Bienvenidos a la isla de Shakespeare

Ariel es el resultado de la colisión entre dos universos creativos: el del cineasta gallego Lois Patiño (Samsara) y el del argentino Matías Piñeiro (Hermia & Helena), que ya habían escrito y dirigido conjuntamente el cortometraje Sycorax, una especie de precuela de este filme. En Ariel, finalmente, Piñeiro sólo aparece como coautor de la idea original, pero se puede rastrear su influencia desde la misma sinopsis: una actriz (Agustina Muñoz, colaboradora habitual del director argentino) llega a una isla de las Azores para participar en una representación teatral de La tormenta, de Shakespeare. Allí se encontrará con la misteriosa Ariel (Irene Escolar), quien le explica que los isleños no son personas de carne y hueso sino personajes de obras shakespearianas repitiendo eternamente su papel.

El punto de partida literario y el juego entre realidad y representación, típico de la obra de Piñeiro, convierten esta película en la más abiertamente vinculada a la ficción de la filmografía de Patiño, así como la más lúdica y voluntariamente ligera. Un tratamiento visual atmosférico, el cuidado con el que se filma el paisaje y el uso de estrategias que convierten la pantalla en un lienzo (virados de color, sobreimpresiones) demuestran que éste es, sobre todo, un filme de Patiño. El cambio de rumbo existencialista, y pirandelliano, del último tercio de la película es conmovedor, pero no resuelve la sensación de estar contemplando una obra bipolar, que se debate entre la comedia metanarrativa y la indagación metafísica.