Hacen el primer trasplante de riñones humanos modificados en cerdos
La investigación apunta hacia un futuro en el que se puedan reparar tejidos dañados o mejorar órganos antes de un trasplante
BarcelonaLos científicos de todo el mundo llevan años desarrollando órganos en el laboratorio a partir de células madre para estudiar cómo se forman y cuál es su funcionamiento y para probar nuevos fármacos. Se llaman organoides, ya que no son órganos completos, pero sí logran reproducir muchas de sus estructuras y funciones principales, lo que les ha convertido en un aliado indispensable para la investigación. En un futuro, por ejemplo, podrían utilizarse para reparar tejidos dañados o mejorar órganos antes de un trasplante, lo que disminuiría las probabilidades de que las defensas de la persona receptora lo rechace. Pero para llegar a este punto todavía es necesaria mucha investigación. Ahora un equipo internacional liderado por el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) ha dado un paso importante en esta dirección y, por primera vez, han desarrollado riñones humanos en un laboratorio, los han combinado con los de un cerdo fuera del animal y han vuelto a trasplantarlos, sin daños ni toxicidad.
Es el resultado de un estudio que publica la revista Nature Biomedical Engineering en la que también han participado el Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (INIBIC), la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y otros grupos de investigación internacionales y lo ha liderado Núria Montserrat, investigadora del IBEC y actual consejera de Investigación y Universidades de la Generalitat. Por primera vez han logrado combinar organoides renales humanos con riñones porcinos gracias a unas máquinas que habitualmente se utilizan en los quirófanos para mantener el órgano vivo y oxigenado fuera del cuerpo antes de un trasplante. Montserrat cree que la combinación de los organoides con esta tecnología permitirá, en un futuro, regenerar o reparar un órgano antes del trasplante. "Esto podría reducir el tiempo de espera de los pacientes crónicos y aumentar el número de órganos viables para el trasplante", explica.
Más órganos disponibles
Además, los investigadores observaron que, tras 24 y 48 horas del trasplante, los organoides humanos persistían integrados en el tejido renal porcino, mantenían su viabilidad y no desencadenaban ninguna respuesta inmune significativa, y que el riñón trasplantado seguía funcionando con normalidad sin que se detectaran signos de daño. Hasta ahora uno de los grandes retos era conseguir producir organoides de forma escalable, uniforme y asequible y este estudio describe por primera vez un método sistemático y escalable para producir organoides. "Podemos generar miles de organoides renales en condiciones controladas y en poco tiempo, con gran precisión y sin necesidad de componentes complejos, lo que abre la puerta a aplicaciones como la detección de fármacos o el estudio de enfermedades", explica Elena Garreta, investigadora del IBEC.
El estudio apunta hacia un posible futuro escenario clínico en el que los órganos destinados al trasplante puedan ser tratados y acondicionados antes de implantarlos, y se está colaborando con otras instituciones para trasladar la investigación a un entorno quirúrgico realista y preclínico. A la larga, los expertos creen que sus descubrimientos pueden reducir la necesidad de trasplantes y aumentar la disponibilidad de órganos viables para uso clínico, aunque hace falta mucha más investigación antes de que lleguen las primeras aplicaciones en humanos.