Muere Robert Wilson, el artista total del teatro de vanguardia
El director de 'Einstein on the beach' ha fallecido a los 83 años "después de una enfermedad breve, pero aguda"
BarcelonaEn el Kunstfest de Weimar, hace dos años, entre decenas de estudiantes que le escuchaban con devoción, o en un camerino del Liceu el año pasado, recibiendo a este periodista para una entrevista con una postura estudiada, el director teatral Robert Wilson (1941-2025), que ha fallecido este jueves a los 83 años, imponía. XX, y lo acentuaba con una actitud seria. Pero todo cambiaba cuando empezaba a hablar, fuera de su método de trabajo, de sus obras más destacadas o de que aún se sentía como si tuviera. "seis años" cada vez que se ponía a trabajar en una nueva prenda. Entonces se le iluminaba la mirada y podía ser que se pusiera a interpretar a diferentes personajes para acompañar sus explicaciones sólo modulando la voz.
"La mente es un músculo", decía Wilson. También decía que "el cuerpo se mueve más rápidamente de lo que pensamos" y que es necesario aprender a ser "mecánico" para ser más libre. A la directora del Museu Tàpies, Imma Prieto, que le invitó a trabajar con los títeres que Joan Miró hizo para Muera el Merma cuando era la directora del museo Es Baluard, Wilson le resumió su interés por el teatro como un arte total. "Es arquitectura, pintura, luz, poesía, danza, música y filosofía. Todas las artes se pueden encontrar en lo que llamamos teatro. En el sentido latino de la palabra, el teatro antiguo era opus, es decir, todo incluido", decía Wilson, que empezó haciendo unos audios para los títeres de Miró y acabó haciendo una obra de teatro.
"Wilson dio la vuelta a la manera de entender el teatro. Cuando le vi trabajar, me di cuenta de que no era un director teatral, sino un artista que piensa en la escena. Hacer luces o movimiento con él era entender cómo calculaba cada gesto al milímetro, cómo pintaba la escena", recuerda Prieto. De hecho, Wilson es considerado un revolucionario por cómo jugó con el tiempo, ralentizando los movimientos de los actores y los diálogos, cuando los había, y por la potencia de sus imágenes, y caracterizadas por su mínimo, caracterizadas por su mínimo. con imágenes muy sencillas", recordaba el director artístico Felipe Fernández en el documental Absolute Wilson.
La noticia de la muerte de Robert Wilson la ha hecho pública el Watermill Center, el centro de creación en Nueva York que fundó y del que era el director artístico. Discretamente, Wilson murió "tras una enfermedad breve, pero aguda". "A pesar de afrontar su diagnóstico con determinación y una mirada clara, sintió la necesidad de seguir trabajando y creando hasta el último momento", dice el comunicado.
En Barcelona, Wilson visitó el Liceu por última vez el año pasado para presentar su versión deEl Mesías de Händel con el arreglo de Mozart. Debutó la temporada 1992-1993 conEinstein on the beach, la ópera de Philip Glass, y volvió conPelléas et Mélisande, de Debussy, la 2011-2012. Y su revolucionaria puesta en escena deUbu se pudo ver en el TNC.
La formación inicial como arquitecto
Nacido en Waco (Texas) en un ambiente conservador, la formación de Wilson empezó en el campo de la arquitectura y la pintura. Se interesó por la danza cuando, tras trasladarse a Nueva York, se sintió atraído por el trabajo de coreógrafos como George Balanchine, Merce Cunningham y Martha Graham. Wilson logró un éxito internacional en los primeros años 70 con Deafman glance (Le regard du sourd), una ópera silente que creó con Raymond Andrews, un chico sordomudo que adoptó. Pocos años después incluyó textos de un adolescente autista, Christopher Knowles, en Einstein on the beach(1976), la ópera revolucionaria que hizo con Philip Glass.
A lo largo de su trayectoria, Wilson trabajó en más de 200 montajes, entre los que también hay Life and times of Joseph Stalin(1973-74),Death, destruction & Detroit(1979) y el proyecto puesto en marcha coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Los AngelesThe civil wars(1983‑84), que debía durar 12 horas, pero quedó incompleto. Y durante todos estos años, Wilson colaboró con grandes autores, músicos y artistas como William Burroughs, Tom Waits, Laurie Anderson, David Byrne, Susan Sontag, Marina Abramović y Lady Gaga. De Wilson, Sontag dijo en el mismo documental que tenía una "ambición infinita", pero que era demasiado "excéntrico" para lograr "el éxito comercial" que ansiaba. Pero, en cambio, su obra marcó diferentes generaciones de artistas y puede encontrarse en trabajos populares como el musical El rey león.
Una vida marcada por la generosidad
Para los colaboradores más próximos, entre ellos el arquitecto figuerense Enric Ruiz-Geli, Wilson era "Bob Wilson". Y Ruiz-Geli recuerda su fundación, la Bird Hoffman Watermill Center Foundation, de la que es patrón, como lugar excepcional. "El Watermill Center no es el museo del Bob Wilson, sino la casa de los artistas, nuestra casa, tu casa. Un laboratorio de performance, un lugar para soñar en futuros transdisciplinarios", dice Ruiz-Geli. "Precisamente ha sido aquí donde Bob ha pasado sus últimos días de vida", explica. De hecho, el centro ha vuelto a abrir este jueves a las 4 de la tarde, hora local. "La vida del Bob estuvo marcada por la generosidad –añade–, la dedicó a los. A defender la imaginación y el arte de la infancia. A celebrar y poner en escena el mundo del autismo. Una vida dedicada al silencio". Y ese silencio está pensado para poderlo "escuchar".
"La vida de Bob estuvo dedicada a parar la velocidad de la tecnología. En los clásicos. A los shakers", continúa Ruiz-Geli. "Una vida dedicada a la cerámica. A coleccionar dibujos de mis hijos, a querer el diseño. Una vida dedicada a las personas más freaks y más woke que hay en Estados Unidos. Una vida dedicada a: Have a great day"."Ser testigo durante estos años de esa generosidad me llena de energía y de responsabilidad. Y esa responsabilidad sigue en silencio", concluye.