Funerarias

Más incineraciones, ceremonias laicas y por estríming: así han cambiado los entierros

La patronal de las funerarias presenta los datos de las defunciones de 2024

ReusLa forma en que nos despedimos de nuestros seres queridos cuando mueren está en constante evolución. Si hasta hace poco la gran mayoría de las despedidas eran a partir de ceremonias católicas que acababan con un entierro, ahora ya predominan las incineraciones y las ceremonias laicas no paran de crecer. Este fenómeno ocurre en Cataluña, España y el resto de Europa, según ha explicado este miércoles el presidente de la Asociación de Empresas de Servicios Funerarios de Cataluña (Asfuncat), Josep Maria Mons. En total, el 51,8% de los catalanes que murieron en 2024 acabaron incinerados, lo que representa un incremento del 1,2% respecto a 2022 y del 8,8% respecto a 2018.

Mons ha apuntado que este "incremento constante" del número de incineraciones es un "cambio de incineraciones". "Cada vez hay más gente que cree que es más fácil gestionar las cenizas que tener a los familiares enterrados en el cementerio", ha explicado el representante de la patronal. También ha destacado que cada vez hay más hornos crematorios (en Cataluña hay 48 si contamos lo recientemente inaugurado en Valls), por lo que esta opción es cada vez más sencilla.

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Dentro de Asfuncat hay empresas funerarias públicas, privadas y mixtas y son representativas de todo el sector. Las empresas que forman parte de esta asociación gestionaron el pasado año 58.437 defunciones de las 62.687 que se lloraron en toda Cataluña, es decir, el 93,2% del total. Los datos presentados este martes en la Cámara de Comercio de Reus forman parte del Informe del Sector Funerario en Catalunya 2024, pero no incluyen las defunciones de la demarcación de Lleida, cuya gestión todavía no se ha remitido a la patronal.

Entre los cambios que experimentan los entierros de los catalanes destaca también el incremento de las ceremonias laicas, que ya representan el 21,5% del total y han crecido cuatro décimas respecto al 2022. Las religiosas son el 57,7%, y hay un 20,8% de encargada en la empresa funeraria.

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Laicas ya medida

Mons argumenta que detrás de esta tendencia está el hecho de que "la sociedad tiene cada vez menos creencias religiosas". Según la macroencuesta sobre religiosidad de 2023 del Centro de Estudios de Opinión (CEO), los católicos representan el 57% de la población, y los ateos y los agnósticos son ya el 27%. Pero existen también otras explicaciones. El presidente de la patronal apunta que "hay familias religiosas que creen que la ceremonia no tiene por qué ser católica, porque si es laica pueden intervenir más". Las ceremonias religiosas están muy marcadas por la liturgia, mientras que las laicas pueden organizarse más a medida de cada familia, con fotografías del difunto, música en directo... También hay ceremonias de otras religiones, aunque son muy minoritarias. La segunda religión en Catalunya es el islam (7%) y la mayoría de musulmanes organizan las ceremonias en las mezquitas, por lo que quedan fuera del cómputo de las funerarias, que se limitan a trasladar el cuerpo allá donde les pide la familia.

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Otros cambios que están transformando las ceremonias son las conexiones online. Las ceremonias en estríming empezaron durante la pandemia y han ido creciendo. También aumenta el número de personas que quieren alguna alegría o algún recuerdo con las cenizas del difunto. Todo ello forma parte de los servicios extras que ofrecen las empresas del sector. También hay cada vez más gente que graba el acto y después edita el vídeo para hacer un pequeño recuerdo de entre 3 y 4 minutos de duración. Unos extras que incrementan los ingresos de un sector que en Catalunya (siempre sin Lleida) facturó el pasado año 231 millones de euros.

Morir cuesta mucho dinero. De media, una ceremonia con incineración cuesta 4.300 euros. El 21% del coste de morirse es el IVA, y el sector critica que según la ley las funerarias ofrecen un servicio esencial, pero al mismo tiempo deben soportar una presión fiscal desproporcionada. El sector reclama que ese 21% se rebaje hasta el 10%.