Teresa Solar: "Soy muy rehén de la escultura"
El Macba dedica la primera antológica al artista, uno de los nombres destacados de la Bienal de Arte de Venecia de 2022
BarcelonaLa exposición que el Macba dedica a Teresa Solar hasta el 9 de marzo recuerda por momentos un museo más pequeño encabezado en las salas impolutas del edificio de Meier. Sería un museo de ciencias naturales, en el que los dibujos con formas orgánicas de Teresa Solar (Madrid, 1985) hacen de prólogo en una sala presidida por cuatro de las gigantescas esculturas que ella llama tuneladoras: las tres tienen un cuerpo de barro del que se despliegan unas extremidades de resina que pueden recordar unas palas, unas hélices o unos tentáculos. Las primeras de la serie pudieron verse en la Bienal de Arte de Venecia del 2022, y dos de esas esculturas las compró el Macba y ahora están expuestas en la torre del museo.
"La Bienal de Arte de Venecia fue un revulsivo espectacular. Después de estar ahí parece que todo tenga que pasar de inmediato, y no es así, es muy lento, pero la ola es enorme", afirma Solar. La directora de aquella Bienal, Cecilia Alemani, le llamó cuando había terminado la primera de las tuneladoras, y Solar decidió ir a por todas. "Estaba feliz porque la vi y pensé que era buenísima. Es emocionante sentir que hay un valor enorme en una de tus piezas. Así que cuando me hicieron la propuesta lo vi clarísimo. Salimos a ganar", recuerda artista. Y la sorpresa fue aún mayor porque cuando llegó a Venecia se dio cuenta de que Alemani le había reservado un puesto de honor dentro del Arsenale. "Volví de Venecia levitante", dice Solar.
Las tuneladoras hacen pensar en unas criaturas marinas, y otros trabajos de la exposición en órganos internos como tráqueas. Pero la obra de Solar tiene muchas capas, y surgen de reflexiones sobre lo escenográfico, el lenguaje, el artificio, el industrial y el artesanal... "Los elementos plásticos de las tuneladoras tienen que ver con el Barroco , y hallazgos que he hecho durante el proceso de creación han llegado para quedarse, pero yo no tengo casa. Tienes que estar construyendo todo el rato, no te puedes quedar encerrado en uno. De hecho, creo que ya estoy fuera otra vez", dice Solar.
La exposición lleva por título Teresa Solar Abboud. Sueño máquina de pájaro. Antes del Macba pudo verse en el centro CA2M de Madrid en una versión reducida, y volverá a concentrarse cuando la exposición viaje a la Fundación Sandretto Re Rebaudengo de Turín. La del Macba es la primera antológica del artista, y Solar asegura que en sus esculturas más recientes resuenan sus primeros vídeos. "Hemos creado un recorrido por los proyectos más importantes que han marcado el lenguaje de Teresa", asegura Clàudia Segura, responsable de la colección del Macba y comisaria de la exposición junto a la directora del CA2M, Tania Pardo. Y es también la primera vez que Solar expone sus magníficos cuadernos de trabajo, que son como libros de artista. "De todo mi trabajo, lo que me hace más feliz es la escultura. Soy muy rehén de la escultura", dice Solar.
En el vídeo de 2009 You have been trackingos Solar documentó un paisaje medio real medio ficticio: un oasis construido en Tabernas (Almería) para el rodaje de la película Lawrence de Arabia. La balsa se la llevaron, y ahora las palmeras habitan el sitio como elementos extraños. Hija de padre español y madre egipcia, Solar habla árabe, pero no puede leerlo ni sabe escribirlo. En otro de los vídeos, En el Haggara (2015), se puede ver cómo va a una antigua tumba egipcia a buscar a su abuela y su tía-abuela. "Mi árabe es muy extranjero", dice Solar, una idea que vuelve a encontrarse en una gran ballena blanda colgada del techo, evocadora de Moby Dick.
Una generación de mujeres artistas "desacomplejadas"
Teresa Solar se siente muy cercana a colegas de generación como la navarra June Crespo y la barcelonesa Eva Fàbregas, esta última también representada en la nueva presentación de la colección permanente del museo. Y las tres representan el peso de las mujeres artistas en una tradición que ha sido sobre todo masculina. "Gracias a las mujeres que lucharon en los setenta, nuestras madres, nuestras tías, ya somos una generación totalmente desacomplejada", subraya.
Aun así, es necesario mantener la guardia. "No puede volver a pasarnos que mujeres artistas que fueron más importantes que sus compañeros de generación, como Susana Solano o Cristina Iglesias, aquí no se le prestara atención durante mucho tiempo –advierte Pardo–. Si en los 80 las Guerrilla Girls se preguntaron si las mujeres tenían que estar desnudas para entrar en los museos, nosotros podemos preguntarnos si las mujeres deben tener 70 años para entrar en los museos. La respuesta es que no, deben tener 35, y tenemos que 'apostar por artistas que están en un momento de efervescencia de su trayectoria'.