Llevarte a tu amiga a la primera cita con un chico

La primera cita de Zoya Naumov y Gabriel fue una Navidad en un bar del barrio de Lavapiés en Madrid. Se conocieron a través de una aplicación, una historia cada vez más habitual, aunque su primer encuentro fue poco convencional. Nada más entablar Zoya se levantó para ir un momento al lavabo y allí se encontró una buena amiga, con la que apenas llevaban una semana en aquel bar. "¡Resulta que ella también tenía una primera cita y habíamos elegido el mismo bar!", explica Naumov.

A la amiga le pareció muy divertido y le propuso sentarse todos juntos y tener una cita doble. Naumov dudó: no sabía si a él le apetecería, sólo habían cruzado cuatro palabras. Al final no le dio tiempo de preguntárselo: "Mientras le estaba contando la situación a Gabriel mi amiga vino con su cita y se sentó con nosotros", recuerda el atleta. Lo que podría haber sido una situación algo incómoda se convirtió en un encuentro "más natural y distendido". "En una cita uno a uno normalmente sacas tu mejor versión, en cambio en esa situación nos olvidamos un poco de eso y estuvimos naturales y relajados".

A Naumov el ambiente distendido le fue bien porque lo primero que pensó cuando vio a Gabriel fue: "Oh, mierda". "Me gustó mucho. Yo estaba en un momento vital bastante estable y no quería terremotos emocionales. Enamorarse es un terremoto emocional, pero fue lo que ocurrió: nos enamoramos". Naumov, que dejó de tener a Disney como referente hace mucho tiempo, sabía que el enamoramiento no era el fin de la historia, sino el principio. "Empezamos a construir la relación que mejor se adaptaba a las necesidades de cada uno y para que nos ayudaran fuimos a terapia. Había quien no lo entendía. «Si necesita terapia tanto al principio, ¿qué sentido tiene?», nos decían. La realidad es que muchas parejas van a terapia cuando la relación ya está bien desgastada, a nosotros nos fue bien desgastada,"

Desde hace tiempo que la atleta y psicóloga construye las relaciones a medida de lo que la hace feliz. Practica la no monogamia, pero necesita cada vez menos las etiquetas. "Siempre había pensado que cuando conociera a alguien me quedaría de por vida. Lo sigo pensando, pero eso no quiere decir que no pueda añadir o conocer a personas nuevas. Soy intensa y vivo la vida y el amor intensamente".