Los Mossos recomiendan que, si se sufre el robo del móvil, se cancelen rápidamente las tarjetas bancarias. También hay que desconfiar de los mensajes que pueden llegar después, sobre todo si contienen enlaces (que nunca se deben clicar). La policía recomienda denunciar de inmediato los hechos y aportar el número de IMEI del teléfono, así como solicitar a la compañía que bloquee la línea y la tarjeta SIM.
La mafia que desde el Raval traficaba con móviles robados en toda Europa
Los Mossos intervienen más de un millar de teléfonos y ahora buscan a sus propietarios
BarcelonaLa historia empieza en un centro comercial de Lisboa, o por las calles de Milán. El siguiente episodio está en un piso del Raval de Barcelona, y el desenlace se graba en el norte de África o en China. los Mossos d'Esquadra, se ha convertido en un hub de la reventa de móviles y estas dos historias lo demuestran: la semana pasada, la policía catalana detuvo a 20 personas que compraban móviles robados en el Raval. Recuperaron más de un millar de teléfonos. Uno era del portugués del centro comercial, el otro del peatón de Milán, pero también lo había de un comprador de un supermercado en Gandía, de un asistente a un festival en Torrejón de Ardoz y de un visitante de la Feria de Abril de Sevilla.
La investigación, tal y como ha explicado el inspector Lisard Hidalgo, jefe de la DIC de los Mossos en Barcelona, comenzó por un secreto de dominio público en el barrio. Teniendo su sede en el Raval de Barcelona, este diario se ha encontrado en algunas ocasiones con personas que pedían dónde había una dirección concreta, ya que le habían robado el móvil y la geolocalización les indicaba que estaba allí. Uno de estos pisos estaba en la calle Carretes y, hace ya unos meses, un hombre nervioso advertía que no le dejaban entrar en un portal aunque estaba su móvil dentro. Por último, desistió.
A los pocos días, a una mujer le robaban el bolso en un restaurante de la zona alta de la ciudad. Pocos minutos después, su móvil daba señal al mismo piso. La semana pasada, una muchedumbre de agentes de los Mossos entraron e intervinieron todos los teléfonos que había. ¿Cómo llegaron hasta aquí? Cada día en Catalunya se roban 155 móviles y la mitad de las sustracciones se producen en Barcelona, siendo víctimas, y más víctimas, las que informaron a la policía de que su móvil robado estaba en el mismo piso.
El operativo policial se cerró con 20 detenidos, cuatro de los cuales entraron en prisión provisional. Son personas con antecedentes, que habían hecho de la receptación su modus vivendi. El inspector de los Mossos ha afirmado este viernes en rueda de prensa que ha sido la investigación de "mayor alcance" de la policía catalana en esta temática. "Queremos atacar a las estructuras que mantienen la multirreincidencia", avisó Hidalgo, que cita el plan Kanpai, que busca luchar contra este fenómeno y que ya ha logrado detener a 400 personas desde que se puso en marcha hace unos meses.
Los más de 1.000 móviles que tenía esta banda criminal tenían un valor de 400.000 euros en el mercado ilícito. Los compraban a ladrones por 200 o 300 euros, pero antes de revenderlos, tal y como explicó el ARA, intentaban estafar. Se ayudaron otros implicados de Sabadell que vendían un software malicioso (lo que se conoce como crime as a service) y enviaban mensajes a las víctimas diciendo que, para recuperar el teléfono o realizar una operación, debían comunicar sus datos y clave de acceso. Luego, bajaban a las tiendas de la misma calle, supermercados y carnicerías que actuaban con connivencia y se llevaban su parte, y despejaban las tarjetas con compras y más compras. Por el momento, se han acreditado 25.000 euros sustraídos en estafas.
Una vez volvían a estar en el piso, envolvían el móvil con papel de plata para evitar que diera señal y se pudiera geolocalizar. Y funcionaba. Lo demuestra una anécdota: cuando los Mossos intervinieron todos estos móviles, se los llevaron a la comisaría de Les Corts. Pocas horas después se presentó a la víctima de un robo diciendo que había geolocalizado el terminal en la comisaría. De todos los móviles recuperados, 45 ya han sido devueltos a sus propietarios. Del millar de móviles hallados, está confirmado que 170 están denunciados como sustraídos. Uno se lo dejó en un taxi, a otro se le cayó mientras repartía por Cornellà, un tercero sufrió un tirón en el Prat de Llobregat, un cuarto estaba en una discoteca en Sitges y ni se dio cuenta, ya un quinto le ocurrió lo mismo en un festival de música en Montmeló. Pero hay víctimas de todas partes. De Portugal, de Milán, pero también de Islandia o de California. Normalmente, los ladrones buscan a turistas, que acaban denunciando mucho menos. De hecho, los Mossos abrirán una web en dos semanas para que personas que perdieron el móvil o sufrieron un robo que no denunciaron puedan mirar si el suyo está entre los intervenidos.
Algunos móviles, sin embargo, ya están en la otra punta del mundo. Los Mossos han geolocalizado teléfonos robados en Marruecos y en China. Los viajes a África se hacían en coche, y en Asia, por paquetería. Y dependía de cada móvil. Buscaban sobre todo terminales de la marca Apple, y la prioridad era la estafa. Si el móvil acababa bloqueando, lo enviaban a China, donde la policía sospecha que los separan por piezas y los reutilizan. En cambio, si conseguían mantener vivo el terminal, le llevaban a Marruecos para revenderlo.