Cinema

¿Por qué acabamos cortando? Una cineasta se lo pregunta a sus exnovios

Liliana Torres se reencuentra con sus antiguas parejas en una autoficción cinematográfica

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Liliana Torres y Xúlio Abonjo a '¿Qué hicimos mal?'

BarcelonaEn la novela de Nick Hornby Alta fidelidad un hombre deprimido por su último fracaso sentimental se reencuentra con sus exnovias para tratar de entender qué falla en sus relaciones y por qué todas acaban estropeándose. El propósito es similar al de la cineasta Liliana Torres (Vic, 1980), que en ¿Qué hicimos mal? se interpreta a sí misma atrapada en una relación que agoniza, casi cadáver. Lo único que la motiva es la película en la que está trabajando y que la lleva a entrevistar a tres de sus ex para averiguar qué falló. La gran diferencia entre Hornby y Torres es que aquí no hay nada de romanticismo: si la novela recompensaba la búsqueda del protagonista con una cierta iluminación y un final feliz, la película evita el romanticismo desde el primer minuto, alimenta la amargura de los personajes y huye de soluciones mágicas.

Tráiler de '¿Qué hicimos mal?'

Torres ya tenía experiencia en la autoficción: su debut como directora, Family Tour, escenificaba la tensión y extrañeza mutua que sienten una directora y su familia de Vic, interpretada por la familia de Torres, que aun así prefirió ceder su personaje a la actriz Núria Gago “para generar una distancia añadida entre mi familia y yo”. ¿Qué hicimos mal? Torres sí que se interpreta a sí misma, pero en cambio dos de los tres ex son interpretados por actores. “Fue un contratiempo, la verdad –reconoce–. Manuel y Fede aceptaron hacer la entrevista, pero me marcaron el límite de no aparecer en pantalla, así que busqué intérpretes que hicieran de ellos”. Ahora bien, los actores no se limitan a recitar el diálogo: Torres compartió con ellos recuerdos, e-mails y fotos de la relación para que la conocieran bien y les dio libertad para hacer cualquier pregunta. Esto le ayudaba a “entrar en el túnel del tiempo, contactar con la emoción y tener reacciones espontáneas” como las que tuvo con Killian, el exnovio que sí que se prestó al juego.

¿Obsolescencia programada de los sentimientos?

Remover el pasado no fue exactamente como Torres se pensaba. “Esperaba encontrar patrones que me ayudaran a identificar por qué mis relaciones tenían una duración determinada, como un tipo de obsolescencia programada –dice–. Pero en general no los encontré, solo alguna pequeña clave personal y muchas coincidencias generacionales”. Las respuestas no eran internas, asume ahora, sino que tenían que ver con los cambios sociales de las últimas décadas. “A las mujeres de mi generación nos educaron en una esquizofrenia total respecto a la pareja –señala–. El hombre tenía prioridad y su trabajo iba por delante, pero a la vez nos inculcaron el marco teórico de hacer lo que quisiéramos porque nosotros lo podíamos todo. Después, en el mundo real, la resistencia de muchos hombres a renunciar a sus privilegios causa muchas fricciones”.

Los cambios sociales transformadores se identifican sobre todo en la entrevista de Torres con su exnovio mexicano, para quien la relación es todavía una herida abierta y que, preguntado por los motivos del final, apunta a la negativa de Torres a tener hijos y deja caer un vago “eras muy ambiciosa”. “La maternidad es el otro gran tema –dice Torres, que precisamente está preparando un film sobre las mujeres que no quieren ser madres–. Que algunas mujeres no nos sintamos atraídas por la maternidad es muy conflictivo para la pareja. Es muy difícil encontrar personas que te acompañen y que entiendan esto, incluso en tu entorno, que pone tu decisión bajo una lupa y la somete a todo tipo de juicios”.

Cuando la vida personal y el trabajo artístico se mezclan hasta el punto de ebullición que logra ¿Qué hicimos mal?, también es inevitable preguntarse de qué manera se alimentan una y otra. Es decir, ¿qué va primero, el deseo de hacer las paces con la propia historia sentimental o de rodar una película? Torres ríe y asegura que no podría haber hecho la película sin traer el tema trabajado de casa. “Tienes que tener la mente clara para mantener la idea original que quieres –dice–. Si no, hay muchas fuerzas involucradas que tensan para deformarla. Hacer la película sin haber hecho las paces habría sido muy duro. Y esto no quiere decir que ponerlo todo en escena no añada una capa extra de dolor”.

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