Peleas entre hermanos, lo que no había visto venir
BarcelonaQue mis hijos se pelearan todo el rato no lo había visto venir. Piense que yo soy hija única y, claro, no tenía ni idea de que esto sería una constante de la relación entre hermanos. En nuestra casa siempre se oyen gritos y siempre hay alguien que le llama "Paraaaaa" al otro. Ya imagináis que al ser cuatro chicos casi siempre juegan de manera brusca, siempre se están vapuleando y lo que empieza como un juego a menudo termina en un gran drama. ¿Acaso hay hermanos que juegan tranquilamente al ajedrez toda la tarde? ¿O hacen recetas con la ilusión de ser los nuevos hermanos Roca? Pues los míos no. Los míos discuten, se enfadan y se dicen de todo. ¿Y esto de los hermanos siempre es así?, pregunté completamente ingenua a la gente que tiene hermanos. Sí, siempre es así.
Hijo 1. El Instigador. Mi hijo mayor es el más intenso porque es quien más ha sufrido mis inseguridades. De pequeño le tocaba todo el rato para saber si respiraba y ahora que es mayor me doy cuenta de que con él quizás he sido más exigente que con el resto. Diría que le trasladé mis nervios. Él se queja y se compara con los demás porque considera que lo abucheo siempre más ya veces tiene razón. Pero es que nunca para. Es quien piensa todos los insultos y apodos y quien todo el día maquina cuál puede ser la siguiente acción que desatare la paz familiar.
Hijo 2. El pacífico. Por suerte, el hijo 2 es muy tranquilo y nunca se pone en nada. Ser el medio es algo como estar en tierra de nadie y él se ha adaptado muy bien a ese rol. Que también rumia y es muy salvaje, pero al menos es más silencioso. Creo que en una empresa es valioso contratar a alguien con muchos hermanos, porque desarrollan unas habilidades de gestión de conflictos, paciencia y piel poco fina que son brutales.
Hijo 3. Quien tira la piedra. Nunca ha hecho nada y nunca nada es su culpa. Cuando todos sabemos perfectamente que sí que ha sido él. Tiene siempre un puñado excusas perfectas para escabullirse de cualquier responsabilidad y siempre intenta cerrar filas con los dos grandes en contra del pequeño. Es especialista en echar la piedra y esconder la mano pero también es quien más planes familiares propone para hacer cosas todos juntos.
Hijo 4. El consentido. Reconozco que con el pequeño me he relajado. Ya me ha pillado mayor y con menos energía. Esto genera muchos reproches y que todo lo demás le acusen de ser el mimado. Tiene especial predilección por hurgar al hijo 3 y claro, al ser el pequeño siempre acaba recibiendo. El resto de hermanos no paran de decir "Este niño hace lo que quiere" o "A mí ya me habrías castigado" o "Llego a hacer esto yo y no salgo en un año". El hijo 4 llora más y es más quejoso pero ya hemos visto que es un papelito que hace por parecer más pequeño de lo que toca y mantener los privilegios. Lo tenemos clisado.
Mis hijos se han peleado mucho y se comparan todo el rato. "Este nunca hace su encargo", "Aquel lleva todo el día tumbado", "Soy un esclavo" o el temido "Claro, porque a mí me quieres menos". Entre los celos, las comparaciones, las prisas por la mañana y el cansancio de la noche, entiendo que no todo puede ir como una seda y que las peleas son parte del día a día. Ahora ya casi ni me inmuto y siento que si yo estoy más tranquila ellos también.
Para poner luz en la oscuridad debo decirles que ahora que son mayores las disputas han ido a la baja y empiezan a hacer planes juntos. Se esperan a estar todos para seguir viendo una serie, comparten partidas en la Play y van juntos a jugar a pádel. Tienen incluso un grupo de WhatsApp de hermanos en los que no estamos nosotros y donde supongo que comparten infinidad de stickers míos. Pero esto me gusta. Me gustan mucho las complicidades que están creando y espero que el día de mañana aparte de ser hermanos... también sean buenos amigos.