Salud

"Se parece más a lo que podría ser su habitación": así son los ingresos por cáncer infantil en el Hospital Vall d'Hebron

El hospital reforma las cámaras de aislamiento para pacientes trasplantados y las hace más acogedoras para las familias

Natàlia Pinyol
y Natàlia Pinyol

BarcelonaMaëlys ya no debe elegir si entra el móvil o un libro en su habitación de aislamiento. Tiene 16 años y está ingresada en el Hospital Infantil Vall d'Hebron porque le han realizado un trasplante de células madre tras sufrir una recaída de leucemia. Después de pasar una semana en una habitación de apenas siete metros cuadrados, Maëlys y su madre, Sonia, han estrenado una de las nueve cámaras individuales especialmente diseñadas en el Área de Oncología y Hematología Pediátricas y Adolescente del centro barcelonés para procurar su máximo bienestar emocional. "Le encanta dibujar y antes teníamos que escoger si entrar las acuarelas, las pinturas o los lápices. Era como ir a una isla desierta y elegir sólo dos cosas para llevarse. Ahora se parece más a lo que podría ser la su habitación", comenta Sonia, emocionada. Además, en esta nueva habitación se mantienen las estrictas medidas de higiene para proteger a los pacientes oncológicos con el sistema inmunitario suprimido, a la vez que madre e hija pueden convivir: Sonia puede dormir en un sofá cama en vez de un sillón , pueden comer juntas en la habitación y tienen un baño individual.

El Hospital Vall d'Hebron ha renovado y duplicado los espacios de la Unidad de Trasplante de Progenitores Hematopoyéticos (de células madre) gracias a la financiación de las fundaciones Aladina, Albert Bosch y Small y del Instituto Catalán de la Salud (ICS). Ahora hay un total de nueve habitaciones –antes eran siete– y la finalidad es procurar la óptima confortabilidad de los niños y adolescentes que padecen cáncer y enfermedades hematológicas y que deben estar hospitalizados para recibir tratamientos de alta complejidad. Por ejemplo, trasplantes de médula ósea o terapias avanzadas como los CAR-T. De hecho, aparte de las nuevas habitaciones, también se han creado espacios compartidos como una zona de juegos, una especial para adolescentes, otra de descanso para los familiares, un comedor, un aula hospitalaria y un gimnasio.

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El conjunto de la primera fase de esta reforma integral ha tenido un coste de 4 millones de euros con respecto a la obra y de un millón de euros para el equipamiento médico. Conjuntamente con la segunda fase, de la que ya han comenzado las obras, el coste total será de 7,4 millones de euros. El jefe del Servicio de Oncología y Hematología Pediátricas, Lucas Moreno, celebró este martes la reforma del área y valoró que "no es una renovación, sino un nuevo paradigma". "Por desgracia, no podemos cambiar la realidad de los niños que deben recibir trasplantes, pero sí podemos mejorar esa realidad", asegura. Por eso desde el hospital y las tres fundaciones se ha apostado por convertir las antiguas cámaras de aislamiento en habitaciones de entorno protegido; un cambio conceptual que también facilita que los niños puedan salir y disfrutar de zonas más lúdicas.

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Cambio de ropa de la calle

En las habitaciones anteriores, los pacientes debían lavarse en la cama y hacer pipí en un orinal que se guardaba debajo de la cama. "Ella decía que era muy humillante lavarse con los padres dentro, ahora tiene un baño para estar sola y ducharse cuando quiera", se alegra Sonia, que subraya que incluso la luz facilita un poco más la estancia. Aún hay otro cambio: hasta ahora los padres y madres debían cambiarse con ropa esterilizada del hospital para entrar, pero con la transformación de los espacios y protocolos, ahora pueden entrar en las habitaciones con ropa de calle y disfrutar de un acompañamiento más acogedor y abierto. En un futuro, la idea es que los jóvenes puedan salir también al aire libre, gracias a la nueva terraza que se abrirá.

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Xavi, padre de una niña de 4 años que tiene un neuroblastoma y que se ha sometido a un autotrasplante, es otra de las familias que han estrenado una de las cámaras protegidas. "No se puede comparar", asegura. "Es una situación que nadie desea, pero si te toca, al menos que estés bien. En nuestro caso, mi hija vive la situación por inercia, pero no entiende nada y quiere salir de ahí", añade.

La nueva unidad también supone una mejora de las condiciones en las que trabajarán los profesionales, en parte porque se ha instalado una monitorización no invasiva que permite a los profesionales tener un control de los pacientes más inmediato. "Hemos encontrado la fórmula ideal para combinar la confortabilidad con la tecnología más innovadora, con un equipamiento médico de paciente semicrítico, que significa un salto cualitativo y de seguridad importante", ha explicado Esther Diaz, supervisora ​​de Enfermería de Oncología y Hematología Pediátricas .