El análisis de Antoni Bassas: 'Expulsar ocho millones de inmigrantes'
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¿Una política internacional, para empezar? Enjabonar a Trump se ha convertido en la nueva práctica diplomática para tratar con Estados Unidos. ¿Se acuerdan, del día que el primer ministro británico, Starmer, dio a Trump ante las cámaras un sobre con una invitación del rey de Inglaterra para ir a las islas de visita oficial? Trump estaba encantando y le iba enseñando. Pues esta madrugada se ha repetido la escena del sobre. En el transcurso de una cena en Washington,
Netanyahu le ha dado un sobre con una carta que el gobierno de Israel ha enviado al Comité del Premio Nobel para que conceda el premio de la paz a Donald Trump. No sólo lo enjabonan, como el jefe de la OTAN el otro día, sino que Netanyahu, con las manos manchadas de sangre, habla de dar premios Nobel de la paz, que sería el sueño de Trump. Se ha impuesto definitivamente la obscenidad que significa hablar de paz cuando se dispara sin razón alguna contra personas que van a buscar comida a los lugares de reparto de comida.
Más cerca, hablamos de lo que Àlex Gutiérrez considera esta mañana "el gran fracaso mediático de Feijóo". Después del congreso del PP de todo el fin de semana, ¿de qué se habla? Con quien pactará el PP (Vox) o con quien no (Bildu) o si debe ir a Waterloo a hablar con Puigdemont. Es un error comunicativo que ha comportado que ayer saliera el nuevo secretario general Tellado a decir que querían gobernar solos.
Incluso, en conversación con periodistas, hizo su titular: "No habrá gobierno de coalición". Si es necesario, irán a una repetición electoral. Miren, el PP depende de los resultados de la noche electoral para saber si obtiene la mayoría absoluta o no. Y si no lo obtiene, que es lo que dicen las encuestas de ahora, Vox es y será una opción de pacto. O no ha pactado el PP con Vox ¿en muchos gobiernos y Parlamentos autonómicos?
Por cierto, deben recordar que Feijóo dijo que no haría ningún cordón sanitario a Vox porque "sus votantes merecen un respeto". Nosotros nos preguntábamos (retóricamente) si las ideas de Vox también eran dignas de respeto. están aquí las tesis xenófobas de la extrema derecha europea. Naturalmente, si quieren parar la economía, expulsen a ocho millones de personas.
Miren, si nos preocupa que la natalidad de quienes tienen apellidos catalanes haya bajado, facilitamos el acceso a la vivienda; si una pareja que trabaja no llega a fin de mes, combatimos las causas de la devaluación de los sueldos; si nos preocupa que la nueva inmigración no hable en catalán (contra la evidencia de que todos los escolarizados la aprenden), forzamos a cambiar la ley y hacemos tan obligatorio el catalán como el castellano; si pensamos que hay gente que nunca se integrará, nunca la integraremos y es dar la batalla por perdida. Ir contra los inmigrantes, así por la boquilla gorda (contra los inmigrantes pobres, claro, aquellos a los que algún empresario catalán o español paga en negro o paga poco porque hacen un trabajo poco cualificado), aparte de que no es ninguna solución, es una forma igualmente obscena de ganar votos. Y esto es lo que hace la extrema derecha. Esa gente que necesita el PP para gobernar.
Buenos días.