El análisis de Antoni Bassas: 'Vuelve la bandera'
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A 48 horas de la Diada, el estado del mundo, sobre todo la masacre israelí en Gaza, domina la actualidad. Esta madrugada, la Flotilla ha denunciado un ataque con drones a una de sus principales embarcaciones, atracada en Túnez. Éste es el momento. El presunto ataque habría causado un incendio, pero nadie ha dañado.
Lo que ha causado algo más que un incendio diplomático ha sido elanuncio de ayer de Pedro Sánchez por el que España embarga la venta de armas a Israel y prohíbe darle apoyo logístico. Al ministro israelí de Exteriores le faltó tiempo para calificar a Sánchez de "corrupto y antisemita", al tiempo que se reía un poco, de las medidas, recordando que a Israel no le debilita nada que España embargue la venta de armas y que, en cambio, la seguridad de España depende mucho más de la tecnología. de espionaje telefónico (Pegasus). Con independencia de las simpatías por palestinos o israelíes, Sánchez ha leído el estado de ánimo general y ha dado una respuesta (relativamente cómoda, teniendo en cuenta el peso internacional de España) al comentario angustiado que hace todo el mundo: ¿cómo es que nadie hace nada? Por cierto, que la masacre irá a más: el ejército israelí ha ordenado esta mañana a los residentes de Ciudad de Gaza que evacuen el centro urbano antes de una nueva ofensiva para tomar el control. Netanyahu se ha dirigido directamente: "A los residentes de Gaza: aproveche esta oportunidad y escúcheme atentamente. Os hemos avisado. ¡Salid de allí!".
Con este estado del mundo, con el gobierno de Francia caído (ya han caído tres primeros ministros en poco más de un año, desde las últimas elecciones) debido al déficit público, nuestros problemas son más modestos y viejos, como la financiación (y, por tanto, servicios públicos) o Cercanías, o la vivienda, o que los mejor formados se marchen a trabajar fuera. Éste es el problema, que pasan los años y no se resuelven los desafíos del país ni con la receta extrafuerte de independencia ni con la más suave de autonomismo bien entendido.
Al respecto último va el artículo que hoy publicamos firmado por Jaume Collboni, alcalde de Barcelona. Resulta que pasado mañana se estrenará en el parque de la Ciutadella, frente al Parlament, un palo de 25 metros de altura desde donde ondeará una bandera de 54 metros cuadrados. La iniciativa la impulsó el presidente del Parlament, Josep Rull. La idea es izar la bandera cada año como inicio de los actos de la Diada.
Pues bien, dice Collboni que se suma con entusiasmo al acto y que "ahora que Cataluña ha iniciado una nueva etapa política de normalización y reencuentro cívico, es necesario poner en valor la bandera como símbolo de uniónLa referencia implícita a la estelada como símbolo sólo de una parte de los catalanes es obvia, pero explica dónde estamos: subiendo una y otra vez la montaña, como si fuéramos Sísifo.
Buenos días.