Sucesos

Detenidos en un intento de desocupar un piso en Reus: "De alguna manera los teníamos que echar"

El enfrentamiento con los okupas para recuperar el inmueble termina con una pelea con gas pimienta y cuchillos

ReusLos Mossos d'Esquadra detuvieron este martes a seis hombres en una complicada pelea en Reus que acabó con gas pimienta y cuchilladas en medio de la calle. Los hechos ocurrieron a las 17.30 horas en la calle Cardenal Vidal y Barraquer, cuando los trabajadores de una empresa que desocupa pisos intentaron echar a dos chicos que vivían de manera irregular en un piso que no era suyo. Los trabajadores, que según los vecinos "parecían armarios", utilizaron gas pimienta y los okupas plantaron cara. Uno de ellos, al parecer, respondió sacando un cuchillo, llegando a provocar heridas leves a uno de los trabajadores. Entre golpes y empujones, los seis hombres salieron a la calle, que a esa hora siempre está llena de gente, y continuaron con la pelea. Por casualidad, pasaba por ahí una brigada de policías de paisano que pidió refuerzos e intervino rápidamente. Entre los Mossos y la Guardia Urbana de Reus detuvieron a los cuatro trabajadores de la empresa, a los que acusan de desórdenes públicos, coacciones, daños leves y lesiones leves, y los dos okupas, que están acusados de desórdenes públicos y uno de ellos de lesiones leves por haber utilizado el cuchillo. Dos vecinos del edificio necesitaron asistencia médica tras inhalar el gas pimienta y hubo que confinar a los vecinos hasta que los bomberos limpiaron el aire con un gran ventilador.

Este miércoles, en el barrio, no se hablaba de otra cosa. "Fue una movida muy fuerte", explicaba un vecino que vio las detenciones. El debate entre la impotencia que te ocupen el piso y la necesidad de tener un techo en el que vivir centraba todas las conversaciones. Pero la tensión comenzó hace un mes, cuando el dueño del piso, Carles Borrull, contrató a la empresa Antiokupa Tarraco para recuperar su inmueble: "De alguna manera los teníamos que echar", justificaba esta mañana en declaraciones en el diario ARA.

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El hombre, que es el propietario de una céntrica carnicería de Reus, heredó este piso cuando murió su padre y, tras tenerlo un tiempo de alquiler, trató de venderlo. Pero los últimos inquilinos, que se fueron en febrero, no entregaron las llaves y al poco tiempo ya habían entrado okupas. Los primeros, según los vecinos, eran italianos, pero se marcharon y vinieron otros. "Nos asesoramos y nos dijeron que si denunciábamos tardaríamos dos años en recuperar el piso". Y alguien les recomendó que contrataran a una empresa para echarlos. Así, en lugar de denunciar, fueron a ver esta empresa tarraconense: "Les contratamos a principios de agosto y nos dijeron que les presionarían hasta que se marcharan", explica.

Las visitas de los trabajadores han sido constantes durante este tiempo, hasta que el martes traspasaron la delicada línea que separa la presión de la coacción y acabaron detenidos. "Nos sentimos desamparados ante la ley", lamenta Borrull, que no puede entender que después de pagar todos los impuestos por la herencia de su padre y por tener un piso en propiedad, la administración no puede defenderlo en caso de sufrir un empleo. "No estamos hablando del piso de un banco que ingresa cinco millones al año, es nuestro piso", dice. Mientras cerraba la tienda este mediodía, decía: "Quizás presionaron demasiado, pero quizás los demás deberían haber aflojado antes".