Fotografía

La mirada moderna del fotógrafo Edward Weston

El centro Kbr expone unas 200 obras de la trayectoria de este artista pionero

BarcelonaEl fotógrafo estadounidense Edward Weston (1886-1958) empezó la carrera con la idea de ganarse bien la vida dedicándose a la fotografía comercial. Pero su sueño era tomar fotografía creativa. Lo logró, y se convirtió en uno de los fotógrafos más importantes. Weston fue uno de los pioneros que hace un siglo se liberaron de la tradición pictorialista de la fotografía para forjar un lenguaje propio. Uno de sus trabajos más sonados es la imagen de un pimiento convertida en motivo abstracto. "Es un clásico plenamente satisfactorio: un pimiento, pero más que un pimiento. No tiene atributos psicológicos, no despierta emociones humanas: este nuevo pimiento nos lleva más allá del mundo que conocemos en la mente consciente", dijo el artista. "Weston fue alguien que se dedicó profundamente a su arte, y que en un momento dado decidió vivir en condiciones muy difíciles para perseguir su sueño", explica el comisario de la muestra, el investigador y profesor Sérgio Mah. "En esto es un ejemplo muy excepcional para los tiempos que vivimos", añade.

La exposición que le dedica el centro Kbr de la Fundación Mapfre, Edward Weston. La materia de las formas, consta de dos cientos de obras y permanecerá abierta hasta el 31 de agosto. Para llevarla a cabo, la Fundación Mapfre ha contado con el apoyo del Center for Creative Photography de la Universidad de Arizona, que ha prestado una parte de las obras expuestas, mientras que otra proviene de museos de California, como el Getty y el Huntington. "Aunque nació en Chicago, Weston desarrolló su vida personal y creativa principalmente en la costa oeste de Estados Unidos", dice el comisario.

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El punto de inflexión de México

La modernidad de la fotografía de Weston empezó a notarse en las obras que realizó durante un viaje por México. "Fue cuando era un lugar muy dinámico cultural y políticamente y cambió su vida", dice el comisario. "Weston es una figura muy importante en la historia de la fotografía, porque a finales de la década de 1910 se da cuenta de que los artistas interesados deben ir a buscar un espacio propio", añade. En México, Weston trabajó las constantes de su obra: retratos, paisajes y arquitectura, y también se interesó por la cultura precolombina y el arte popular. "Hay un cambio radical respecto a las fotografías anteriores. Detalló los temas que le interesaban, sin manierismo alguno", dice el comisario. "Un hecho muy importante es que para él no había jerarquías entre los temas –subraya–. El paisaje no era más importante que el retrato, ni el retrato más que un desnudo, y el desnudo no era más importante que la fotografía de un objeto. Tenía la mirada del fotógrafo moderno, la capacidad de mirar cualquier punto de vista y reconfigurarlo en algo fascinante".

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Weston recibió la influencia clave del poeta Walt Whitman y su visión de la belleza, no como propiedad natural sino como "concepto cultural". "El arte del fotógrafo radica en cómo jugar con la mirada sobre las cosas, utilizando la capacidad de la fotografía para encuadrar, trabajar la profundidad, enfocar y controlar el tiempo de exposición. Y así, transformar el mundo tridimensional en un plano bidimensional", dice Mah. Uno de los ejemplos más conocidos es el de una taza de inodoro que obsesionó a Weston porque le recordaba el cuerpo de una mujer. "Su fotografía se basa en la posibilidad de intensificar la percepción a través de la imagen, hasta el punto de que te miras una cosa y parece otra, como ocurre con la poesía", explica.

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Para Weston, la belleza se basaba en "la calidad de atraer la atención", y no en una armonía heredada de la pintura. El fotógrafo exploró el desnudo femenino tratando el cuerpo de la mujer como un objeto que podía abordar de diversas formas, sin querer sugerir erotismo. "Estaba obsesionado con las formas que surgen del juego entre el cuerpo, la luz y la sombra", explica Mah. Weston fue miembro del mítico Grupo f/64, que defendía una fotografía limpia y directa, pero con el tiempo sus imágenes adquirieron una mayor densidad psicológica, como puede verse en las fotografías de edificios abandonados y cementerios que hizo para un proyecto sobre el libro de Whitman Hojas de hierba. Weston pasó los últimos diez años de su vida en una casa de madera que le construyó un hijo, con la rutina diaria de salir con la cámara para tomar fotografías en los árboles, las piedras y otros elementos que encontraba. "Mirar la naturaleza, la geología, le dio una dimensión del tiempo muy larga", dice Mah. Precisamente la última foto que tomó, minado por el Parkinson, fue la de unas rocas de Point Lobos.

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