Del amor basura al amor 'big data': diez formas de querer más allá del romanticismo
Agustín Fernández Mallo reflexiona sobre el enamoramiento en su nueva novela
Barcelona"Enamorarte implica dejar que alguien te meta dentro de su cabeza y te convierta en una melodía inventada. Te transformas tú y se transforma el otro. Y no necesariamente es un proceso positivo: el amor es un monstruo que quizás nunca llegamos a entender". Agustín Fernández Mallo habla de su última novela, un artefacto híbrido entre narración, pensamiento y lirismo que lleva por título El libro de todos los amores y que acaba de publicar Seix Barral. El libro está protagonizado por una pareja instalada en Venecia en algún momento del siglo XXI. "Ella es escritora y él profesor de latín que pasa un año sabático: son los escogidos para asistir al fin del mundo que conocemos y para sobrevivirlo –explica–. Me pareció que Venecia era el lugar ideal porque es una ciudad invertida: las construcciones de piedra se levantan encima de fundamentos vegetales, miles de troncos clavados. El amor es un poco como Venecia: parece tan sólido como los palacios venecianos, pero cuelga de un hilo, es débil".
El libro es también un extenso inventario de microamores que matizan el modelo romántico. "Hay unos 200", recuerda el autor. A cada uno les dedica un párrafo, que va acompañado de diálogos breves, a menudo de carácter alegórico, entre los amantes. Elegimos una decena de los más significativos y curiosos.
Amor bífido
"El primer amor que debía de escribir es el amor bífido, porque remite a su origen de la palabra, que viene del latín amoris y que significa madre –explica–. Los griegos no tenían solo una palabra para designar lo que ahora conocemos como amor, sino dos: eros y ágape. Eros era el amor carnal. Ágape era el amor que quedaba fuera de lo que saciamos a través de la satisfacción sexual". Fernández Mallo recuerda como en algún momento de la historia este amor bífido se perdió: "Con esta pérdida perdimos también la posibilidad de orientarnos sentimentalmente".
Amor presente
"Es frecuente que para procurarnos una vida mejor intentemos adivinar qué nos espera en el futuro –escribe el autor a la novela–. Al fin y al cabo, se trata del sencillo principio de causa y efecto que usamos cada día y que se puede resumir de la siguiente manera: conocer el pasado y el presente nos permite predecir qué pasará mañana". El amor, en cambio, es aquello "radicalmente vivo", es "el ahora y el aquí, pero proyectado esféricamente, hacia todas partes". El amor imagina el futuro en común desde el presente. "No soy nada apocalíptico –admite Fernández Mallo–. De hecho, me río un poco de los apocalípticos, porque llevan treinta siglos intentando meternos el miedo en el cuerpo. El apocalipsis es un mecanismo de control para atemorizar a la población".
Amor billete
Hay varios tipos de amor analizados en el libro que tienen que ver con el dinero, el capitalismo y el negocio. "En un billete de 20 euros está contenido todo lo que puedes comprar entre 0,01 y 20 euros –recuerda el autor–. Un billete tiene un significado altamente polisémico, es una metáfora perfecta". A veces se considera al amor como una "cosa tan valiosa que no tiene precio". Pero a través de aplicaciones de telefonía móvil se ha visto "como la sociedad de consumo también adopta nuevas formas de amor que quizás no lo cuantifican, pero le dan un valor diferente". Fernández Mallo está convencido de que "el amor en un país comunista no tiene nada que ver con el amor en un país de libre mercado".
Amor polar
El amor polar no tiene que ver con el frío, sino con los extremos de la vida. "Nadie recuerda su nacimiento / nadie vuelve de la muerte": son versos del poeta iraní Mohsen Emadi que cita Fernández Mallo para explicar la ausencia de recuerdos hasta los tres años de edad. "Dependemos de la memoria de los otros para construir nuestra", dice. A la vez, después de morir, "lo único que existe de nosotros vuelve a ser lo que queda en la memoria de los otros, una historia nuestra que ya no es nuestra". Los momentos de la vida en los que somos más queridos es cuando no lo podemos recordar, o bien porque somos demasiado pequeños o bien porque ya estamos muertos.
Amor basura
Uno de los últimos ensayos que Agustín Fernández Mallo ha publicado es Teoría general de la basura (Galaxia Gutenberg, 2018). "Creamos a partir de la basura que han dejado los otros, no a partir de lo mejor –afirma–. Solo hay que recordar qué hace Cervantes con las novelas de caballerías". En esta línea, el autor compara a una pareja con la música: "A veces se encuentra en el fragmento más esplendoroso del estribillo y se cree invencible". En otros momentos, cuando la canción entra en el fade out final, "los acordes cogen una potencia insospechada y lo que años atrás eran banalidades y detalles sin trascendencia vuelven a la memoria, y entonces te preguntas qué maravillosos desechos os recorrían de forma subterránea".
Amor gusto
Uno de los tipos de amor más indispensables que aparece catalogado en la novela es el que está relacionado con el gusto. Fernández Mallo recuerda que "el gusto no es una cuestión estética", sino "un mecanismo de supervivencia". Y este mecanismo se encamina, sobre todo, a evitar "las cosas que tienen un gusto amargo, porque el cuerpo las considera potencialmente venenosas". El amor, que relacionamos de forma arquetípica con la dulzura, también está connotado positivamente si se asocia al gusto salado o, en menor medida, con la acidez.
Amor navaja
El escritor asegura que hay un momento de la experiencia amorosa "en el que te empiezas a cortar con cualquier cosa". "Con el cepillo de los dientes, con un cajón, cuando te subes los pantalones o te los bajas, cuando lees un libro... es como si, de repente, todos los objetos buscaran afilarse en ti". En el diálogo que acompaña a esta revelación en la novela, el personaje de ella dice: "La primera vez que te toqué fue como si llegara a un hogar. Un hogar donde no había estado nunca". Y él responde: "Contigo he perdido el miedo a la rutina".
Amor paquete
El triunfo del comercio electrónico motiva la reflexión sobre el amor paquete. "Hacemos paquetes de cualquier cosa –dice Fernández Mallo–. La red no es nada más que millones de metros de cables que empaquetan el planeta. Si dejáramos crecer las plantas, acabarían empaquetando nuestra esfera. Abrazar al otro es empaquetarlo, es darle una forma desconocida para todo el mundo menos para nosotros".
Amor enfermedad
"Legislamos para poder controlar el mal, pero, en cambio, no legislamos sobre el bien. ¿Estamos seguros de que, cuanto más bien hubiera, mejor iríamos? Podría crecer comoun big bang hasta coger dimensiones terribles", advierte el escritor. Por eso algunos de los amores presentes en el libro tienen una connotación aparentemente negativa. "La enfermedad también forma parte de la vida –recuerda–. Lo contrario de la vida no es la muerte, sino la nada. Adentro nuestro conviven dos cuerpos, el vivo y el muerto. Y este proceso no se detiene".
Amor 'big data'
La inteligencia artificial, la deep web y el big data bautizan también algunos de los tipos de amor que aparecen a la novela de Agustín Fernández Mallo. Este último explica la anécdota de una pareja que se separa y la mujer descubre, en la terraza de casa, la huella de un pie. "Primero piensa que el paso del tiempo y los fenómenos atmosféricos borrarán aquella huella –dice–. Después le parece que el tiempo podría originar un efecto contrario: con la llegada del polvo aparecerán microorganismos e incluso pequeños líquenes que harán crecer, en la terraza, una costra viva y de este modo la huella quedará tapada". El recuerdo de la antigua pareja quedará borrado "no por falta de datos, sino por acumulación, como pasa conel big data".