Vuelven a andar tres tetrapléjicos con implantes electrónicos en la médula
Neurocientíficos suizos demuestran que los tratamientos de estimulación personalizados permiten modular las neuronas
BarcelonaEl italiano Michel Roccati quedó tetrapléjico después de un accidente en moto en 2017. Cinco años después, sin embargo, puede levantarse y andar gracias a una intervención pionera y personalizada basada en la estimulación eléctrica de la médula espinal. Neurocientíficos suizos han conseguido que el joven y dos hombres más de entre 29 y 41 años hayan recuperado la movilidad en las piernas con la implantación directa de 16 electrodos en diferentes segmentos de la médula que conectan el cerebro con las extremidades.
El hito se ha publicado este lunes en la revista Nature Medicine y la inteligencia artificial ha sido clave para lograrlo. En una operación de cuatro horas de duración, los neurocientíficos implantaron una decena de electrodos bajo las vértebras de los tres pacientes que emiten impulsos eléctricos e imitan las señales que haría el sistema nervioso de manera natural para hacer cualquier tipo de movimiento con las piernas. Si, por ejemplo, quieren ponerse de pie, los pacientes tienen que seleccionar esta opción en un ordenador que dispone del software adaptado, que emite instrucciones (en forma de impulsos eléctricos) al electrodo implantado para que recupere la capacidad de levantarse de la silla.
El dispositivo está diseñado para durar toda la vida. "Los implantes son capaces de modular las neuronas que regulan la actividad de grupos musculares precisos y activar la médula como lo haría naturalmente el cerebro para estar de pie, andar, hacer bicicleta o nadar", afirma el neurocientífico Grégoire Courtine, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza). Roccati se mueve con un caminador en el que tiene insertados dos pequeños controles remotos.
En un vídeo se puede ver cómo presiona el botón del lado derecho de su caminador para activar los músculos. Esto hace posible que la pierna izquierda se flexione y después la coloque unos centímetros más adelante. Al activar el botón de la izquierda, la pierna derecha también da un paso. Después empieza a andar. "Lo utilizo diariamente durante un par de horas para andar por fuera y también en mi casa, así que ahora es parte de mi vida de cada día", explica Roccati, que dice que su próximo objetivo es andar un kilómetro en unos meses.
Todas las intervenciones se hicieron al menos un año después de que los afectados se lesionaran, un periodo en el que se considera que su situación es estable y se ha logrado un máximo de recuperación. De hecho, con los datos recogidos se cree que cuanto antes se usa esta tecnología, mejores resultados se obtienen. En los tres casos en los que se ha usado, la estimulación de la médula ha permitido restaurar en un solo día la capacidad de andar de manera independiente y otras actividades motoras complejas a los participantes del estudio. Ahora bien, el rendimiento solo mejora con tres o cuatro meses de práctica: tienen que seguir un programa de entrenamiento que les permite reconstruir el músculo perdido y moverse con más autonomía.
La opción más prometedora
La estimulación eléctrica de la médula espinal, utilizando "paletas de electrodos" diseñadas específicamente para lesiones de médula, forma parte de un ensayo clínico todavía en curso liderado por Courtine y la neurocirurgiana Jocelyne Bloch, del Hospital Universitario de Lausana. El equipo científico responsable de este éxito biomédico hace años que busca la manera de devolver la movilidad a personas que la han perdido en accidentes de tráfico. Primero, se consiguió con ratas y monos y, después, en humanos.
Ahora los neurocientíficos aseguran que esta es la opción terapéutica más prometedora. La clave, dicen, ha sido "inserir un implante más largo y ancho, con electrodos colocados de forma que corresponden de manera más precisa con las raíces nerviosas de la médula y permiten acceder a las neuronas que controlan los músculos", explicó Bloch en una rueda de prensa. "Con estos implantes, podemos activar la médula como lo haría el cerebro de manera natural para tener al paciente de pie, andar, nadar o ir en bicicleta", coincide Courtine.
Hasta ahora, se habían usado sobre todo terapias de estímulo eléctrico continuo mediante el uso de neurotecnologías "adaptadas", que fueron diseñadas originalmente para tratar el dolor y que tenían un elevado riesgo de fallar. A pesar de todo, en 2018 el mismo equipo presentó el caso de un hombre que había quedado paralizado por una lesión parcial de la médula en un accidente deportivo y que, mediante esta neurotecnología adaptada, se pudo levantar de la silla de ruedas y andar con la ayuda de un caminador.
Para Courtine, la técnica que presentaron hace cuatro años no consigue estimular todos los nervios de la médula asociados con los movimientos de las piernas y el tronco, puesto que cada lesión "es única" y "esto puede limitar la recuperación de todas las funciones motoras", puntualizan.
Los investigadores han dado un paso adelante con los tratamientos de estimulación personalizados y aseguran que tienen "una eficacia superior y actividades motoras más varias" incluso en las lesiones medulares más graves. "Si bien, generalmente, un paciente más joven está en mejores condiciones y también está más motivado, hemos visto a pacientes de hasta 50 años que han respondido bien, así que la edad es un factor que influye, pero no excluye", afirma Bloch.