Los 25 edificios más emblemáticos de la arquitectura catalana postcrisis

La arquitectura catalana más austera y arraigada, y al mismo tiempo inquieta, sigue marcando el panorama arquitectónico. Diez años después del primer pabellón catalán en la Bienal de Arquitectura de Venecia, titulado Remadores, ahora algunos de los arquitectos que fueron seleccionados entonces, como Bosch y Capdeferro, Francisco Cifuentes, Nuria Salvadó, David Sebastián y Gerard Puig, aparecen con una veintena más de sus colegas en la exposición que el Dhub dedica hasta el 7 de enero a Los nuevos realistas. Arquitectura catalana y balear desde la crisis de 2008. Según los comisarios, los arquitectos Joan Roig y Carme Ribas, todos estos arquitectos tuvieron que "cuestionarse los parámetros con los que se trabajaba hasta entonces" e hicieron una apuesta por "la sostenibilidad, los nuevos modelos de gestión energética y de los recursos , la coproducción y el uso de materiales naturales y artesanales". Éstos son 25 de los edificios recogidos en la muestra.

Ramon Bosch y Bet Capdeferro hablan de esta vivienda como una "nueva capa" en una de las viejas casas del Call de Girona, en la que destacan, como articuladores, una escalera gótica y el patio donde hay unos restos de la antigua muralla de Gerona. Ésta nueva capa la tejieron incorporando "la máxima naturalidad posible" a la obra, con materiales existente de diferentes épocas a los que daban una nueva vida. Por la Casa Collage, Bosch y Capdeferro recibieron el galardón al arquitecto emergente del premio Mies van der Rohe en el 2011.

Una vivienda para una pareja que carecía de hijos que los comisarios de la muestra definen como “un ejercicio de depuración extrema”. Los arquitectos explicaron que el proyecto estuvo marcado por el hecho de que el cliente redujo sus demandas una y otra vez para abaratar el coste de la casa de los 250.000 euros iniciales hasta 120.000. También adaptaron el proyecto para que la casa la pudiera construir un albañil tradicional. Harquitectes es el estudio más presentado en la exposición: los comisarios también han seleccionado otros trabajos suyos como 136 viviendas en Gavà, el Centro ICTA-IPC en el campus de la UAB, en colaboración con el estudio Datae; y la rehabilitación de las Cristalerías Planells en Barcelona.

Los autores, Pere Buil y Toni Riba, definen este proyecto como "un pequeño edificio integrado en el tejido del pueblo" levantado con materiales y soluciones constructivas de la arquitectura popular de la zona. A la hora de realizar el proyecto, Buil y Riba pensaron en un recorrido hasta el edificio que pudiera dar “serenidad y calma” hasta ser atendido por el médico y colocaron las ventanas estratégicamente para abrir el edificio al paisaje.

La planta baja de esta guardería se construyó aprovechando una antigua masía existente y ampliándola. En la primera planta hay un salón polivalente con entrada independiente. Los arquitectos integraron ambas plantas utilizando materiales corrientes y con vocación de austeridad, como el hormigón y las baldosas de cerámica.

Las persianas de aluminio que envuelven la casa dan unidad al encargo doble que la familia propietaria hizo a los arquitectos: una masía con una planta baja para el verano y la primera planta para el invierno, en un campo de avellanos en Alforja, donde el clima es más frío y ventoso que en el resto del Baix Camp. En la casa de verano hay un gran porche y en la de invierno las habitaciones están como dentro de armarios.

Ante el desempleo del medio rural, los arquitectos Tomeu Ramis y Aixa del Rey plantean reapropiarse de una vieja casa de rotero (una casa rural con poca tierra para cultivar) de la localidad mallorquina de Algaida rehabilitándola y ampliándola con tres pabellones en torno a un patio central. Esto permite que los usuarios de la casa puedan utilizarla por módulos según las necesidades de cada momento.

Esta premiada casa patio de los arquitectos mallorquines Irene Pérez y Jaume Mayol (TEd'A arquitectes) está ubicada en una urbanización algo elevada del municipio de Palma, lo que le da unas vistas maravillosas de la bahía y el llano de Mallorca. Los autores decidieron semienterrar la casa para responder al desnivel de 1,5 metros del solar, lo que potencia el recogimiento y, al mismo tiempo, la inercia térmica. Este estudio también está representado en la exposición con una escuela en Orsonnens (Suiza) diseñada conjuntamente con la pareja de arquitectos formada por Vincent Rapin y Maria Saiz.

Marta Serra y Elena Albareda (Cíclica) y Jordi Calbetó (Cavaa Arquitectes) contaron con la comunidad de regantes local para sanear una antigua corriente que se había convertido en un husillo. Recibieron el Premio Europeo del Espacio Público Urbano de 2016 por haber dado una lección de empoderamiento.

La arquitectura de este centro, que está ubicado en las afueras de Vic, se caracteriza por un pabellón central de acceso en torno al cual se agrupan el resto con su programa específico. Todos ellos se adaptan al terreno y están separados por huertos y jardines. La austeridad exterior contrasta con los interiores de madera.

110 Habitaciones significa 22 pisos con cinco habitaciones. La característica principal es la flexibilidad extrema: salvo en la cocina y el baño, el resto de cámaras no tienen uso definido. Están comunicadas entre sí, así que no se necesitan pasillos. La habitación central es una cocina americana que actúa como centro de la casa. La entrada del edificio con mármoles de colores evoca los vestíbulos tradicionales del Eixample.

Esta casa en Llagostera es tradicional y al mismo tiempo rompedora: la azotea a dos aguas le da una imagen familiar, pero es poco habitual que una casa privada esté construida con piezas de hormigón prefabricadas. Está suspendida sobre un espacio que puede funcionar como garaje abierto yo para otros usos. Un Par de Arquitectos son Eduard Callís y Guillem Moliner y también son conocidos por la obra ¡Buenos días, Carmen!, en Olot.

Cuando los arquitectos Núria Salvadó y David Anglés recibieron el encargo de rehabilitar cinco naves industriales distintas en el Poblenou de Barcelona no se plantearon la arquitectura existente como un obstáculo sino como una oportunidad para mejorar la funcionalidad y la calidad de los espacios que querían ubicar: seis talleres en las plantas superiores, dos locales y un aparcamiento en la planta baja. La llave la encontraron planteando los espacios como lugares de trabajo flexibles e iluminarlos y ventilarlos adecuadamente vaciando los edificios y creando patios exteriores.

El confort y el valor social son dos de los puntales del bloque de vivienda cooperativa con el que el estudio Lacol se consagró internacionalmente como ganador del premio Mies de los arquitectos emergentes. El acceso se encuentra en un patio cubierto, con vegetación, los vecinos tienen plantas y estantes con libros en el rellano. Hay un espacio de juegos infantiles, una lavandería, una terraza y una cocina comunitaria.

La obra se enmarca en un proceso de investigación promovido por el Ayuntamiento de Girona para que la ciudad reconozca sus fachadas fluviales y de montaña. Así, si el paisaje se trata como una “infraestructura verde multifuncional”, como dice el autor, puede convertirse en “el mayor equipamiento público de la conurbación contemporánea”. La red inicial de espacios mide 600 hectáreas, divididos en 13 bucles en los que se plantean 30 parques “naturbanos” más pequeños.

El CEM Kamanar es un instituto de secundaria para 500 estudiantes en la ciudad de Thionk Essyl, en el sur de Senegal. Los arcos catenarios de los diferentes edificios, que recuerdan a la Nau Gaudí de Mataró, son fruto de tener que trabajar con el material más abundante en la zona, el barro. Así que los arcos están hechos con bloques de barro comprimido que se realizaban en la misma obra. Por otra parte, el CEM Kamanar es el primer proyecto surgido de la Foundawtion, una institución creada por el mismo estudio para cubrir necesidades arquitectónicas en zonas económicamente desfavorecidas.

Nueva sede de la empresa de reparación de maquinaria agrícola Gon-Gar, afincada en la localidad de Binissanet desde hace unos 50 años. La obra consistió en la rehabilitación de una nave preexistente abandonada para convertirla en un edificio de oficinas y la construcción de una nueva nave diáfana adosada a la anterior que se utiliza como nuevo taller mecánico y zona de exposición de productos. El estudio Nua Arquitectures, formado por Ferran y Arnau Tiñena y Maria Rius, se dio a conocer con el centro de distribución de alimentos de Campclar (Tarragona), una de las obras incluidas en el pabellón catalán de la Bienal de Arquitectura de Venecia de 2018.

Los restos del castillo de Merola, al sur del municipio de Puig-reig, están datados a finales del siglo XIII y catalogados como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN). La intervención para salvarlas del alto riesgo de derribo que sufrían consistió en la consolidación de los restos y, por otra parte, el refuerzo de la estructura medieval con una nueva estructura de madera que sostiene los restos como si fuera un andamio y, al mismo tiempo, evoca la volumetría original del conjunto.

Este bloque, ubicado en el solar donde antes estaba el Cine Pisa en Cornellà de Llobregat, es el edificio residencial con la estructura de madera más grande de España. En la línea de hacer la vivienda pública más sostenible y más inclusiva, los pisos tienen la cocina en el centro porque funciona como un distribuidor, en vez de los pasillos tradicionales. El acceso a las viviendas está pensado en clave de género; se encuentra en el patio central para que sea más seguro. La obra recibió el Premio de Arquitectura 2021 de los Premios Arquitectura del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) y fue finalista del Premio Mies van der Rohe.

El edificio incluye cinco viviendas y dos locales comerciales. Lo significativo es que los autores siguieron las pautas del Eixample en la resolución de la esquina del edificio y en el diseño de la fachada. Sitúa en el centro un núcleo de comunicaciones verticales cilíndrico en el que destaca una elaborada escalera de caracol, lo que mejora la distribución de los pisos, y también sirve para ventilar el edificio y para que entre luz natural. Este edificio ganó el premio FAD de arquitectura 2021.

Este complejo en Koudougou (Burkina Faso) incluye un nuevo instituto de secundaria y servicios como un comedor y unos vestuarios. El autor, Albert Faus, afincado en África, los concentró en tres franjas horizontales para que la obra tuviera menos impacto en las viviendas existentes y las tierras de cultivo. La obra se caracteriza por los muros y bóvedas de tierra comprimida y los perfiles metálicos.

Se trata de un centro educativo que sigue la pedagogía renovadora. El origen del edificio se encuentra en un estudio de los monasterios mediterráneos, por lo que el patio central, como si fuera un claustro, es un oasis. El edificio está pensado como un refugio climático protegido de las condiciones extremas gracias a unos grandes voladizos y la incorporación de vegetación. El uso de la madera ha permitido reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 60%.

Es uno de los edificios con los que el Instituto Balear de la Vivienda está obteniendo relevancia y eco internacionales, obra de Adrià Guardiet y Sandra Torres (08014 arquitectura). Las 24 viviendas del bloque están organizadas en torno a patios para que todas las salas y dormitorios tengan una doble orientación. Para que el edificio sea más sostenible y eficiente, la cerámica se fabricó en hornos de biomasa, y para la lana del aislamiento de la fachada y para el aislamiento de la cubierta se utilizó el recurso tradicional de la posidonia.

Josep Bunyesc define esta obra como "un proyecto piloto" construido en una altitud excepcional de 2.200 metros. Promovida por el Centro Excursionista de Catalunya, la obra incluye un nuevo módulo prefabricado que sirve de estancia de los guardas, zona de secado y refugio libre. También la remodelación de la zona de los servicios para mejorar su higiene, comodidad y eficiencia energética. El aprovechamiento de la energía solar permite que el edificio no requiera energía para regular su temperatura durante todo el año.

Se trata de una nueva muestra del tipo de vivienda protegida que el Govern Balear promueve desde el Instituto Balear de la Vivienda. Una de las estrategias que utilizaron los arquitectos para que el edificio sea sostenible a escala económica, social y medioambiental es la recuperación de un elemento tradicional: la bóveda de piedra.

Esta intervención del estudio catalanofrancés formado por Michèle Orliac y Miquel Batlle consiste en el camino de una ruta ecohistórica por las antiguas carreteras y líneas de ferrocarril de la industria del carbón en una región montañosa en el este de Taiwán, para que el público pueda descubrir ese patrimonio industrial y, al mismo tiempo, el paisaje. Las barras de acero corrugado son el material más característico de la obra. The Dark Line ha ganado el premio FAD 2023 en la categoría Internacional.