La muerte en las residencias cae un 80% después de un año de vacunación

Las 7.879 defunciones con covid de 2020 se redujeron a 1.454 el año pasado

GironaEl covid sigue causando estragos en las residencias de gente mayor, pero ahora con unas incidencias muy alejadas de las registradas el primer año de pandemia, cuando no había vacunas. En 2021 se contaron 1.454 usuarios muertos con covid, mientras que entre marzo y diciembre del 2020 se llegó a las 7.879 defunciones. Esto significa que en un año se murieron un 81% menos de residentes que en diez meses de 2020. Una caída que también se ha reflejado en el número de casos: si en 2020 se contagiaron 27.394 residentes, en 2021 sumaron 10.437 (-62%); a pesar de que hay dos meses menos de datos.

“Es gracias únicamente a las vacunas que se ha conseguido reducir la mortalidad y el número de casos”, certifica el epidemiólogo y pediatra Quique Bassat. “Incluso cuando se aplicaban las medidas y las restricciones más estrictas, con EPIs y salidas y visitas prohibidas, no se pudo evitar que entrara el virus en las residencias y que provocara muchas muertes. Solo con la vacuna se empezó a ver un descenso en la mortalidad”, recalca el investigador Icrea del instituto ISGlobal. 

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De hecho, el porcentaje de residentes con covid que morían cambió de un año para el otro: si en 2020 traspasaron el 30% de los contagiados, en 2021 la cifra se redujo hasta el 13%. 

Una pesadilla terrible

Si se analiza el registro mensual, el número más elevado de casos y defunciones se detectó, de largo, en abril de 2020, con 11.113 infectados y 4.304 traspasos –es decir, cada día 143 personas murieron de media a las residencias–. Por el contrario, el mes que menos positivos se anotaron fue el junio del 2021 (58), y la cantidad más baja de defunciones se contabilizó en noviembre del año pasado (11).

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“El 2020 fue una pesadilla total –lamenta la presidenta de la Asociación Catalana de Recursos Asistenciales (ACRA), Cinta Pascual–. Faltaban recursos, faltaba información y no teníamos vacunas. Cada vez que había covid, había mortalidad, y siempre era muy difícil y muy duro de llevar”. Una opinión parecida a la que expresa el presidente de la Unión de Pequeñas y Medianas Residencias (Upimir), Vicente Botella. “Venimos de un histórico terrible: veíamos gente que moría en 48 horas con una asistencia a veces más que dudosa y sin medios”, recuerda. Los dos responsables coinciden en que la vacuna ha “cambiado” la vida en los centros: “No evita todos los contagios, pero es una maravilla porque la mortalidad ha bajado muchísimo”, asegura Pascual.

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Ahora bien, las residencias no son inmunes a la incidencia del covid-19 entre la población general y, cuando a principios del verano del 2021 en toda Catalunya estallaron los contagios, también se reflejó en los centros de gente mayor: se pasó de 58 positivos en junio a 1.824 en julio y 962 en agosto. Y aumentó del mismo modo la mortalidad (de 15 personas muertas en junio a 127 y 189 los dos meses siguientes). 

A mediados de septiembre, el departamento de Salud empezó a inyectar la tercera dosis a los residentes y actualmente más del 90% ya la ha recibido. “Nosotros, en julio, vimos que algo pasaba, porque había más ingresos y más mortalidad, y veíamos que la inmunidad estaba por los suelos”, recuerda la presidenta de ACRA, que también asegura que, con la tercera vacuna, lo han “notado mucho”. 

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El 60% de los centros, con algún caso de covid

A pesar de esto, la variante ómicron –que es mucho más transmisible– ha hecho aumentar la incidencia en las residencias en las últimas semanas. Después de una tregua en octubre, en noviembre el virus cogió impulso hasta cerrar en diciembre con 1.823 contagiados y 66 usuarios muertos, unas cifras que no se registraban desde julio. Y los inicios de enero son peores: solo en una semana, entre el 4 y el 10 de enero, se han detectado 1.382 positivos en las residencias –casi la misma cifra que en todo el mes de diciembre– y 23 defunciones. 

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“El problema también son las bajas laborales que provoca la ómicron: tenemos entre el 25% y el 30% de la plantilla de baja, y esto es muchísimo”, señala Botella. El director de Upimir expone que tienen muchas dificultades para encontrar sustitutos para solo diez días, pero que sobre todo le pesa para los usuarios: cuando un centro se tipifica como rojo, se prohíben las salidas y las visitas. “Las familias sufren porque no pueden ver a sus familiares, y ya son muchos meses. La gente tiene derecho a vivir los últimos años de su vida como le dé la gana”, subraya. 

En este sentido, su homóloga en ACRA añade que ahora los centros vuelven a estar “muy tensionados”. “Por Navidad y Fin de Año mucha gente ha salido, se ha contagiado y ahora tenemos que hacer aislamientos, y tenemos mucha falta de personal. Tienes la sensación de que no se acaba nunca y hay mucho cansancio”, admite. 

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El departamento de Salud envía una vez a la semana la actualización de los contagios a los centros residenciales. Según el último informe, de este miércoles, hay un 60% de residencias que tienen al menos un caso de covid. Concretamente, un 25% están tipificadas como centros rojos –es decir, tienen varios casos y un brote activo– y un 34% como naranjas –los contagios están controlados–. El resto, el 40%, no tienen ningún positivo.