala que la joven recurra a esta prestación, pero a la vez legitima al padre de Noelia a continuar el camino judicial para intentar frenarla hasta que haya sentencia firme, según la resolución adelantada por la Cadena SER y consultada por el ARA. Esto no supone, aclara el TSJC, que "necesariamente" el interés legítimo de los progenitores se imponga al de su hija. "Reconocer la legitimación de los padres de una persona que pide poner fin a su vida para impugnar judicialmente la resolución que acuerda ayudarle, cuando entienda que no se han seguido las exigencias más elementales del procedimiento legal, no supone en modo alguno, como consecuencia necesaria, que la decisión sea estimatoria de esa impugnación".

El padre de Noelia puede alargar el proceso mediante recursos judiciales, y Abogados Cristianos ya ha anunciado que los agotará todos hasta llegar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Ahora, la familia de la joven puede recurrir la decisión al Tribunal Supremo, que de esta forma debería dirimir sobre si los familiares de una persona que pide la eutanasia están legitimados a frenarla en los tribunales, según fuentes jurídicas. En paralelo, el Supremo aún está deliberando un caso similar, el de un hombre de 54 años, cuyo padre también logró frenar la eutanasia en los tribunales.

Noelia, de 24 años, está afectada por una paraplejía y debía recibir la eutanasia en agosto del 2024. Aunque es una persona adulta y había superado los trámites necesarios, el procedimiento de muerte digna quedó en suspenso por la intervención judicial de su padre tres días antes de que le fuera administrada. El juzgado de lo contencioso administrativo número 12 de Barcelona ya rechazó en marzo el recurso del padre contra la decisión de la Comisión de Garantía y Evaluación de Catalunya, y ahora el TSJC ha ratificado la decisión.

Cumple todos los requisitos

Los magistrados consideran que la joven tenía plenas facultades para pedir la muerte digna y que se siguieron todos los requisitos legales y médicos que establece la ley de eutanasia. Asimismo, considera que los padres y otras personas legitimadas deben poder recurrir contra la decisión, por si no se han seguido todos los requisitos. En el caso concreto, recuerda que padre e hija mantienen una relación casi diaria y que, por eso, el progenitor tiene derecho a pedir la suspensión de la eutanasia.

El tribunal también reconoce que la actuación judicial de los familiares podría retrasar la ejecución del acuerdo de eutanasia, pero "dada la irreversibilidad" de la muerte asistida es probable que se suspenda cautelarmente hasta finalizar el proceso judicial. La joven, nacida en 2000, ha tenido conductas autolesivas y ha intentado suicidarse varias veces desde la adolescencia. En octubre del 2022 se lanzó de un quinto piso, lo que le dejó graves secuelas, le provocó pérdida de autonomía y le obliga a moverse en silla de ruedas. La chica ya no puede andar porque ha perdido fuerza y ​​no tiene sensibilidad por debajo de las rodillas. Además, la medicación para apaciguar el dolor tiene muchos efectos secundarios.

Ante la juez, la joven reiteró su deseo de tener una muerte digna y denunció coacciones de su familia y de su entorno para que se echara atrás. En el juicio comparecieron una decena de testigos, sobre todo médicos de diferentes especialidades que han tratado a la chica en los últimos años, y todos avalaron la eutanasia porque quedaba acreditado que tiene las capacidades mentales para poder decidir libremente y cumple los requisitos que fija la ley: un sufrimiento físico y psíquico constante, expresado como intolerable y sin pronóstico.

Los representantes de la familia, sin embargo, argumentan que los antecedentes psiquiátricos de la joven invalidan su voluntad.