Piden cuadruplicar la inversión en investigación educativa para vincular más la investigación y las escuelas
Un manifiesto impulsado por la Fundació Bofill reclama aprovechar más y mejor las evidencias científicas para hacer políticas educativas
Hace diez años una investigación financiada por el ministerio de Ciencia e Innovación analizó si los modelos pedagógicos de las escuelas rurales, en las que las aulas son multinivel y se mezclan los alumnos tengan la edad que tengan, son transferibles a otros tipos de centros. Las conclusiones del estudio apuntaban que sí era posible, a pesar de que con matices y con algunas dificultades. Aún así, en la práctica la mayoría de centros educativos del Estado siguen separando por clases según la edad de los alumnos. Algunos se han atrevido a dar el paso en plena pandemia como solución de urgencia para bajar las ratios, pero, a pesar de la satisfacción general, falta por ver si esta práctica educativa ha llegado para quedarse. Este es solo un ejemplo de la gran desconexión que hay entre la investigación en educación y la aplicación práctica y que más de 150 expertos piden revertir. En el manifiesto "Más investigación para mejor educación. Conectemos la política con las evidencias"reclaman al Govern y al Parlament que del 0,27% de inversión actual en investigación educativa se pase al 1% del presupuesto del departamento de Educación y así se pueda mejorar el sistema educativo desde la evidencia científica. Es decir, que los 14 millones de euros en I+D en educación, una "cifra ridícula" según los impulsores, crezcan hasta los 56 millones en 4 años. Para comparar, la inversión que el departamento de Salud destina a la investigación supone el 3,2% de su presupuesto.
"Se aprovechan muy poco las evidencias que tenemos de lo que funciona en educación", ha expresado Núria Comas, coordinadora de la iniciativa, impulsada desde la Fundació Jaume Bofill. Este desperdicio, dicen, es una pérdida de oportunidades para ganar en equidad y calidad educativas. Para conseguir que las evidencias científicas "tengan un papel decisivo en la recuperación y el abordaje de las desigualdades educativas", reclaman más inversión para los grupos de investigación que ya existen y nuevas líneas de financiación estable para investigar. Actualmente hay unos 80 grupos de investigación en el ámbito educativo, un capital "importantísimo" la producción del cual no se transfiere al Govern ni a los centros educativos, según ha afirmado Josep Maria Vilalta, coautor del estudio y secretario ejecutivo de la Associació Catalana d'Universitats Públiques (ACUP).
Transparencia y acceso a los datos
El manifiesto no solo pide más dinero sino también más transparencia y acceso a los datos. Xavier Bonal, investigador en educación y catedrático de sociología en la UAB, ha puesto ejemplos concretos: "Tenemos el dato de abandono escolar en Catalunya pero no sabemos dónde se produce más este abandono ni en qué centros. Tampoco tenemos los datos por municipios de cómo afectará la caída demográfica en cada territorio".
Además, también proponen reforzar la evaluación de las políticas públicas, una cultura bastante escasa en Catalunya, según han denunciado. Por eso piden activar la Agència d'Avaluació i Prospectiva de l'Educació, un organismo que está previsto en la ley de educación de Catalunya, pero el despliegue de esta ley "está parado desde hace una década", y modificar los criterios de la Agència de Qualitat Universitària para incentivar la investigación hecha en colaboración entre universidades y docentes. "Afinaríamos mucho más", ha afirmado Pilar Gargallo, presidenta de la Federació de Moviments de Renovació Pedagògica, si los maestros y profesores trabajaran conjuntamente con los investigadores universitarios.
Desde la Fundació Bofill también han lamentado que uno de los pocos proyectos creados para ayudar a transferir todo el conocimiento de la investigación a los centros educativos no se ha desplegado. Hace un año y medio, el departamento de Educación, Ivàlua y Bofill hicieron un llamamiento para encontrar 20 escuelas que quisieran unirse a un grupo de investigación para implementar en las aulas lo que ya está contrastado que funciona en educación. "No sabemos por qué no se ha salido adelante. Primero se dijo que era por el covid, pero es un síntoma de que la investigación en educación no forma parte de las políticas públicas en Catalunya", ha afirmado el director de la Fundació, Ismael Palacín.