Medio ambiente

Piden prohibir las motos de agua en Llançà: "Es un descontrol"

El Ayuntamiento apuesta por regular y controlar el uso para favorecer la convivencia de todos los usuarios

GironaImpedir que las motos de agua puedan acceder a la bahía de Llançà y hasta al Cap Ras. Es el objetivo de la campaña que ha puesto en marcha la asociación Som Mar después de que, en los últimos años, haya crecido el número de usuarios de este tipo de embarcaciones. “Hacen mucho ruido y es un descontrol: muchas entran hasta la arena a toda velocidad, con el peligro que esto supone. Como es difícil hacer que cumplan las normas, pedimos que se prohíban”, resume la presidenta de la entidad, Xènia Ros. Por el contrario, Àlex Ferro, el propietario de JetSki Llançà, que es el único establecimiento que alquila motos de agua entre Roses y Francia, defiende que ellos solo ofrecen salidas con monitor y que “siempre” respetan el reglamento. “En nueve años no hemos tenido nunca ningún accidente, ni ningún susto ni ningún problema con nadie”, recalca. El Ayuntamiento, por su parte, apuesta porque se regule el uso para garantizar “un equilibrio y una convivencia respetuosa” entre usuarios y embarcaciones.

Desde la entidad naturalista argumentan que en Llançà los visitantes mayoritariamente “son familias y personas que buscan tranquilidad, y un turismo más sostenible y respetuoso con el entorno” y creen que las motos de agua son una fuente de contaminación acústica. “El ruido no solo molesta a las personas, también a la fauna marina, sobre todo a especies como los cetáceos, que quedan muy afectados. No es una práctica respetuosa con el entorno”, afirma Ros. Dicen que el problema no es una empresa concreta, sino algunos usuarios, la mayoría de los cuales provienen de Francia: “Allí tienen más restricciones y aquí pueden hacer lo que quieren porque nunca hay policía controlando nada”. “Si se hiciera cumplir la normativa a todo el mundo, sería otra cosa. Pero, si no hay policía vigilante, regularlo es como una fantasía”, critica Ros. Por eso Som Mar ha empezado una recogida de firmas para pedir que se prohíba la entrada de este tipo de embarcaciones en la costa de Llançà.

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Práctica "controlada y regulada"

“Parecemos delincuentes, cuando no lo somos”, lamenta el propietario de JetSki Llançà. En este establecimiento tienen cuatro motos para alquilar y la del monitor. "No alquilamos nunca por libre, aunque sea un capitán de yate. Y, si alguien no respeta las normas, le apagamos la moto", subraya el joven, que hace nueve años que regenta el negocio. Ellos ofrecen dos tipologías de salidas, siempre bajo supervisión: excursiones o dar vueltas en un circuito, situado en medio del mar, lejos del litoral. “Todas las motos tienen un GPS y un sistema incorporado que permite controlarlas totalmente: el motor se para si salen del límite del circuito, si corren demasiado o si se acercan a otra embarcación”, asegura.

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Ferro no entiende la campaña puesta en marcha por la entidad, porque sostiene que nunca han tenido ningún conflicto en el pueblo. “Tenemos clientes de entre 6 y 80 años que solo vienen a disfrutar del entorno. Y no entiendo que las motos les molesten y que, en cambio, los yates y las lanchas no hagan ruido”, reprocha. El empresario cree que el problema surgió cuando un cambio de normativa permitió que cualquier persona con licencia de navegación, que se obtiene después de un día de formación, pueda alquilar motos de agua y embarcaciones de menos de seis metros de eslora. "Es esto lo que provoca que haya gente navegante que no conoce ni respeta ninguna norma. Pero nosotros sí que las cumplimos todas”, insiste. 

Desde el Ayuntamiento, la alcaldesa Núria Escarpanter señala que las motos de agua “no son un conflicto muy grande” en el municipio, pero sí que se han encontrado con usuarios de kayak y bañistas que lamentan el ruido que hacen o que sufren porque les pasan por el lado muy rápido. Sin embargo, Escarpanter expone que no tienen competencias para regular el uso, pero afirma que lo pedirán. “No estamos en contra de las motos acuáticas ni de las embarcaciones. Defendemos que todo el mundo pueda disfrutar del mar y que todo el mundo cumpla las normas. Tenemos que ser capaces de buscar un equilibrio para que no sea un problema”, resalta la alcaldesa.