Niños sobreocupados: la presión de ser excelentes
Los niños pueden mostrar irritabilidad o alteraciones del sueño o de la comida si existe una sobrecarga de actividades
Barcelona"Biel, que tiene diez años, durante la semana hace extraescolares de inglés tres días por semana; kungfu, dos días; parkour, un día, y música, tres días. Dentro de la actividad de música, hace piano, trompeta, lenguaje musical y dos combos", explica Anna Aparicio, su madre. La cantidad de horas que Biel dedica a las extraescolares es de entre 11 y 12 por semana. El niño forma parte del 83% de los niños de Cataluña de entre 6 y 15 años el estudio La cara y la cruz de la participación extraescolar, publicado en 2023 por Aliança Educació 360. Por el contrario, sólo un 17% de los niños no participan en ninguna actividad, 140.000 niños en Cataluña. "Estas actividades fuera de la escuela mejoran la autoestima, los niños pueden descubrir cosas que se les dan bien y que les hacen sentir mejor, mejoran sus habilidades sociales y tienen un mejor concepto de sí mismos", comenta Sylvie Pérez, profesora colaboradora de los estudios de psicología y ciencias de la educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
En el caso de Biel, para poder realizar todas estas actividades a lo largo de la semana, hay tardes que le coinciden varias extraescolares: "Los lunes sólo hace una actividad; los martes, los miércoles, los jueves y los viernes hace dos; y los sábados, una. Pero si nos vamos fuera y no va, no pasa nada", detalle. Según el estudio de Aliança Educació 360, los niños catalanes dedican una media de 5 horas semanales a estas actividades complementarias durante el curso, entre tardes y fines de semana, y el coste anual medio es de 567€ por niño. "Él haría más; hace muchas porque le gusta, le gusta mucho conocer a niños de otros entornos fuera de la escuela y es la oportunidad que tiene de descubrir otras actividades que dentro del sistema curricular escolar no están o no están con tanta profundización", añade Anna.
Pequeños "profesionales" de las extraescolares
"Se está dando una situación de polarización: algunos niños están muy ocupados por extraescolares y otros no tienen actividades", advierte Maria Truñó, directora de Aliança Educació 360. El estudio pone de manifiesto que sólo el 66% de los niños de familias de rentas bajas hacen alguna extraescolar, mientras que el 92% de los niños participan. "La tendencia apunta a que esta sobreprogramación se está dando en hogares con un nivel adquisitivo alto o medio. Siempre hablamos de un mínimo de actividades, y seguramente deberíamos empezar a hablar de que haya un máximo", añade Truñó.
Aunque a Biel le gustan sus actividades, muchos niños no disfrutan del mismo equilibrio. En este contexto, en 2023, una encuesta a 5.000 niños y niñas de entre 8 y 11 años impulsada por el Instituto de Infancia y Adolescencia de Barcelona arrojó una alerta: la sobreocupación de actividades en el tiempo libre está generando malestar en algunos niños. Los resultados muestran que los niños de familias con más recursos económicos y culturales son los más insatisfechos con el uso de su tiempo libre, precisamente por la sobrecarga de actividades con las que se les llenan las tardes y fines de semana. "Estamos trasladando a los niños una manía adulta: esta presión y aversión a desperdiciar el tiempo es un mal social, justo en etapas en las que necesitan tiempo libre para desarrollarse de manera saludable", considera Truñó.
Pérez alerta de cómo esta sobreocupación del tiempo libre, de una forma estructural, puede tener consecuencias negativas: "Si desaparece el tiempo libre de los niños y hay un exceso de extraescolares, les estamos presionando y frenamos su desarrollo. Está bien que tengan actividades que complementen los aprendizajes y les gusten. desarrollo social, emocional y cognitivo", detalla la psicóloga.
Tiempo libre: un derecho a menudo olvidado
En el caso de Biel, al disponer de poco tiempo libre por las tardes, Anna le lleva a comer a casa. Es este espacio del mediodía el que puede dedicar a trabajar, descansar, ver dibujos, leer o hacer lo que quiera. Truñó remarca que "el tiempo libre es un derecho reconocido, es el derecho al descanso y al juego. Se puede entender como ocio organizado pero no sólo debería ser éste, el sentido; significa tener tiempo para el juego libre, participar en actividades recreativas, pero no hiperprogramar".
Si esta situación de sobreocupación es excesiva, el niño puede mostrar ese malestar con irritabilidad o alteraciones del sueño o de la comida. "Pueden estar más susceptibles o molestos, a veces pueden expresar claramente lo que no quieren o lo que no les gusta, llorar o buscar excusas para no ir", comenta la psicóloga. Para la madre de Biel, si le deja de interesar o le genera estrés, angustia o no quiere ir, no le imponen seguir con el extraescolar.
Cuándo empezar y cómo decidir
"Desde pequeñito, cuando empezó infantil, con tres años, hacía música e inglés. A partir de ahí lo único que hemos ido haciendo es sumando. Él no para de pedir actividades, quisiera hacer más cosas, a las que no llegamos ni por logística ni económicamente", explica Anna. Respecto a las edades de inicio de las actividades, la psicóloga recomienda que en educación infantil (de 3 a 5 años) no es necesario hacer extraescolares, y aconseja mantenerlo hasta primero o segundo de primaria. "Hay que priorizar el juego libre y la exploración espontánea, al menos hasta los 6 o 7 años, porque cuando todo está muy dirigido, con niños tan pequeños, dejamos poco margen a la exploración y eso limita el aprendizaje", alerta Pérez.
Pérez destaca la importancia de que el niño participe en la toma de decisiones sobre sus actividades: "Debemos observar sus habilidades y carencias, combinar lo que les gusta con lo que les puede ser útil, y mantenerlo al menos seis meses para ajustar expectativas y permitir un período de adaptación".
Las extraescolares más populares
Las extraescolares más populares en Cataluña son las deportivas (58%), las de idiomas (33%) y las artísticas (25%). Siguen las de refuerzo o socioeducativas (15%) que incluyen academias, aulas de refuerzo y actividades de acompañamiento socioeducativo; las de ocio (7%), es decir, madrigueras y esplais, y las tecnológicas, con un 5% de participación. Las extraescolares deportivas tienden a estructurarse más: al menos dos días por semana más un partido o competición el fin de semana, con una visión más federativa de la actividad. Así lo confirma laestudio del Síndic de GreugesUniversalización del ocio educativo en Cataluña. Las actividades que crecen son las deportivas, y dentro de éstas las federativas. "En muchas extraescolares deportivas se enseña la técnica para aprender a jugar pero no es juego; enseguida es instructivo y formativo en edades cada vez más tempranas", comenta Truñó.
Las actividades de refuerzo también ganan peso. Según el estudio Educación en la sombra en España (ESADE, 2023), el 47% de los estudiantes del Estado reciben clases particulares. Esta cifra es superior en niños de centros concertados y privados, y sobre todo en hogares de rentas altas, llegando al 60%, frente al 30% en familias con menos recursos. "La capacidad económica de las familias y los mensajes de las propias escuelas, especialmente las concertadas, impulsan más actividades de refuerzo. Todo ello está configurando una especie de educación en la sombra por la gran cantidad de presupuesto privado que mueve", explica Truñó.
La mayor parte del gasto familiar se centra en idiomas (46%), seguida del refuerzo en materias curriculares (35%), como matemáticas o lengua, y de las actividades artísticas (16%). Según datos consultados en Kumon, un sistema privado de clases de refuerzo de origen japonés con implantación internacional, las matrículas nuevas han crecido un 31% en sólo cinco años (entre mayo de 2020 y mayo de 2025). "Este crecimiento refleja que cada vez más padres buscan actividades que aporten desarrollo, autonomía y preparación a largo plazo para sus hijos", comenta Maribel Martín, directora de desarrollo de Kumon España, Portugal e Italia. Actualmente, Kumon tiene más de 20.000 alumnos en el Estado.
¿Dónde no llega la escuela… llega el extraescolar?
Según un estudio de Esade, dos de cada tres euros gastados en clases particulares están destinados a ampliar y perfeccionar conocimientos, y uno a reforzar o recuperar conocimientos. Los investigadores confirman que España está en línea con la tendencia global de aumentar el gasto en esa función. "Existe una obsesión por cubrir lo que muchas familias creen que la escuela no está consiguiendo en cuanto a aprendizajes, y en este punto están todas las alertas; la idea es que las clases particulares puedan ser un complemento de lo que ocurre en la escuela, pero no cubrir lo que no ocurre", comenta Truñó.
Martín afirma que "cada vez más padres buscan descubrir y desarrollar el potencial de sus hijos, no sólo que cumplan el currículo escolar. Vemos más preocupación por la excelencia en algunas familias, aunque todavía estamos lejos de la intensidad con la que se vive en otros países". En países como Corea del Sur, Japón o China, este tipo de educación en la sombra está completamente extendida y normalizada. En Europa, Grecia, España, Italia y Portugal comparten patrones similares, con extraescolares que tienen la voluntad de ampliar y reforzar el currículum escolar y los idiomas. "Cada vez se están escolarizando más, haciéndose más académicas en el formato y en el propósito, para complementar académicamente, y cada vez existe menos la garantía de que la calidad debe pasar para que sean más lúdicas, con formatos diferentes, mucho más alrededor del juego, para hacer amigos y amigas, que es la esencia genuina de la extraescolar".
"La hiperprogramación es un riesgo que sólo apunta a una parte de los niños, aquellos que tienen más posibilidades, porque, por otra parte, existe éste uno de cada tres niños que no realizan ninguna actividad", explica Truñó. Esta advertencia de la directora del estudio La cara y la cruz de la participación extraescolar (Aliança Educació 360, 2023) refleja la profunda brecha económica que condiciona el acceso a las actividades extraescolares en Cataluña. Aunque la mayoría de los niños participan en alguna actividad, más de 140.000 niños quedan fuera, principalmente por limitaciones económicas. El informe muestra que los niños de familias con menos recursos tienen menos oportunidades de acceder a actividades complementarias, mientras que los hijos de familias acomodadas pueden realizar diversas y más especializadas, lo que incrementa la desigualdad educativa y limita la oportunidad de socialización y aprendizaje que ofrecen las actividades complementarias. Truñó, directora de Aliança 360, impulsores del estudio, subraya que "lo que deben garantizarse son las condiciones para que todos los niños y adolescentes que quieran hacer extraescolares puedan hacerlo; lo que no puede ser que dependa sólo de los bolsillos de las familias", e insiste en la necesidad de políticas públicas que garanticen equidad. Además, recuerda que "el gran reto es la equidad y que se ejerzan estas actividades, pero a su vez también es un reto tener la oportunidad de juego, tiempo de juego, tiempo en familia", y subraya que las extraescolares deben complementar y no sustituir el tiempo libre y las experiencias personales que contribuyen al desarrollo integral de los niños.
Cuando jugar se convierte en un lujo
"Para mí es como una inversión de futuro; al menos, le estoy dando herramientas y oportunidades y luego él decidirá cuáles coge y cuáles no. Vete a saber lo que decidirá, pero al menos que yo le pueda dar las oportunidades. Mi prioridad como madre en estos momentos es poderle dar las oportunidades de elegir y conocer, descubrir y disfrutar". Según elAgenda de los niños 2024, que combina encuestas y talleres a más de cinco mil niños y niñas, los niños reclaman más tiempo de descanso y ocio y más libertad para elegir actividades extraescolares que les gusten, espacios para quedar con sus amigos y amigas, quedarse en casa, jugar en la calle, y ayuda para organizar este tiempo de forma que la actividad escolar y los deberes les ocupen menos espacio.
Truñó remarca la necesidad de limitar esta hiperprogramación: "Las extraescolares no deben replicar la vida adulta. Es necesario equilibrar los intereses de los niños con las necesidades de conciliación y la presión social por el máximo aprovechamiento del tiempo". En este contexto, en Inglaterra se ha abierto recientemente una comisión en el Parlamento para ampliar el outdoor playing (el juego al aire libre), como respuesta a la reducción del tiempo de juego al aire libre de los niños y niñas. Esta situación se debe, en parte, a problemas de espacio urbano ya la sobreocupación de actividades extraescolares.
Para la psicóloga es necesario buscar el equilibrio entre lo que quieren los padres y el desarrollo y los intereses del niño: "Si consideramos que algunas actividades pueden favorecer el éxito del hijo, se pueden hacer, pero respetando su ritmo y desarrollo. Deben complementar la autoestima, los conocimientos y los intereses sin forzarlos. Hay que tener en cuenta el bienestar del niño o de la familia: La bienestar del niño o la familia. y selectivos, incorporando actividades de forma gradual y equilibrada, y también dejar espacio simplemente para disfrutar", concluye.