Sociedad

Barcelona aumentará las restricciones de agua "en los próximos días" por la sequía

La Generalitat pide a la ciudadanía del área metropolitana que reduzca el consumo a 90 litros por persona y día

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La ACA pide un consumo responsable también en los gimnasios.

BarcelonaUn otoño extremadamente seco y unos pantanos bajo mínimos obligan al área de Barcelona a avanzar las restricciones "en los próximos días" antes de que las reservas alcancen niveles críticos, por debajo del 16% de su capacidad. El director de la Agencia Catalana del Agua, Samuel Reyes, ha subido el tono de la gravedad de la situación y ha advertido que se han cumplido las peores previsiones y que casi con toda seguridad la próxima semana se aprobará un estado de preemergencia en el área del Ter Llobregat, un "paso de transición" al de emergencia, que se decretará a lo largo del 2023, posiblemente a mediados de diciembre para ganar tiempo. "Nos queda agua para ocho o diez meses", ha alertado en una comparecencia en el Palau de la Generalitat. En la reunión de la próxima semana de la Comisión de Sequía se decidirán el calendario y las afectaciones. "La emergencia está llamando a la puerta", enfatizó.

Ésta es la peor sequía que nunca ha vivido Catalunya desde los primeros registros de hace 100 años. Desde el ya seco otoño de 2020 se han sucedido 36 meses de déficit de lluvia, a excepción de la normalidad de la primavera de 2021 y el pasado verano. Si bien en la cuenca del Noguera Ribagorçana y en las Terres de l'Ebre sí ha habido generosas precipitaciones en los últimos meses, no han servido para aliviar la sequía, ya que en el resto del territorio apenas ha caído ni una gota. Tanto es así que en estos tres años con los registros pluviométricos bajo mínimos históricos han entrado en los pantanos de las cuencas internas hasta 300 hectómetros, menos de la mitad de los 700 hectómetros que suman de capacidad. Con estos 300 hectómetros se podrían llenar dos veces el pantano de Sau y tres el de la Baells. El problema es que en una situación normal, sin sequía, el consumo es de 1.000 hectómetros.

¿Cómo se han sustituido estos 300 hectómetros? Con el agua desalinizada producida en las plantas, que trabajan al 100% desde hace año y medio; con el agua regenerada del río Llobregat, y con la extracción de los pozos. Pero como no ha llovido, y las previsiones para el final de este otoño e invierno ya no dan esperanza alguna a grandes precipitaciones, Reyes ha afirmado que es la hora de pasar a la acción y tener más "concienciación" que el agua es un bien muy escaso. Esto se traduce en un llamamiento a la ciudadanía para que haga un uso responsable del agua y ahorre, no sólo en casa sino también en su puesto de trabajo o de ocio, como los gimnasios. "Este donde esté, hay que gastar unos 90 litros por persona y día", ha afirmado.

Reducir consumos

En el área metropolitana de Barcelona el consumo medio es de 100 litros por persona y día, una cantidad muy inferior incluso para las restricciones fijadas para el estado de emergencia, 200 litros por persona y día (aunque que aquí se incluyen varios tipos de consumos y no sólo los domésticos), pero Reyes ha indicado que conseguir reducir 10 litros por ninguna "suma" y es "una responsabilidad de todos". Esta reducción del consumo ayudaría a estirar las pocas reservas para poder llegar con mejores perspectivas en el primer trimestre del próximo año, cuando los mapas pluviométricos advierten de una "ventana húmeda" que podría dejar lluvias abundantes. Con todo, Reyes ha matizado que esta situación podría retrasarse al inicio de la primavera, repitiendo así el patrón de este 2023.

La tarea para las administraciones y empresas distribuidoras es realizar más inversiones para poner en circulación más agua pero dentro de un sistema más eficiente. En este sentido, Reyes se ha desmarcado de los cortes de suministro como gran solución, puesto que está comprobado que los consumos finales no se reducen porque la gente acumula agua llenando cubos y recipientes cuando los grifos manan. Por el contrario, el ACA apuesta por la bajada de la presión del agua, como ya está probando Agbar, así como por la regeneración y el agua subterránea. "Los municipios conectados a la red Ter-Llobregat deben hacer pozos y más tratamiento del agua regenerada para captar menos agua de los pantanos", ha pedido.

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