El análisis de Antoni Bassas: 'El acuerdo para la financiación, pendiente de Montero'

En semanas como ésta se percibe de forma clamorosa la desaparición de la política catalana de la primera línea del protagonismo. Con todo lo que está ocurriendo en Valencia, con el juicio al fiscal general, con los casos de corrupción acosando al PSOE, no es de extrañar. Pero no es ahora. Isla se impuso pacificar y está atado muy estrechamente a Pedro Sánchez, tanto política como personalmente, y tanto Junts como Esquerra tienen sus líderes inhabilitados. Tanto el de Cataluña como el de España son gobiernos frágiles, pero ya hemos entrado en la época en la que no poder aprobar unos presupuestos ya no es motivo para convocar elecciones. ¿Resultado? Un juego de impotencias.

Esto no quiere decir que no estén pasando cosas en la política catalana. Esta mañana Míriam Nogueras ha anunciado solemnemente en el Congreso que bloqueará todas las leyes del PSOE. Veremos qué significa este anuncio en relación a lo que ya hizo Puigdemont días atrás.

Hace unas semanas les explicábamos que el Gobierno veía que el acuerdo de financiación podía llegar pronto. No ha llegado. El estado de la cuestión es el siguiente: la cifra resultante para Cataluña del acuerdo sería buena. Hay que definir qué significa esto de la "población ajustada" en el caso de Catalunya para que la cifra pueda ser presentada con argumentos. La ordinalidad será posible si el Estado pone más dinero, y puede ponerlo porque está recaudando mucho porque la economía tira. La cuestión que ahora está más encallada es la Agència Tributària Catalana, cómo hacer que lo que es estructura de estado, como es la recaudación de todos los impuestos, pase a la Generalitat. Éste es uno de los problemas que tiene la vicepresidenta Montero sobre la mesa: la posición contraria al traspaso de los inspectores de Hacienda. Esquerra va hablando con Junts (hay interlocución entre Junqueras y Puigdemont y con Turull), y también con Compromís, porque el País Valencià también está muy mal financiado. Y aquí estamos. El gobierno de Catalunya no pondrá al gobierno español contra las cuerdas por la financiación (ni por nada) pero tiene un incentivo para hacer avanzar el acuerdo: si no hay financiación, no habrá presupuestos de la Generalitat, porque Esquerra no los negociará. Asimismo, Esquerra no tiene ningún interés en derribar a Isla: no tiene candidato para presentarse a unas elecciones. De ahí, también, ese tipo de situación trabada de la política catalana.

Mientras tanto, como les decía, el Tribunal Supremo está juzgando al fiscal general del Estado por el delito de revelación de secretos (los correos de la pareja de Ayuso donde decía que quería pactar con Hacienda para evitar ir a juicio). Un testigo exculpó ayer al fiscal general. Fue una declaración un punto dramática, la de un periodista, José Precedo, de'Eldiario.es, que afirmó que sabe quién es su fuente, que no puede decirla, pero que sí puede decir que no fue el fiscal general.

José Precedo: "Y aquí tengo un dilema moral, bastante gordo, que tenemos todos los periodistas muchas veces, que es que yo sí sé cuál es la fuente de esta historia, la sé. No la diré por secreto profesional".

Presidente del tribunal: "Una cosa es que no la diga, pero otra cosa es que nos amenace con que la sabe".

José Precedo: "No, yo digo que existe el dilema moral de que hay una persona a la que se le pide prisión que yo sé que es inocente, porque conozco la fuente, pero no puedo decir la fuente. No es ninguna amenaza".

La derecha se frota las manos de pensar que el fiscal puede ser condenado. De momento, no ha salido ninguna prueba que le inculpe.

Buenos días.