El Análisis de Antoni Bassas: 'Todo preparando el regreso de Puigdemont'
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La corrupción sigue amenazando al gobierno de Pedro Sánchez. La Guardia Civil ha elaborado un informe en el que Santos Cerdán, ex secretario de organización del PSOE, aparece como el enlace entre el gobierno español (concretamente del ministro Ábalos, que era el de Transportes) y la empresa constructora Acciona.
En concreto, Acciona habría pagado a Servinabar un 2% de las adjudicaciones de obra. Y esa empresa, Servinabar, recibía de Acciona el 75% de sus ingresos. Dice el informe que Cerdán pagó un piso con dinero de la trama de comisiones. ¿Qué sabía Pedro Sánchez, qué responsabilidad tenía si no lo sabía? Recuerden que Cerdán ya está en prisión, que Ábalos es investigado y que ambos fueron secretarios de organización del PSOE.
Esta mañana Sánchez ha tenido que contestar a la pregunta de Feijóo en el Congreso sobre este caso de corrupción. Como Rajoy cayó con una moción de censura por la corrupción, Feijóo no ha sido de recordar a Sánchez que cuando tuvo lugar esa moción de censura que le dio la presidencia del gobierno, Sánchez se presentó como regenerador. Hoy Feijóo ha querido probar el regusto de la venganza: "El husillo es Ferraz y usted lo ha llevado a la Moncloa. Su moción de censura no fue contra la corrupción, fue para la corrupción de su cuadrilla. Haga lo que quiera con su partido, señor Sánchez, pero no convertirá a España en un husillo".
Pero Sánchez no le ha contestado a Feijóo. De hecho, hace ya tiempo que Sánchez no contesta nada, aquí ya nadie contesta nada, y como a toda respuesta se ha limitado a hablarle de Mazón y de la privatización de servicios en las comunidades gobernadas por el PP.
Después preguntó Miriam Nogueras, de Junts, que calificó de migajas el 0,1% de déficit más que el Estado permitirá a las autonomías. Sánchez lo ha aprovechado para sacar pecho de la amnistía y del tercer punto del informe a favor de la amnistía de la que informó el abogado general de la UE la semana pasada: "Y la tercera, que se produce en un contexto –y cito esto textualmente– de reconciliación real de la sociedad catalana. Esto es lo que está haciendo el gobierno por Catalunya, por España y por España".
No salimos del argumentario de partido, sin importar que las palabras no se ajusten a los hechos. La reconciliación real consistiría en acordar un referendo de independencia.
Mientras esto ocurría en Madrid, en el Parlament también había sesión de control del Gobierno. Se ha estrenado preguntando al presidente Illa la diputada de Junts, Mònica Sales, que, a propuesta de Carles Puigdemont, se ha convertido en la nueva presidenta del grupo parlamentario de Junts. El hasta ahora presidente, Albert Batet, pasa a ser mano derecha de Puigdemont en cuestiones de estrategia y campaña electoral. Esta mañana un dirigente de Junts nos comentaba que estos cambios en el grupo parlamentario responden a la lógica de la vuelta de Puigdemont, que ven más cerca precisamente por estos pronunciamientos de la Unión Europea. Pero añadía: el hecho de que Puigdemont volviera pronto no significaría que Junts le votara los presupuestos a Pedro Sánchez.
Buenos días.