Religión

Mujeres llevando a Cristo y jóvenes a primera fila: el 'milagro' de la procesión de Pineda de Mar

La cofradía del barrio de Poblenou, que celebra 40 años y suma más de 300 socios, organiza cada Viernes Santo una procesión multitudinaria

GeronaPor Semana Santa, las calles de Pineda de Mar, en el Maresme, se llenan a tope para seguir una de las procesiones que despiertan más devoción y entusiasmo de toda Cataluña. Pasa al barrio de Poblenou, apartado del casco histórico del municipio, donde viven muchas familias de clase trabajadora, que, por las fiestas de Pascua, cada año salen a las calles y balcones para seguir con silencio, aplauso y emoción los pasos de Cristo y la Virgen María. Organiza la procesión la cofradía de Poblenou, vinculada a la parroquia del barrio, que este año celebra sus cuarenta años de vida, en un momento de máximo esplendor: lejos de decaer y perder fieles, la cofradía no deja de crecer, sobre todo después de la pandemia, y suma más de 300 socios de todas las de esta festividad.

"En este barrio somos gente humilde, y la fe nos mueve. Hay quien participa por devoción, otros por el sentimiento de comunidad. Cada uno lo vive a su manera, y eso es lo más bonito", explica María José Sánchez, presidenta de la cofradía, que también señala que muchos vecinos que no son creyentes disfrutan: viene a ver la procesión porque forma parte de nuestra cultura y es muy importante no olvidar de dónde venimos".

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Vencer prejuicios

En la cofradía de Poblenou la liturgia de Semana Santa comienza el Miércoles Santo, cuando las imágenes se trasladan desde la parroquia hasta el interior la iglesia de San Juan Bautista, pero es el Viernes Santo cuando llega el gran día y sale toda la procesión a la calle, acompañada de la banda musical de Cerdanyola. desfilan tres imágenes icónicas: Cristo Nazareno —que, desde que llegó a la cofradía, como rasgo distintivo que enorgullece el barrio, decidieron cargarlo sólo las mujeres—, la Virgen de los Dolores y Cristo Jacent. cualquiera y eso es un símbolo muy potente", argumenta Sánchez.

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Pese a los prejuicios que achacan a las procesiones ya las parroquias un ambiente arcaico y pasado de moda, la cofradía de Poblenou pervive con mucha fuerza porque ha logrado conectar con las nuevas generaciones. Noelia Pérez, de 24 años, vecina del barrio, por ejemplo, es una de las más implicadas. Hace 9 años que participa, empezó trayendo las almohadas, las coronas de pinchos y pequeños estandartes con otros niños y ahora ya lleva el paso del Nazareno con el resto de mujeres de la comitiva: "De pequeña mis padres no me hablaban de las procesiones, pero mi tía me acompañaba, llevábamos mis es, sentir algo, una fe difícil de contar en palabras, ligada a esa liturgia", dice Pérez. Y sigue: "Entonces empecé a ir con mi prima y ahora es para mí como una segunda familia".

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Pérez también resalta que, pese a la idea bastante extendida de que la juventud ha perdido el interés por estas tradiciones tan antiguas, a su alrededor hay muchos jóvenes y niños que forman parte de parroquias y cofradías: "En la cofradía de Poblenou hay mucha gente joven, y en las de los pueblos de alrededor, nunca y saben de qué va, les animaría a venir y, si les toca de una forma u otra lo que ven, entonces que se apunten con nosotros".