El ocio nocturno, en huelga de hambre para poder reabrir

Las discotecas consideran que son espacios seguros y que pueden mantener más controles que los que hay en las calles y durante los botellones

Joana Garreta Passola
y Joana Garreta Passola

BarcelonaUnas sesenta personas del sector del ocio nocturno se han concentrado este miércoles por la tarde en la Plaça Sant Jaume de Barcelona para reivindicar la reapertura de los locales. Con esta concentración se ha dado el pistoletazo de salida a la acampada y la huelga de hambre indefinidas que han iniciado con la intención de conseguir reunirse con la conselleria de Salud y fijar una fecha para retomar la actividad. Una veintena de personas se quedarán en la acampada y media docena seguirán la huelga de hambre.

“No somos culpables de nada, lo único que queremos es trabajar”, ha manifestado el gerente de La Farra de Llinars del Vallès, Jordi Ambrós. El sector pide que Argimon “se reúna” con ellos y que se “defina claramente un calendario de apertura”, según ha explicado el secretario general del gremio de Discotecas de Barcelona y Provincias, Ramon Mas Espinalt.

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Con este objetivo, Laura Garcia, de la plataforma Som Oci Nocturn, se ha sumado a la huelga de hambre. “Después de tanto de tiempo de incertidumbres, de restricciones y de no poder recuperar nuestra vida, emocionalmente estamos rotos”, ha manifestado.

El sector considera que “con el nivel de vacunación” actual y el que se logrará este mes de septiembre es “el momento de que el ocio nocturno se vuelva a abrir con un calendario definido”, ha explicado Mas. Ha asegurado que están dispuestos a “negociar”, por ejemplo abrir con un “50% de aforo”. Además, quieren abrir restringiendo la entrada “utilizando el pasaporte covid” para garantizar que todo el mundo que accede está “seguro”. Ambrós también aceptaría, por ejemplo, cerrar a las tres a cambio de poder trabajar, puesto que tienen “deudas” y “problemas”, pero tener que cerrar a las doce y media no les soluciona nada: “Muchos locales a esta hora todavía no están ni abiertos”.

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Los manifestantes han condenado las imágenes de los botellones de las últimas semanas. Mas opina que, mientras “en la calle nadie pide nada”, ellos podrían tener un “control” de qué pasa dentro de los locales. Y el vocal de la Federació Catalana d'Oci Nocturn y del Gremio de Hostelería de Sitges y presidente de la Asociación de Bares Musicales de la calle del Pecat, Damià Orts, ha recordado que las tres pruebas que se hicieron en espacios cerrados, en el Apolo, en el Palau Sant Jordi y en Sitges “salieron bien”, pero “no han servido para nada”. Hay que recordar, sin embargo, que en ese momento la variante delta no estaba extendida como lo está ahora.

Las subvenciones que da la administración están funcionando “bien”, ha explicado Ambrós, pero no llegan a cubrir todos los gastos que tienen. Ha relatado que por ahora los locales pagan “como mínimo 1.000 o 1.500 euros de corriente y 2.000 de alquiler” y que la subvención recibida después de “seis meses” de “8.000 euros” no les sirve.