Maridaje único

Así fue el día que se conocieron Sara Pérez y Carla Rivali (a raíz de la Barcelona Wine Week)

Sara Pérez, elaboradora de los vinos Venus La Universal, y Carla Rivali, de La Italiana de Barcelona, ​​se encuentran frente a frente en La Italiana

Carla Rivali (1967) había pensado más de una vez en Sara Pérez (1972). La conocía de nombre, porque vende uno de los vinos que elabora, Venus "La Universal", añada 2019, y siempre propone beberlo con gustos afines, con los raviolis rellenos de mejilla ternera y los de trufa. Algún día, soñaba, podría conocerla. Por su parte, a la enóloga Sara Pérez, segunda generación de elaboradores, le gusta mucho comer pasta, Italia y sus vinos. A raíz de la feria Barcelona Wine Week duerme en la Ciudad Condal y aprovecha los mediodías para comer con su marido, René Barbier, en los restaurantes de la ciudad. Entre feria y almuerzo, la periodista que escribe, que los había oído y escuchado en más de una ocasión (por separado claro), les propone que se conozcan. A la salida de la Barcelona Wine Week, en la plaza de Espanya, la enóloga y la periodista suben en un taxi dirección a La Italiana, en la calle de Bonsuccés. Debe ser posible que se vean y hablen.

Nada más poner el pie, la enóloga Sara Pérez admira los escaparates y las bandejas de comida y de pasta fresca. Cuando pedimos por Carla, la productora de pasta sale de detrás del mostrador, y le dice la ilusión que le da a conocerla. Le propone un maridaje de Venus "La Universal" con dos tipos de raviolis rellenos: el primero es de mejilla de ternera, de aspecto blanco, cocidos a baja temperatura, y el segundo es de trufa, por fuera la pasta es más oscura. “A mí también me hace mucha ilusión lo que me propones porque nuestros vinos tienen ese recuerdo de sotobosque como el que evoca una trufa”, dice Pérez. "De hecho, nuestros vinos tienen una expresión más compleja, que les hace ser más parecidos a los vinos italianos que a los de Francia, que es el país en el que tradicionalmente nos hemos reflejado”, añade. Esta afirmación no significa que los vinos de Francia no sean lo que deben ser, sino que los de la DO Montsant y los de la DOQ Priorat tienen más semejanzas con Italia: "El mismo color, más oscuro, y no tan rojo como los franceses, es ya una señal", dice.

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Sobre las dos comidas, los raviolis rellenos y el vino, Carla Rivali explica que son gustos que no se invaden, que están a la misma altura uno y otro. Y la cariñena es una variedad que en Italia les gusta mucho: “En nuestra casa, pienso que aún está por amar más”, añade Rivali. En este punto, la enóloga le dice que entiende por qué lo dice, porque la cariñena se había plantado tradicionalmente para buscar mayor productividad y porque es una variedad de poca expresión aromática. “Pero yo le aprecio muy justo porque no tiene tanta expresión aromática como otras variedades, expresa mejor el terruño donde está plantada, y este hecho la convierte en una variedad moldeable”.

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Para terminar, Rivali le cuenta que ella es la cuarta generación, que la tienda la abrieron sus bisabuelos, que pisaron Barcelona cuando estaban de camino a Argentina. Como la bisabuela estaba embarazada y no podía con el mar, se quedaron allí. También le dice que su bisabuelo llegó a casarse con la hermana de la bisabuela cuando su mujer murió. "Fue un hombre muy discreto, y nunca dio explicaciones de la relación con las dos hermanas, con cada una de las cuales tuvo hijos". Rivali empezó a echar una mano a la madre en La Italiana mientras estudiaba y terminaba el grado de psicología, y hubo un momento en que ya trabajaba. "¡Ya hace treinta y dos años!", exclama. Por su parte, la enóloga le responde que ella nunca ha contado cuando la relación de echar una mano se convirtió en trabajo, pero el caso es que la enología es su pasión y conocer artesanas que trabajan con las manos aún más. Se despiden con un abrazo. Pérez le dice a Rivali que volverá otro día, y la productora de pasta le responde que La Italiana es su casa. Mientras tanto, sus vinos continuarán vendiéndose y maridándose con raviolis rellenos.

Hotel Wine Fest o cómo comer en un hotel de lujo por 7 €
  • <p>La feria Barcelona Wine Week va ligada a nuevas iniciativas, que implican a la ciudad de Barcelona. Es el caso del Hotel Wine Fest, que comenzó el pasado viernes, 2 de febrero, y terminará el 7. Se trata de <span style="color: black;">el primer festival que fusiona los vinos y la buena comida de hoteles de cinco estrellas, y lo ha hecho a partir de cinco denominaciones de origen, que participan en la feria. Se trata de la DO Cava, la DO Penedès, la DO Jumilla, la DO Yecla y la DO Bullas. En la práctica, comer un plato elaborado con una copa de vino tranquilo o vino espumoso cuesta entre 7 y 10 euros durante estos días, una oportunidad de las buenas para disfrutar de la gastronomía.</span></p><p> <span style="color: black;">Cada denominación de origen tiene ligada una ruta de tres hoteles, en la que se pueden maridar los vinos y un plato propio. La Ruta DO Cava está integrada por</span> <strong style="color: black;">El Palace Barcelona, ​​Almanac Barcelona y Cotton House.</strong> <span style="color: black;">La ruta DO Penedès, por</span> <strong style="color: black;">Majestic Hotel & Spa, Monument Hotel y Claris Hotel & Spa.</strong> <span style="color: black;">La ruta Vinos Región de Murcia (Bullas, Jumilla y Yecla),</span> <strong style="color: black;">Kimpton Vividora, Neri Relais & Châteaux y Wittmore Hotel</strong></p><p> <span style="color: black;">El proyecto Hotel Wine Fest, nace de la mano de Gourmeet, que también fueron creadores del festival gastronómico Hotel Tapa Tour.</span></p>