El arte emergente pone al Macba "contra las cuerdas"
El museo toma el pulso creativo al tejido local con una exposición con 17 trabajos de gran formato
BarcelonaEl arquitecto del Macba, Richard Meier, se pondría las manos sobre la cabeza si viera la puerta de papel maché que el artista Antoni Hervàs ha creado para la exposición Panorama 21. Apuntes para un incendio de los ojos titulada como si el arquitecto fuera una vedet, La Meiers. En lugar del racionalismo redentor del museo en el corazón del Raval, la obra bigarrada y colorista de Hervàs evoca al mundo nocturno de los cabarets del Paral·lel. “Antoni trabaja mucho con la cultura de la noche, y esta obra está inspirada en el Teatre Arnau”, afirma Hiuwai Chu, conservadora del museo y la comisaria de la muestra junto con el dúo Latitudes, formado por Mariana Cánepa Luna y Max Andrews.
Panorama 21 se remonta a la etapa de Ferran Barenblit al frente del museo y es la primera exposición de una serie de exposiciones y proyectos de otros formatos que surgió durante el confinamiento para apoyar al tejido local y tomar el pulso al arte catalán emergente. “El sector siempre había pedido que expusiéramos a gente de aquí más allá de los que solemos exponer, que están muy establecidos –explica Chu–. Esta exposición es una forma de profundizar en nuestra relación con los artistas”, declara. “Panorama 21 no es solo una oportunidad para ver arte emergente, sino también para poner al museo contra las cuerdas, para decir qué debemos hacer en tres años hasta la próxima edición, que coincidirá con la Manifesta y la apertura de la ampliación del museo”, asegura la actual directora del centro, Elvira Dyangani Ose. “Panorama 21 es una oportunidad para tener un sentido crítico”, subraya. La actual muestra se cerrará el 27 de febrero y la próxima edición se celebrará en 2024, y estará dedicada a las prácticas pedagógicas radicales, en el mundo académico y en el espacio público.
A lo largo del recorrido se pueden ver diecisiete trabajos, la mayoría de los cuales son de nueva producción, y es un placer observar cómo se apoderan de las salas, como si los artistas se quisieran desfogar de todos los meses de confinamiento en los que las exposiciones solo se podían visitar virtualmente. Rasmus Nilausen ha hecho una instalación gigantesca con 49 pinturas inspiradas en el proyecto de teatro del filósofo renacentista Giulio Camillo, y Rosa Tharrats ha colgado en uno de los pasillos algunos de sus tapices de materiales que reaccionan al ambiente. El dúo Palomar, formado por Mariokissme y R. Marcos Mota, muestra en unas pantallas gigantes la película que ha dedicado al juez alemán Daniel Paul Schreber, que fue encerrado en un manicomio en 1894 después de decir que se sentía una mujer. Otra de las piezas de gran formato es Fig Juice (Zumo de higo), de Stella Rahola Matutes, evocadora de un sistema circulatorio o una jungla de cadenas metálicas, cabellos artificiales y formas hechas de vidrio y oro que parecen fruta u órganos, mientras que Laia Estruch ha colgado del techo una gran red como las que se usan para cazar pájaros dentro de la investigación que hace sobre el canto de los pájaros que se pudieron volver a oír durante el confinamiento. El proyecto también se relaciona con la performance, la música y la escritura, puesto que el título de Panorama 21 proviene de un poemario del poeta Gabriel Ventura.
Uno de los hilos conductores de la exposición es la misma idea de panorama y el afán imposible de alcanzarlo todo con una sola mirada, a la cual el dúo Ruta de Autor (Aymara Arreaza R. y Lorena Bou Linhares) responde con un repaso histórico de los tres panoramas que había en Barcelona durante la Exposición Universal de 1888 con textos e imágenes de la época, de los cuales solo queda un fragmento de ocho metros dedicado a la batalla de Waterloo en el Museu Nacional d’Art de Catalunya.