Energía

La UE dará 205 M€ a Repsol para un almacén de CO2 en la costa de Tarragona

El proyecto, todavía "en una fase muy inicial", ayudaría a reducir sus emisiones un 30%

TarragonaLa Comisión Europea ha hecho públicas las ayudas que otorga a 77 proyectos que apuestan por la descarbonización, siendo uno de los escogidos el almacén deCO2 que la empresa energética Repsol estudia abrir bajo el mar, en una cavidad que se encuentra a 50 kilómetros de Amposta. En total, el Fondo de Innovación de la Unión Europea dará a Repsol 205 millones de euros, si decide sacar adelante el almacén. Sin embargo, antes es necesario que el Estado otorgue a la compañía el permiso de investigación –que ya está pedido– y que las conclusiones de esta investigación, que puede durar hasta cuatro años, sean favorables tanto en el medio ambiente como en la recuperación de la inversión que supondría para la compañía. "Estamos muy satisfechos y orgullosos de recibir este apoyo europeo al proyecto TarraCO₂", valoró el director del complejo industrial de Repsol en Tarragona, Javier Sancho, aunque dejó claro que "el proyecto todavía está en una fase muy inicial". Sancho también ha asegurado que "sin tecnologías como la captura y almacenamiento de CO₂, sectores clave como la petroquímica, la producción de acero o el cemento están en riesgo de deslocalización".

La Unión Europea se marcó el objetivo de reducir en 2030 un 50% la emisión de gases que provocan el efecto invernadero y año tras año incrementa el coste a pagar en función de lo que se contamina. Algunos sectores, como el químico o el del cemento, lo tienen realmente complicado para alcanzar estos objetivos, porque el propio proceso industrial ya emite mucho CO2. Ante esta situación, tanto la Comisión Europea, que en esta convocatoria otorgará un total de 4.800 millones de euros en ayudas, como los sectores afectados apuestan por lo que se conoce como tecnologías CCUS (captura, transporte, almacenamiento y uso del carbono). Básicamente, consiste en capturar el CO2 directamente de los lugares desde donde se está emitiendo, transportarlo con tuberías dentro del mar y guardarlo bajo tierra, aprovechando las cavidades del subsuelo.

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El proyecto en cuestión se centra en una especie de almacén natural que se encuentra a 45 kilómetros de la costa ya más de 1.000 metros de profundidad. Tiene una capacidad para albergar hasta 54 millones de toneladas de CO2 y la compañía, según el proyecto publicado por la Comisión Europea, prevé inyectar dos millones de toneladas, lo que supondría una reducción del 30% de las emisiones. El depósito natural se encuentra "en un área donde existen productores químicos y de cemento", según destaca el proyecto.

Un método testado

Aunque parezca una tecnología nueva, existen ejemplos de esta práctica que se remontan a 1996, cuando Noruega impulsó el Sleipner. "En este depósito se inyectan cada año un millón de toneladas de CO2, y en todo el mundo se almacenan unos 40 millones de toneladas anuales", según explica Víctor Vilarrasa, investigador del CSIC y autor de un estudio publicado hace dos años en Geophysical Research Letters. Una de las conclusiones de su investigación fue que el CCUS es una opción muy segura y uno de los caminos hacia la descarbonización. Según explica este ingeniero, "con la temperatura y la presión que hay en el subsuelo, este gas casi se convierte en líquido, por lo que cabe más". En su estudio se observaron espacios donde ya estaba CO2 "atrapado de forma natural" y comprobaron que "en profundidades de más de un kilómetro los casos con fugas eran mínimos". En caso de que hubiera un escape, "como el CO2 es ácido, reduciría el PH, pero una fuga puntual se diluye en un mar tan grande. Además, todos estos proyectos implican una monitorización para garantizar que no sube el CO2 y que si sube se puede actuar", explica.

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En un futuro, todo el CO2 almacenado podría servir incluso como combustible (ya se ha hecho a lo largo de la historia), aunque de momento esta práctica resulta muy cara.