¿La serie de Wong Kar-wai está a la altura de las expectativas?
En 'Blossoms Shanghai', las fluctuaciones del mercado parecen arrinconar el peso de los sentimientos
- De Wong Kar-wai. En emisión a se VOSCat en Filmin
A Wong Kar-wai le permitía hacer una serie. Hablamos de uno de los cineastas contemporáneos que más sobresale en el melodrama, y de un creador al que le gusta dilatar sus historias, que se expanden a menudo por diferentes dimensiones espaciales y temporales, como en los grandes seriales. También lo hace en Blosoms Shanghai, su debut en la ficción televisiva, con una narración en torno al giro hacia el capitalismo de la sociedad china, representado en el ascenso fulgurante de Ah Bao (Hu Ge) un joven que se enriquece cuando entra en funcionamiento la bolsa de Shanghai y se convierte en la figura más carismática de la ciudad. A partir de la novela de Jin Yucheng, Wong sigue las transformaciones brutales que ha vivido China contemporánea, en una serie de 30 episodios (15 accesibles para la prensa) que pone en evidencia una vez más al genio del director de Happy together a la hora de recrear hasta el más mínimo detalle el oír de una época, desde los objetos a todo tipo de platos, de los más populares (el chow fun de ternera) a los más extravagantes (los fans de la gastronomía gozarán con los episodios en los que se establece una guerra culinaria entre establecimientos rivales).
De hecho, Blosoms Shanghai recoge todos los ingredientes habituales en la filmografía del responsable de Deseando amar, de la puesta en escena preciosista al magnífico trabajo en la recreación de aquellos interiores cargados de vidas infinitas. Sin embargo, los primeros episodios dejan un sabor a insatisfacción. La serie quiere transmitir esta vertiginosa transformación hacia la economía de consumo y la competencia que esto genera entre los distintos personajes, por lo que Wong parece haber cambiado las fluctuaciones de los sentimientos habituales en su cine por las fluctuaciones del mercado. Y sus protagonistas se muestran más energéticos y competitivos que melancólicos y enamorados. Los conflictos románticos que alimentan a las tres mujeres alrededor de Bao, la sofisticada y misteriosa Li Li (Xin Zhilei), la ingenua pero determinada señorita Wang (Tiffany Tang) y la pícara y honesta Ling Zi (Ma Yili), compensarían este aspecto, aunque no se acaba de equilibrar. Wong, además, pone en el centro un registro que en sus filmes quedaba de fondo: el de unos personajes secundarios populares que pueden resultar muy estridentes o vulgares para quien identifique al cineasta con una sobria sofisticación. El director ha abrazado sin prejuicios muchos de los secretos del éxito de una serie televisiva, lo que explica posiblemente que Blosoms Shanghai haya funcionado tan bien en su país de origen y, en cambio, decepcione quizá a los fans occidentales del director.
La comparación con 'Succession' y Scorsese
La ficción se ha comparado con Sucesión sobre todo por una banda sonora que remite inconfundiblemente a la de esta serie. Pero tendría más que ver con aquellas películas de Martin Scorsese que retratan la fascinación de los personajes masculinos por las dinámicas depredadoras del capitalismo.El lobo de Wall Street esconde, tras el retrato de la cara más seductora del capitalismo, una crítica a su funcionamiento. Shanghai Blossoms, en cambio, parece celebrar la forma en que China ha abrazado el capitalismo más salvaje. En una ficción ambientada en los años noventa en la que se recurre a menudo a material de archivo para contextualizar los eventos, no se menciona a Tiananmen y se reivindican los "discursos inspiradores" de Deng Xiaoping. También es verdad que Wong reencuentra su vertiente más romántica, melancólica, incluso experimental, en los episodios más tardíos que regresan al pasado de los protagonistas para explicar los inicios de sus relaciones, marcadas por el amor, la ingenuidad y la herida emocional. Como si quisiera dejar claro cómo el capitalismo ha dejado atrás la posibilidad de amar.