Salud

Menores adictos a los psicofármacos y trabajadores sin formación en salud mental en los centros de justicia juvenil

Salut i Justícia acuerdan mejorar la atención de estos jóvenes, pero no definen ningún aumento de presupuesto ni de contrataciones

Barcelona"Los chicos que entran cada vez están peor. Tengo politoxicómanos. Yo no tengo la formación necesaria para tratar ninguna de estas adicciones", lamenta un trabajador de un centro de justicia juvenil que pide al ARA mantener el anonimato para evitar represalias. En el último año ha visto brotes psicóticos, menores adictos a psicofármacos y diversas enfermedades de salud mental para las que no está preparado. Sin embargo, explica que lo ha tenido que hacer igualmente, ya que el centro no tiene recursos suficientes para garantizar una atención profesional.

Los menores que viven internados en centros por orden de un juez porque han cometido un delito tienen más problemas de salud mental y de adicciones que otros menores de su edad. Aún así, la atención que reciben no es la adecuada. Hace un año, en un documento al que accedió el ARA, el gobierno admitía la falta de profesionales en el sistema. También la poca adherencia a los tratamientos y dificultades de los adolescentes para acceder a los servicios de atención a la salud mental. Según explican un año después los trabajadores en el ARA, la situación todavía es la misma: "La justicia juvenil está tocada de muerte".

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Este trabajador, por ejemplo, explica que llegó un chico que tenía problemas de salud mental y nadie les avisó. Él estaba haciendo guardia por la noche cuando el menor sufrió un brote psicótico. No tenía forma de contactar con otros compañeros porque le atacaba, no le dejaba salir a pedir ayuda. El resto de niños "estaban cagados", encerrados por no tomar daño, y él tuvo que "negociar con el chaval durante dos horas" para que le dejara salir un momento a pedir ayuda. "¿Cómo debemos hacer esto sin preparación?", se pregunta.

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Muchos de los adolescentes con problemas de adicción de estos centros han realizado rutas migratorias "muy bestias" hasta llegar a Catalunya, por lo que recurren a las sustancias, explica otro trabajador. "Tenemos a niños de catorce años que ya han pasado por uno o dos centros de desintoxicación, otros que han dormido en la calle, que han sufrido abusos. Toman pastillas para sobrevivir. Me dicen: «Así me olvido de lo que me pasa y voy más tranquilo»", explica el trabajador.

Un acuerdo de mejora "insuficiente"

Hace un año los departamentos de Salut y de Justícia ya admitían que era necesario incrementar las horas de los trabajadores que atienden a la salud mental y las adicciones a todos los centros del país, ya que no están "ajustadas" a la realidad actual. Sin embargo, no fue hasta la semana pasada que los consejeros de Salud, Olga Pané, y Justícia, Ramon Espadaler, sellaron un pacto para mejorar la atención que reciben las personas con este tipo de problemáticas, tanto en las cárceles como en los centros de justicia juvenil.

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El ARA ha tenido acceso al acuerdo entre los dos departamentos en los que se comprometen a "concretar y desarrollar una cartera de servicios en salud mental y adicciones" en los centros de justicia juvenil, pero no hay ningún presupuesto definido, contrataciones contempladas ni incremento de horas de los psicólogos, psiquiatras y otros profesionales que atienden. Los trabajadores creen que la medida es "insuficiente" y que llega tarde.

Hace un año, el ejecutivo ya hablaba de incrementar las horas semanales de los profesionales en los centros en un año vista y desplegar equipos especializados en Tarragona, Lleida y Girona de forma simultánea. Esto se debe a las inequidades territoriales, que se agravan a medida que nos alejamos de Barcelona, ​​donde se encuentra el único equipo especializado en problemáticas de salud mental dentro de la justicia juvenil. Otro trabajador con el que ha hablado el ARA reconoce que la situación "ha mejorado un poco" pero, como su compañero, insiste en que él no tiene la formación adecuada y los psicólogos atienden a los niños sólo una o dos veces por semana.

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Más riesgo de volver a delinquir

En el resto de Catalunya los adolescentes con este tipo de trastorno reciben atención en la red comunitaria de salud mental y adicciones, pero en "determinadas zonas se encuentran muchas dificultades para que el centro de referencia pueda visitarlos y empezar el tratamiento con suficiente agilidad". Esto en muchas ocasiones aumenta el riesgo de que los jóvenes atendidos por la justicia juvenil vuelvan a delinquir ya consumir sustancias: "Nos llega mucha información de chavales que salieron del centro y ahora están en prisión, duermen en la calle o incluso están muertos", explica compungida otra trabajadora, que quiere dejar claro que todavía hay casos de reinserción entre algunos adolescentes.