Belén Barenys: "Tienes que asumir que en el futuro tú también puedes ser una madre como la que ahora tanto criticas"
Actriz, cantante y madre de Bimba, de un año y nueve meses. Estreno en la Sala Beckett 'Del fandom al troleo. Una sátira del bla bla bla', escrita y dirigida por Berta Prieto. Belén interpreta un grupo de papeles junto a la cómica Judit Martín y también ha escrito la música original. La obra es una comedia surrealista sobre el overthinking y la estupidización provocada por la sobredosis de información banal que cada día nos cae encima.
BarcelonaLlevo años trabajando con Berta Prieto y una broma nuestra recurrente es que su madre no puede venir tranquila a ver una función porque la relación maternofilial siempre acaba saliendo en todas las obras, con el humor ácido y cínico que caracteriza a la su hija.
La madre convertida en el burro de los golpes... Interesante.
— En esta pieza que estrenamos ahora, se retrata a la madre de la protagonista como una mujer exageradamente perfeccionista y exigente, pero creo que Berta, por primera vez, también se ríe del papel que jugamos las hijas con nuestras madres, a las que a menudo nos olvidamos de entender y perdonar. Uno de los personajes que yo interpreto es Paula Miró, la protagonista, una chica que frente a una madre dura se vuelve una hija cínica e insensible.
¿Y qué te hace pensar a ti todo esto?
— Que cuando eres joven resulta fácil culpar a tus padres de todo lo malo que tú eres o que te pasan. Pero llega un momento en que debes saber pasar pantalla y ver el otro lado de los padres. Tienes que entender que, aunque hicieran cosas mal, lo estaban intentando hacer lo mejor que podían. Y debes asumir que en el futuro tú también puedes ser una madre como la que ahora tanto criticas.
Al final, las macetas se asemejan a las ollas.
— Es que llega un punto a la vida donde más que perdonar a los padres, los aceptas tal y como son y tiras adelante. Esto te permite quererlos desde otro sitio. Desde que soy madre admiro muchísimo más a mis padres.
Tienes veinticinco años y ya eres madre. ¿Qué te preguntan las amigas?
— Mi maternidad despierta muchas preguntas porque prácticamente nadie de mi entorno ha sido madre. Sienten curiosidad por el parto, por ejemplo. Pero he pasado épocas en que me ha costado mucho hablar de la maternidad. Tenía la sensación de que mi día a día era algo banal y que no tenía mucho interés. Toda la experiencia de la maternidad es una gran sorpresa y, por mucho que te informes, nunca puedes imaginar qué es hasta que lo vives. No deja de sorprenderme cómo te reorganiza las prioridades, cómo te convierte en una persona que no sabías que eras.
No es fácil conciliar maternidad y carrera de actriz.
— Para tener un problema de conciliación entre trabajo y maternidad lo que necesitas es tener trabajo, y en la profesión de actriz no siempre lo tienes. Yo he pasado por épocas largas sin ningún proyecto, y el problema no ha sido la conciliación sino la economía. Ser actriz te obliga a convivir con frecuencia con la precariedad y la inestabilidad, cosas que no tranquilizan mucho si tienes hijos.
O no tienes dinero o no tienes tiempo.
— Tanto yo como mi pareja tenemos profesiones que nos gustan, y cuando llegan épocas en las que tenemos que trabajar mucho y no podemos ver tanto a nuestra hija, el sentimiento es contradictorio: por un lado, lo pasas fatal y sientes una gran culpa, pero por otro cuando no estamos con ella estamos dedicándonos a trabajos que nos hacen felices y nos completan, y esto es un gran privilegio. Lo que a menudo nos ha salvado son mis padres y la suegra, sin los cuales no podríamos hacer lo que hacemos.
¿Qué te resulta especialmente difícil?
— Desde que soy madre, me cuesta encontrar momentos de estar sola para componer o dibujar o escribir. Me parece difícil ser creativa en cosas no vinculadas al trabajo. Actividades que antes hacía en mis ratos libres, ahora no las hago nunca porque no tengo muchos momentos para estar sola, y los pocos que tengo debo dedicarles a las cosas urgentes, a hacer lavadoras o enviar mails. Tengo que centrarme en ser una persona adulta, funcional y organizada porque los niños necesitan orden y rutinas.
Cuéntame alguna sorpresa reciente.
— Algo que me hace mucha gracia es que últimamente mi hija no me deja cantar.
¿Qué quieres decir?
A Bimba le encanta cantar y cuando yo me sumo me mira con cara de travieso y me dice: “Mamá noooo”. Me parece irónico que una persona como yo, que se dedica a la música, en mi casa no pueda cantar. Es un buen cuidado de humildad, porque a mi hija le da igual que a mí me guste cantar o que cante bien. No tiene ni idea de que es parte de mi oficio, pero por algún motivo que desconozco ha decidido que en casa puede cantar a todo el mundo menos yo.