Sucesos

Cae una red criminal que captaba y explotaba a hombres paquistaníes en supermercados

Los Mossos liberan a 15 víctimas y detienen a seis personas, una de ellas el máximo responsable de la red, que ya está en prisión preventiva

Natàlia Fenollosa
y Natàlia Fenollosa

BarcelonaAlgunos dormían en los pasillos de los supermercados y otros en los sótanos, controlados por algún miembro de la red criminal que les había captado. Estaban sometidos a situaciones de esclavitud: pasaban el día entero en el supermercado, de lunes a domingo, desde que abrían el establecimiento hasta que lo cerraban. La mayoría de las víctimas no cobraban por trabajar jornadas en las que cumplían los tres turnos del día ni por realizar un trabajo que, habitualmente, harían cuatro o cinco personas. Otros trabajadores de los comercios en situación regular tampoco alertaron de los hechos, que se repetían en una quincena de supermercados del Maresme y Barcelona. A partir de un caso, los Mossos d'Esquadra han desmantelado una red que captaba y explotaba mayoritariamente a hombres de origen paquistaní y han liberado a quince personas: cuatro víctimas de tráfico humano y once de explotación laboral. En total, la policía ha detenido a seis personas, entre ellas el máximo responsable de la organización –ahora en prisión preventiva–, que era el encargado de captar a las víctimas en Pakistán para llevarlas a Catalunya y explotarlas.

La banda criminal estaba formada por varios miembros de una misma familia que captaba a personas en situaciones de vulnerabilidad mediante el engaño, según ha explicado la policía catalana en rueda de prensa. Los captores gestionaban dieciséis franquicias (catorce ya están cerradas) de marcas de supermercados muy conocidas y se ponían en contacto con paquistaníes que tenían la esperanza de tener un futuro mejor. Para convencerlos y llevarlos a Catalunya, falsificaban la partida de nacimiento de las víctimas y les hacían contratos fraudulentos en el país de origen. Con estos dos documentos podían entrar en el Estado. Es el caso de un hombre de 50 años, que llegó a Catalunya hace cinco años para mantener a cuatro hijos. "Le prometieron una estabilidad laboral que nunca tuvo", ha explicado el jefe del Centro de Tráfico de Seres Humanos de los Mossos, Lluís Moreno. De hecho, al llegar a Catalunya, les tomaban la documentación y les obligaban a trabajar jornadas de más de catorce horas diarias para saldar la deuda contraída con la organización criminal.

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La investigación comenzó en marzo del año pasado cuando el Centro de Tráfico de Seres Humanos tuvo conocimiento de un primer caso de explotación laboral en un supermercado del Maresme. Estirando el hilo, este año, las autoridades han realizado dos entradas y registros domiciliarios, cuatro entradas en supermercados y 12 inspecciones administrativas en varios despachos controlados por la red criminal. La policía constató que no todos los trabajadores del mismo supermercado estaban explotados: la mitad de la plantilla estaba contratada de forma legal, pero otros trabajadores eran víctimas de explotación laboral. Sin embargo, en estos momentos la investigación sigue abierta para detectar posibles nuevos casos y las autoridades han insistido en pedir a las grandes marcas de supermercados que controlen exhaustivamente a los franquiciados para conocer las condiciones de los trabajadores y evitar que se repitan más delitos como éste .

No es un caso aislado

Moreno ha recordado que para calificar un delito de tráfico de seres humanos debe haber una captación de personas vulnerables. "Las engañan, compran o intimidan y las trasladan hasta Catalunya, donde posteriormente las explotan", ha explicado. Y pese a la crudeza de estas historias, el mozo también ha alertado de que la explotación laboral de víctimas de tráfico humano no es un caso aislado. "Desde 2022 llevamos tres investigaciones que son prácticamente calcadas. Hoy en día es relativamente fácil conseguir franquicias de grandes marcas comerciales, que son un lugar perfecto para la explotación laboral, porque están abiertas muchas horas", ha explicado el jefe.

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El departamento de Igualdad y Feminismos se ha encargado de la reinserción de las víctimas, que actualmente están alojadas en una vivienda de gestión pública y se están formando para aprender la lengua y acceder al mercado laboral. Por ejemplo, el hombre de 50 años que ha sido liberado trabaja ya en un comercio y está a punto de reencontrarse con su familia. "Ahora estamos trabajando para insertarlo en la sociedad y ya tiene documentación para trabajar de forma legal", ha explicado Montero.