Piden prisión permanente revisable para el hombre que grabó a su pareja mientras la dejaba morir de diabetes

La Fiscalía lo acusa de maltratarla durante los cuatro meses de relación

Ara

BarcelonaLa Fiscalía y la acusación particular piden prisión permanente revisable para un hombre que grabó a su pareja mientras moría agonizando durante cinco horas por una subida de azúcar provocada por la diabetes. Según los escritos de acusación, avanzados por El Periódico y a los que ha tenido acceso la ACN, a pesar de ser consciente de lo que le pasaba –él también es diabético y ella suplicaba ayuda–, en ningún momento avisó a los servicios de emergencias ni intentó salvarle la vida. De hecho, el acusado solo simuló que la ayudaba cuando temió que, si moría, la primera persona a la que investigarían sería él. Con la intención de montarse una coartada, el acusado –que la maltrataba reiteradamente– se grabó haciendo ver que la ayudaba. En los vídeos, sin embargo, se puede ver la cara y el cuerpo de la víctima cada vez más débil y suplicando ayuda.

Los hechos tuvieron lugar en junio de 2019 en el piso donde vivía la víctima, en Viladecans (Baix Llobregat). El acusado, de 49 años, empezó a salir con la víctima, de 42, hacia febrero o marzo del mismo año, es decir, unos cinco meses antes de los hechos. Desde que iniciaron la relación, se mostró celoso y posesivo: la controlaba, le recriminaba públicamente que hablara con otros hombres, la insultaba y montaba escándalos en público y en privado muy a menudo. Las agresiones físicas y psicológicas se repetían y acabaron generando en la víctima un sentimiento de inferioridad y ambivalencia emocional (sentimientos contradictorios) hacia el acusado.

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Este sentimiento de vergüenza que le había generado su relación hizo que cuando su estado de salud se agravó debido a la subida de azúcar no avisara a sus familiares, sino que llamó varias veces al acusado entre las 21.30 y las 22.45 horas para pedirle ayuda. Cuando el hombre accedió al domicilio de la víctima, hacia las 22.50 horas, supo rápidamente que la mujer sufría una subida de azúcar: por el mareo generalizado, la frecuencia respiratoria progresivamente acelerada, con fatiga y profunda, falta de control de esfínteres, sudor, falta de articulación motora, dificultad para hablar y sed constante. Pero, aún así, no hizo nada para ayudarla.

El acusado no le hizo ningún control de azúcar con el glucómetro ni llamó a los servicios de emergencias a pesar de que sabía cómo revertir la situación, puesto que él también es diabético. Por eso, las acusaciones recriminan que no hizo nada para salvarle la vida, sino que asistió "impasible" a un deterioro evidente de la víctima, que se quedó sin fuerzas y después semiinconsciente. Finalmente, la hiperglucemia le provocó la muerte.

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15 fragmentos de vídeo

Según el escrito, el hombre consiguió aislarla de otras personas a las que podría haber pedido ayuda cuando su estado de salud se vio comprometido. Pero la víctima tenía tanto miedo de su pareja, continúa, que después de la última agresión física, y totalmente avergonzada por las señales en su cuerpo que hacían sospechar a su entorno que la maltrataba, dejó de ir a trabajar al bar que regentaba, se encerró en casa sin hablar con casi nadie y se despreocupó de su propia alimentación así como de los cuidados adecuados de su diabetes tipo 1 que sufría desde hacía tiempo. También consumió cocaína.

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Asustado por la posibilidad de que lo investigaran si moría, el hombre grabó con su móvil 15 fragmentos de vídeo, "convenientemente seleccionados", en los que aparentemente se lo ve dispuesto a ayudar a la víctima. Los vídeos se hicieron sin el consentimiento ni asentimiento de la víctima, y "con absoluta desconsideración respecto a su intimidad". Además, insisten las acusaciones, en las imágenes queda claro que sus actuaciones eran "innocuas" y que no hizo nada para revertir la situación.

El acusado fue arrestado tres meses después de la muerte de la mujer y desde entonces está en prisión preventiva. La Fiscalía y la acusación particular lo acusan de cuatro delitos de maltratos: uno de maltrato habitual, uno contra la intimidad y uno de asesinato por omisión con ensañamiento y contra persona vulnerable por razón de enfermedad, con el agravante de motivación de género y parentesco. Por todo esto, las acusaciones piden la prisión permanente revisable por el asesinato, más siete años de prisión y 17 años de prohibición de llevar armas por los delitos de maltrato, y cuatro años de prisión por el delito contra la intimidad.

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Las acusaciones también le piden varios años de libertad vigilada y prohibición de aproximación o comunicación con el entorno de la víctima cuando haya salido de prisión. Además, tendría que pagar 7.920 euros de multa y 710.000 euros de indemnización al hijo, la ex pareja, la madre y un hermano de la víctima. El juicio se celebrará con jurado popular en la Audiencia de Barcelona.