'A la deriva': una recapitulación de las transformaciones de China actual

La nueva película de Jia Zhangke entra, en cierto modo, en una interesante dialéctica con Blosoms Shanghai, la serie de Wong Kar-wai que también se acaba de estrenar, en lo que se refiere al seguimiento de las mutaciones que ha vivido China en las últimas décadas por parte de dos figuras de referencia del boom del cine asiático. Wong Kar-wai, el director de Deseando amar, se dio a conocer con una práctica del melodrama estilizado que dejaba en segundo plano, hasta ahora, el contexto histórico. Al contrario, desde sus primeros films, Pickpocket (1997), Platform (2000) y Unknown pleasuras (2002), Jia Zhangke se convirtió en el gran renovador realista del cine chino contemporáneo, el representante de una nueva generación que, a diferencia de la anterior, la que formaban Zhang Yimou y Chen Kaige, no miraba tanto hacia el pasado del país como hacia el presente más inmediato en un país de cambio de las tribunas paradigma brutal del modelo socioeconómico.

La introducción viene a cuento porque, con A la deriva, Jia Zhangke propone una recapitulación de la historia reciente de China a través de su propia trayectoria. En un curioso ejercicio que combina el remontaje de diferentes filmes, sobre todo deUnknown pleasuras, Naturaleza muerta (2006) y Ash is purest white (2018), con la incorporación de metraje nuevo, A la deriva plantea una recapitulación de los cambios en China a lo largo de este siglo de la mano de dos personajes recurrentes que se convierten en la caja de resonancia íntima de las mutaciones grandiosas en el país. Pero A la deriva también se puede leer como un merecidísimo homenaje a una de las actrices más potentes y menos reconocidas del cine contemporáneo, Zhao Tao, cuya evolución aquí se capta en todos sus matices hasta el magnífico plan final.

[Puede consultar las proyecciones en versión original subtitulada en catalán en este enlace]