Vivienda

"No todo el mundo debe poder vivir en plaza Catalunya"

El IEC y el ARA organizan una jornada para encontrar nuevas soluciones a la problemática de la vivienda

BarcelonaLa vivienda es un problema que existe en nuestra sociedad: si no la sufres tú, la padecen tus hijos, tus sobrinos o tus vecinos. Con esta idea el ARA y el Instituto de Estudios Catalanes (IEC) han querido abordar una de las cuestiones que más preocupan a los ciudadanos y de la que más respuestas y soluciones se piden a los gobiernos. Vivienda: las soluciones técnicamente posibles. ¿Es la hora de construir nuevas ciudades desde cero?. Unas soluciones que, tal y como explican el geógrafo y miembro del IEC Josep Vicent Boira y el arquitecto y también miembro del IEC Ferran Sagarra, deben pasar, sobre todo, por dejar de planificar el urbanismo desde una perspectiva municipal y empezar a encontrar soluciones a escala metropolitana. En un acto moderado por la subdirectora del ARA Carla Turró, el geógrafo y el arquitecto han intentado encontrar –pero también descartar– posibles respuestas al problema de la vivienda que vive Cataluña, pero también muchos de los países de Europa.

Antes de plantear soluciones, es necesario realizar un buen diagnóstico de la situación. "El problema en España en general y en Catalunya en particular es que en el sector de la vivienda se ha instaurado una mentalidad de rentista", apunta Sagarra, poniendo sobre la mesa el hecho de que "si eres rentista pagas menos impuestos y menos tributaciones que si tienes una empresa o si eres un asalariado". En este sentido, el arquitecto critica que en estos momentos "el mercado de la vivienda está hecho por quienes lo ven como un negocio y no como un servicio". Es precisamente por este motivo que Boira ha querido insistir en que "el mercado no va a proporcionar nunca la solución" al problema de la vivienda, ya que es un "tema estructural, mucho más complejo que una situación coyuntural que dependa sólo de la oferta y la demanda".

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Ante este escenario, ambos expertos advierten que la solución no puede pasar únicamente por construir nueva vivienda, sino que, al ser un problema estructural, hay que tener en cuenta varias variables. "Solucionarlo haciendo nuevas ciudades es muy complicado. No es sólo hacer vivienda, es hacer puestos de trabajo, transportes y conexiones y lo difícil: hacer sociedad y ciudadanía", ha reiterado Sagarra.

¿Construir es una solución?

Ahora bien, aunque Sagarra y Boira descartan la opción de realizar nuevas ciudades, tampoco les convencen las propuestas actuales para ampliar las ya existentes. En varias ocasiones, para grandes ciudades como Barcelona, ​​se han planteado soluciones a la vivienda más imaginativas como, por ejemplo, optar por la construcción vertical. Es decir, apostar por hacer más altos los edificios existentes para ampliar el parque de vivienda disponible. Una opción que Boira destaca que funcionó con Benidorm que "es una ciudad con mala fama, pero que desde el punto de vista ambiental es sostenible". Ahora bien, Sagarra asegura que ésta no es una solución realista para la capital catalana: "Si en Barcelona se construyeran 200.000 pisos nuevos, la ciudad ya sería irrespirable. Debemos entender que no todo el mundo debe poder vivir en plaza Catalunya".

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Teniendo en cuenta esta incapacidad para crecer de manera sostenible, la solución debe ser compartida. "Hay que introducir la escalera metropolitana en la gestión del sol", apuesta Boira. Es decir, no trabajar para que cada municipio resuelva sus propios problemas con la vivienda dentro de su término municipal, sino que "el suelo que se dedica a la vivienda sea mancomunado". Y en esta gestión compartida de los terrenos habitables y construibles hay que buscar una estrategia para descongestionar las grandes urbes y, aunque haya voces críticas al respecto, aceptar que quizás hay algunas poblaciones que, como apunta Sagarra, "habrá que densificar".

"Es evidente que los modelos de baja densidad son perjudiciales para el carácter mediterráneo y por nuestro territorio, por eso habría que limitar la baja densidad de algunas urbanizaciones", coincide Boira. En este sentido, ambos ponentes han puesto sobre la mesa la necesidad de tener en cuenta la turistificación en esta estrategia, pero no comparten el cómo. "Se pone en el mismo saco apartamentos turísticos y segundas residencias y son aspectos que es importante no confundir", defiende Boira. "Parece que la solución sea poner un impuesto a las segundas residencias y eso no es así. Si se hace este tipo de política, la desafección hacia los regímenes democráticos será aún peor y será un caldo de cultivo para que la clase media vire hacia la extrema derecha", advierte. En cambio, Sagarra es taxativo: "Hay que poner impuestos a la gente que compra vivienda cuando no es residente de un sitio. Si compras una casa donde no vas a vivir, eso debe salirte más caro".

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Sea como fuere, tanto Niebla como Sagarra han dejado muy claro que es imposible gestionar el problema de la vivienda sin tener en cuenta la segregación espacial, las desigualdades o qué soluciones se dan a los jóvenes. De hecho, han recordado cómo estos últimos y sus familias con hijos pequeños son los que más están debiendo huir de grandes ciudades como Barcelona. Por este motivo, ambos han insistido en que es necesario apostar por una buena política de movilidad. "No podemos esperar a que la gente vaya a vivir a veinte kilómetros de Barcelona si no resolvemos el tema de la movilidad", ha reiterado el arquitecto del IEC.