El Tram, sin cables: así funcionará la nueva catenaria enterrada
La infraestructura es pionera en el Estado y va acompañada de fuertes medidas de seguridad para no provocar descargas
BarcelonaTener un tranvía sin cableado aéreo será pronto una realidad en Barcelona. El nuevo trazado del tranvía que pasará por la Diagonal funcionará con una catenaria enterrada y será pionero en el Estado. Es decir, la electricidad que nutrirá este nuevo transporte no llegará por el techo, sino que saldrá del suelo. Se trata de un sistema que todavía no se ha implantado en ninguna ciudad española y que sólo tienen en marcha algunas ciudades europeas como Reims o Burdeos, en Francia.
Esta innovadora infraestructura se ha empezado a desplegar en Barcelona y ya está instalada en más de la mitad del recorrido. El objetivo, según explica el ingeniero jefe del Ayuntamiento, Oriol Altisench, es minimizar el impacto visual y paisajístico de los cables en la ciudad. "Nos decidimos por esta opción en este tramo porque éramos conscientes de que atravesábamos una zona delicada de la ciudad desde el punto de vista monumental", argumenta. Altisench recuerda que las catenarias convencionales quedan "escondidas" en la trama urbana cuando el recorrido es recto "porque los palos quedan alineados con los árboles", pero que suponen un espectáculo de cables cruzados en el momento en que deben atravesar rotondas, cruces o plazas. En cambio, la catenaria enterrada es, a los ojos de los ciudadanos, una especie de tercer raíl, que va situado en medio de ambas vías.
Así, para eliminar los cables de la ecuación los ingenieros valoraron dos opciones: alimentar a los trenes con baterías (un sistema que se utiliza, por ejemplo, en los tranvías de Zaragoza) o bien hacerlo a través del suelo. El Ayuntamiento y la Autoridad Metropolitana del Transporte (ATM) acordaron sacar adelante la segunda opción, porque poner baterías en todos los convoyes no era viable: "Tenemos una flota muy nueva y que tiene toda la maquinaria en el techo para ser accesibles a pie de calle –argumenta el ingeniero–. Por eso, añadir las baterías, que también van en el techo, nos habría obligado a reforzar el chasis de gran parte de la flota, para hacerla más segura”.
La opción de poner la fuente de alimentación en el suelo, sin embargo, también tiene sus contras. En enero del pasado año el Ayuntamiento tuvo que aprobar una partida extraordinaria de 4,2 millones de euros adicionales por el encarecimiento de los materiales de la catenaria enterrada, que inicialmente debía costar 8,6 millones. "Valía la pena el esfuerzo", asegura Altisench, quien explica que el coste se divide en dos partes iguales, que se pagarán a medias entre el Ayuntamiento y el ATM.
Como un Scalextric, pero más seguro
Y si la electricidad va por el suelo, ¿cómo es que no nos electrocutamos si pasamos por encima de las vías a pie, en bici, en moto o en coche? "La corriente sólo se activa en una superficie de 8 metros y sólo cuando el Tram pasa por encima", explica Lluís Alegre, responsable del Área de Movilidad de la ATM, que detalla que un convoy del Tram mide 32 metros de largo y, por tanto, el tren cubre totalmente la parte eléctrica en marcha. "Funciona como un enchufe, que necesita dos partes: si tren y catenaria no entran en contacto, la catenaria no desprende electricidad", precisa. Altisench también pone un ejemplo muy gráfico: "Es como un Scalextric, pero con muchísimas más medidas de seguridad", resume.
¿Y qué ocurre si llueve y la catenaria de tierra entra en contacto con el agua en algún punto? Todo el sistema está dotado de unos desagües para evitarlo, pero si fallan y la catenaria se moja, el sistema provocaría un cortocircuito para detenerse y garantizar la seguridad de los peatones y demás vehículos. "Si esto ocurriera tampoco te electrocutarías y el tranvía ni siquiera se pararía –asegura Alegre–, porque la inercia le seguiría empujando hasta el próximo punto de la catenaria", dice el responsable de la ATM.
De hecho, el sistema cuenta con estaciones transformadoras mucho más sensibles que las habituales, apuntan los técnicos consultados. "Si es necesario, podrían detener el suministro de electricidad en cuestión de milisegundos", detalla Alegre. Otra ventaja es que el sistema de alimentación por el suelo también puede compatibilizarse con las catenarias convencionales. Lo cierto es que ambos sistemas (electricidad por tierra y por cables elevados) convivirán y los convoyes sólo tendrán que desplegar o replegar el pantógrafo para pasar de un sistema a otro. Irán con uno de los dos sistemas hasta la estación donde sea necesario realizar el cambio y, una vez en la parada, harán el cambio de pantógrafo si procede. "Es una maniobra sencilla y controladísima que se puede hacer en pocos segundos mientras los usuarios suben y bajan del tranvía", detalla Alegre.
La previsión es que la obra de conexión con la catenaria enterrada esté terminada según marca el calendario y que las primeras pruebas con trenes en marcha se puedan hacer ya durante el primer trimestre del próximo año, probablemente en primavera.