Para pensar en ello

Me juego un guisante que nadie está en contra de reducir la contaminación. Sin embargo, si nos preguntan si nos gusta mucho que controlen todos nuestros movimientos en coche, vulnerando así nuestra intimidad, muchos diremos que no estamos de acuerdo. Por este motivo, en el tema de las zonas de bajas emisiones el foco se pone siempre en la vertiente del medio ambiente y no en la de los derechos fundamentales, dado que interesa que la gran mayoría de la gente no sea consciente de los sistemas de control de la población que, de una u otra forma, se van implementando.

Si añadimos, además, que nos encontramos ante una medida que en muchos casos (ciudades pequeñas y medianas) no se calcula que tenga que tener una repercusión considerable en los niveles de contaminación –no más que reducir otros tipos de contaminación como la química o la producida por aviones y barcos, de las que parece que no interesa tanto hablar–, podemos llegar a sospechar que no es el medio ambiente lo que más preocupa Bruselas, que es desde donde imponen, como sabéis, la implementación de las ZBE.

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Para dar datos concretos, en el caso de Reus y Tarragona, a modo de ejemplo, este mandato de la UE sólo afectará a un 15% de sus parques automovilísticos, pero al control de entrada y salida de vehículos (para identificar dicho porcentaje de no autorizados) afectará, obviamente, al 100% del parque. Lo dejo aquí. Tenga un buen año y sea muy feliz.