Récord de emisiones de carbono por los incendios: "No respirar ese aire"
El humo se extiende a cientos de kilómetros y puede afectar a la salud
BarcelonaDetrás de las llamas de un incendio forestal no sólo hay la devastación del terreno como la que desde hace días sufren distintos puntos de la península Ibérica, sino también humaredas que pueden tener consecuencias en la salud y que incluso son más tóxicas que otras fuentes de contaminación, como el tráfico, según ha revelado este verano un estudio de investigadoras del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). Mientras los trabajos de extinción evolucionan favorablemente en Castilla y León y ayudados por las condiciones meteorológicas, el fuego sigue amenazando al bosque más antiguo de Galicia y ya ha teñido de negro la cima de Peña Trevinca, que corona unas 25.000 hectáreas protegidas. La ola de incendios que este mes de agosto castiga a la Península ha hecho subir el total anual de emisiones de carbono por incendios forestales al Estado a cifras históricas, que son las más altas al menos desde 2003. Respirar el humo de un incendio la gente mayor, las embarazadas, los niños y las personas con enfermedades respiratorias, como el asma, y cardíacas de base. Ahora bien, cualquier persona expuesta de forma prolongada a este contaminante puede presentar síntomas como la tos, dificultades para respirar, ardor en los ojos, irritación en la garganta y moqueo. En casos graves, pueden sufrir sibilancias, dolor de pecho, dolores de cabeza y cansancio e, incluso, una aceleración de los latidos del corazón. Por ello, este miércoles la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha recomendado evitar exponerse al humo, no realizar actividad física al aire libre y mantener una buena hidratación para proteger las vías respiratorias incluso una vez extinguidos los incendios, ya que las partículas en suspensión permanecen en el aire.
El Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS) ha publicado este martes datos que señalan que este incremento en las emisiones se ha producido de forma repentina y en cuestión de pocos días. A principios de agosto las emisiones de carbono acumuladas por incendios forestales en España estaban por debajo de la media estacional, pese a que ya existían varios focos activos. El avance de las llamas, con cada vez más incendios y mayores que provocan una enorme cantidad de humo y de partículas finas PM2.5, ha disparado con sólo entre siete y ocho días los registros de contaminación. "Ha provocado un grave deterioro de la calidad del aire a nivel local y en zonas más alejadas de la península Ibérica y partes de Francia", explica el científico senior de CAMS Mark Parrington. También muestran ese impacto las imágenes aéreas capturadas con el sistema Copernicus Sentinel y que ha difundido la Agencia Espacial Europea (AESA).
"Estamos observando que los incendios en España y Portugal pueden impactar hasta el oeste de Francia, hasta la región de Bretaña", coincide Anna Alari, la investigadora principal del estudio de ISGlobal publicado en The Lancet Planetary Health que ha estudiado los efectos del humo de los incendios forestales en Europa en su mortalidad. "De momento, no hay alerta sanitaria allí porque las autoridades ven que esta contaminación sigue a mucha altura", añade. La distancia a la que pueda llegar a afectar al humo de un incendio depende en buena parte de las condiciones meteorológicas, si bien Alari subraya que "la literatura científica ha señalado que puede viajar hasta más de mil kilómetros del incendio, y en Estados Unidos han visto que incendios en California impactan en la calidad del aire en Colorado".
"No hay que respirar ese aire", advierte Alari sobre los efectos del humo que en estos momentos emiten los grandes incendios en el Estado. Los datos sobre contaminación atmosférica indican que los niveles de partículas PM2.5 han alcanzado los 67 microgramos por metro cúbico en puntos de Zamora, superando los 180 microgramos en municipios de León. "Esto es muchísimo. En epidemiología se considera que las partículas finas ya tienen un impacto a partir de 1 microgramo. Hasta ahora no hemos mirado a partir de qué valor hay impacto en la salud; cualquier valor puede comportar una consecuencia en la salud", advierte.
535 muertes cada año en Europa
Para contextualizar estas cifras, Alari recuerda que las recomendaciones europeas de niveles de contaminación de partículas finas por lo general rondan entre los 10 y los 15 microgramos, muy por debajo de las cantidades que se están registrando estos días. Esto entronca con otra de las principales conclusiones del estudio que ha liderado la investigadora: la mortalidad asociada al humo de los incendios forestales habría sido, hasta ahora, subestimada en un 93%, y esta contaminación podría ser la responsable de una media de 535 muertes anuales en Europa.
El motivo, explica el especialista, es que hasta ahora las estimaciones del riesgo para la salud se habían hecho sin distinguir el origen de la contaminación o incluyendo pocos países de Europa, mientras que su equipo ha trabajado con datos del proyecto Early-Adapt, que incluye registros diarios de mortalidad en 654 regiones contiguas. Ahora bien, la exposición al humo de los incendios es muy infrecuente en comparación con lo que a menudo respiramos partículas finas relacionadas con otras fuentes de contaminación. Por eso, aunque el humo de los incendios sea más tóxico, "los efectos del tráfico y la producción de energía son aún más importantes, con más muertes atribuibles, porque son más frecuentes", aclara Alari.
Sin embargo, los niveles de contaminación del aire por el humo de los incendios y por otros factores están evolucionando de manera diferente, incluso contraria. "En Europa, la contaminación del aire por culpa del tráfico está bajando gracias a las políticas públicas y, en cambio, los incendios están aumentando. El cambio climático está haciendo que sean más frecuentes y más graves" explica Alari, quien advierte que en los próximos años será un tipo de contaminación a la que nos veremos expuestos. Para la investigadora, el impacto de la contaminación por estos grandes incendios asociados al cambio climático "debe ser una prioridad de salud pública, es urgente". Sin embargo, lamenta que "países muy importantes como Estados Unidos tienen posiciones negacionistas ante el cambio climático" y la retirada de la financiación a los laboratorios dedicados a investigar sus efectos ha hecho que muchos se vean abocados a cerrar.
- Evitar exponerse al humo
El paso esencial es evitar exponerse al humo, especialmente con actividades al aire libre. En caso de que exista un incendio forestal en la zona es recomendable consultar las advertencias sobre contaminación del aire y tomar precauciones.
- Cerrar puertas y ventanas
Hay que quedarse en el interior, cerrar puertas y ventanas y mantener el aire lo más limpio posible. Por ejemplo, si se dispone de un purificador de aire es aconsejable utilizarlo. Hay que evitar encender algo que arda, como una vela, ni fumar. Tampoco es recomendable utilizar una aspiradora, porque haría mover las partículas que ya existen en su interior.
- Las mascarillas sencillas no hacen suficiente
Las mascarillas contra el polvo y que habitualmente se utilizan para trabajos manuales o de carpintería atrapan partículas de mayor tamaño, pero no sirven para proteger los pulmones del humo. Tampoco es eficaz protegerse con prendas. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recomienda utilizar mascarillas N95 o FFP2, ya que las quirúrgicas no filtran las partículas.