La paradoja de los grandes incendios: ¿qué se ha hecho de la fauna en Els Ports?
Especies en peligro, como el águila perdicera y el gato hacer, viven en el Parque Natural
BarcelonaLas horas antes de dar un incendio por controlado se hacen muy largas y angustiosas, pero es cuando se apagan las llamas que comienza una carrera de larga distancia para que vuelva a renacer vida de las cenizas. En el caso de el incendio forestal de Paüls (Baix Ebre), un tercio del suelo quemado forma parte del Parque Natural de Els Ports, una zona de alto valor ecológico. Las llamas calcinaron más de 2.360 hectáreas de zona forestal, de las que más de un millar forman parte de ese espacio protegido; un sistema con una gran biodiversidad, porque viven cientos de especies animales y vegetales. ¿A raíz de este fuego, qué se ha hecho?
A pesar de las imágenes de desolación que dejan los paisajes calcinados, especialistas del medio natural se esfuerzan en reivindicar que el futuro de estas zonas no es tan negro. Es el caso del investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) Lluís Brotons, quien afirma que "incluso los incendios grandes tienen efectos positivos para la gestión forestal e, incluso, la biodiversidad". Eso sí, puntualiza, siempre que la gravedad del fuego no eleve "el grado de emergencia" ni deban lamentarse pérdidas humanas o materiales.
Brotons explica que muchas de las especies que viven en zonas forestales salen beneficiadas de los incendios, porque "la primera vegetación que sale después del fuego es la pequeña de tipo herbáceo, sobre todo cuando existen condiciones ideales de humedad como las de este año". Precisamente, lo que buscan muchas especies es un tipo de vegetación baja que no abunda en el paisaje catalán, porque la carencia de gestión forestal hace que las zonas rurales acaben convirtiéndose en grandes áreas de bosque cerradas, oscuras, sin mosaicos ni diversidad de paisaje.
Las especies con mejores condiciones
Este novedoso sistema que se genera poco después del incendio es ideal para pequeños mamíferos herbívoros y aves que necesitan zonas no boscosas, es decir, más abiertas, para poder cazar. Es el caso de la mayoría de aves como el verdugo, el buitre e incluso especies amenazadas como el collado rubio y el águila perdicera.
El animal que seguro que saldrá beneficiado, de la reducción de masa forestal, son las serpientes, porque la mayoría de especies de esta familia necesitan zonas abiertas y bien soleadas para alimentarse. Además, hay que tener en cuenta que los reptiles en Els Ports tienen un papel importante: se concentran más del 50% de las especies presentes en toda Cataluña.
La clase de los anfibios es la que, según Brotons, queda más indiferente por el incendio porque "son animales que están muy acostumbrados a la variación de la disponibilidad de agua". Ahora bien, sí señala una amenaza muy clara para su subsistencia: "La falta de campesinado y pastos que se cuidan de la existencia de balsas en zonas rurales afecta directamente al bajón de esta población".
Los más amenazados
Ahora bien, evidentemente hay animales que no sólo reciben el impacto de la calcinación de su hábitat, sino que además les hace difícil la supervivencia desde el día siguiente de la extinción del incendio. del sistema forestal "puede aportar beneficios mucho más importantes, incluso la reducción de la posibilidad de volver a sufrir un incendio igual o de alcance superior". poblaciones: las grandes aves que suelen habitar en grandes árboles es posible que busquen otras zonas próximas, mientras que las que necesitan vegetación baja repoblarán la zona calcinada. se irán mucho más lejos a reconstruirlos".
En cuanto a los mamíferos, la especie que podría verse "un poco perjudicada por temas de hábitat" sería el gato hacer: "Aun así, a menudo prefiere zonas mosaico para cazar". Esto significa que la reducción del bosque podría ser un elemento positivo. Otro tipo de fauna que también sale perjudicada es aquella que tiene una movilidad reducida, como los invertebrados con caparazón. Por ejemplo, los caracoles, los moluscos terrestres y las tortugas. Ahora bien, Brotons puntualiza que estos tipos de animales con caparazón a menudo pueden esconderse bajo tierra y, por tanto, sobrevivir a las llamas de un incendio.
Reducir la densidad forestal
Brotons no es el único que sustenta la tesis de que los grandes incendios pueden ser beneficiosos para la biodiversidad. También existen entidades, como la Fundación Pau Costa, nacida de un equipo de analistas de incendios del Grupo de Actuaciones Forestales (GRAF) de los Bomberos, que defienden las llamadas cremas prescritas: es decir, provocar pequeños fuegos controlados como una herramienta de gestión forestal.
El objetivo de estos incendios orquestados es reducir la vegetación más joven para restar densidad en los bosques, ganar claros de luz y proteger la vegetación madura que rivaliza con otros ejemplares más jóvenes. "El problema de los bosques catalanes es que, a raíz del abandono de los campos, se acumula demasiado forestal sin que haya una regeneración de la vegetación", señala.
Brotons también defiende que es una herramienta más para reducir el riesgo de incendios, junto con la actividad rural sostenible y el pasto de animales domésticos o salvajes, como los pájaros carpinteros y el urogallo. El experto, además, menciona la paradoja de la extinción: "Cuanto más fuegos apagas, mayor riesgo hay que haya uno muy grande".