No es política, es supervivencia

Tarragona"Nos estamos acercando con rapidez a los límites de la Tierra", advirtieron 1.500 científicos y economistas de 70 países distintos en 1992. Entre los firmantes estaba la mitad de los premios Nobel de ciencia y economía que había con vida en ese momento. Es evidente que no hacerles caso fue una mala idea. Y ahora toca pagar. La dureza de los fenómenos meteorológicos es una de las consecuencias de la crisis climática provocada por este calentamiento global que preocupa a los científicos desde hace décadas. La sequía que hace sólo un año nos obligó a cerrar el grifo volverá. Y las feroces tormentas que sufrió la Comunidad Valenciana el pasado año o el Montsià la semana pasada, también volverán.

Tras el lamentable papel de Carlos Mazón durante la dana de la Comunidad Valenciana, ha quedado claro que los políticos han tomado nota y al mínimo aviso del Servicio Meteorológico activan todo lo necesario. Los ciudadanos también han aprendido la lección. Estoy convencido de que si las recientes tormentas del Montsià no se han llevado ninguna vida es porque la gente ya sabe que no vale distraerse. Todos tenemos claro que si la calle de debajo de casa se convierte de repente en un río y amenaza con llevarse el coche no se trata de bajar a hacerse el héroe. Y que si el agua comienza a entrar por la puerta o por la ventana lo que debemos hacer es huir. Nos ha costado 230 muertes, pero ya lo hemos entendido.

Aún tenemos, sin embargo, asignaturas pendientes. Y es que además de parar los golpes como podamos, debemos intentar revertir la situación. Los científicos y los economistas que firmaron ese documento en 1992 proponían algunas ideas: reducir el uso de combustibles fósiles, detener el crecimiento de la población del planeta, fomentar la igualdad entre hombres y mujeres y reducir o eliminar la pobreza. 33 años después de ese documento tenemos un modelo económico basado en la lógica consumista de cuanto más mejor y las posiciones machistas y racistas van al alza. En algún momento deberemos entender que ya no es política, es supervivencia.