Prehistoria

Más cerca de saber quién era la Dama de las Montañas

Nuevos estudios antropológicos revelan el origen de los ocho inhumados en la cueva de Montanissell

BarcelonaEn Coll de Nargó (Alt Urgell), en medio de acantilados, hay cueva de Montanissell. Al final de un pasillo estrecho y de un pozo de unos 28 metros de profundidad, en el 2004 un grupo de aficionados a la espeleología hicieron un hallazgo extraordinario: una inmensa galería con una cámara funeraria delimitada por grandes bloques de piedra. Alguien hace más de 5.500 años depositó con mucho cuidado ocho cuerpos: un hombre, una mujer y seis niños. Desde entonces, este entierro, bautizado con el nombre de Dama de las Montañas, que puede verse en el Museo Arqueológico de Cataluña (MAC), ha despertado muchos interrogantes. ¿Por qué alguien de forma intencionada quiso ocultar estas inhumaciones en la parte más recóndita de la cavidad? En la Edad del Bronce, la mayoría de entierros se hacían en cuevas de poca profundidad o en dólmenes. ¿Quién era la mujer, depositada en la parte central con un ajuar único en Cataluña? Los dos brazaletes en espiral y la diadema de bronce que llevaba son excepcionales y tan sólo se han encontrado parecidos al otro lado de los Pirineos (en Suiza y Hungría) o en El Argar (una cultura del sur de España que desapareció hace 3.500 años). ¿Por qué el hombre estaba enterrado en un rincón? ¿Y quiénes eran los niños? ¿Eran familia?

Este viernes, durante la jornada Despertando la Dama de las Montañas que se ha realizado en el MAC, se han revelado los resultados de los nuevos estudios antropológicos que se han realizado en el Centro de Investigación de Geociencias y Medio Ambiente de Toulouse (GET). La ciencia avanza a pasos de gigante y ahora se pueden tener datos más precisos de quiénes eran estas ocho personas enterradas. Se sabía que la mujer tenía entre 35 y 45 años cuando fue enterrada y que en el momento de morir se produjo una fractura en el brazo. Hay una niña de 7 años que también murió al poco de fracturarse el fémur. Probablemente, mujer y niña fueron enterradas de forma simultánea. En un corto período de tiempo se enterraron otro niño de siete años, un hombre de entre 40 y 45 años, una chica de entre 19 y 21 años que llevaba un collar de denas de bronce, dos niñas de 14 y de 12 años, y un niño de 10 años.

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"La mujer no es la madre de ninguno de los niños", explica Núria Armentano, arqueóloga y antropóloga, responsable del Laboratorio de Paleopatología del Museo de Arqueología de Cataluña y profesora de la UAB. "Cuando hicimos las primeras investigaciones, una de las hipótesis es que debía de ser un grupo que venía o del este de Europa, de Suiza o de El Argar, porque sólo habíamos encontrado ajuares similares en estos lugares", añade. Sin embargo, los análisis han constatado que los individuos enterrados en la cueva probablemente habían nacido cerca del lugar en el que fueron enterrados. Hombre, mujer y niños tenían una alimentación bastante parecida, algo que contrasta con las investigaciones de otros yacimientos de una cronología similar donde existen diferencias entre la alimentación de hombres y mujeres.

"Los niños fueron destetados hacia los 2 años, lo que rompe el mito de que en la prehistoria los niños tomaban el pecho hasta más tarde", detalla Armentano. Tenían una alimentación de proteínas animales terrestres y vegetales. "Los estudios morfológicos han demostrado que tenían hipoplasia [el crecimiento de algunos tejidos podría haberse detenido por falta de proteínas animales], pero esto puede que no fuera algo excepcional en aquella época", asegura el arqueólogo y antropólogo Víctor Morcillo. "Podemos decir que seguramente son individuos locales por los análisis de los dientes, que demuestran que desde el destete lo que comían y bebían era del territorio. Cuando decimos local queremos decir que debían de ser de la zona pirenaica y prepirenaica", asegura Morcillo.

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Muchos linajes femeninos

No se puede saber si el hombre era el padre de los niños, pero la genética sí ha demostrado que no compartían la misma madre. "Los datos genéticos constatan que hay varios linajes femeninos", asegura Cristina Santos, profesora de la Unidad de Antropología Biológica de la UAB. ¿Cómo se explica esa diversidad en un grupo tan pequeño? "Una hipótesis podría ser que pertenecían a un grupo mucho mayor, pero es difícil de imaginar en esta zona montañosa. La otra es que había mujeres que venían de fuera del grupo, que es algo que sucede en otros lugares durante 'Edad del Bronce. Otros estudios han explicado que eran las mujeres las que se movían y se integraban en otro grupo en la edad adulta", añade Santos. ¿Podría haber habido, pues, migración pero de corta distancia? Se harán más análisis genéticos para ajustar más los resultados.

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Desde una mirada actual puede sorprender que, teniendo un ajuar tan rico, su alimentación fuera deficitaria: “Los niños comían lo mismo que la mujer. Estudios como éste ayudan a desmitificar la idea de que en aquella época un estatus social o cultural superior implicaba un estilo de vida diferente. Quizás la mujer era alguien importante, pero vivía como el resto", resumen Morcillo.