Netflix estrena un impresionante retrato de tres mujeres en proceso de duelo
Tres hermanas se reúnen durante los últimos días de vida de su padre en 'Las tres hijas'
'Las tres hijas'
- Dirección y guión: Azazel Jacobs
- 101 minutos
- Estados Unidos (2023)
Con Natasha Lyonne, Carrie Coon y Elizabeth Olsen
La preciosa y impresionante Las tres hijas, la nueva película de Azazel Jacobs, hijo del cineasta experimental Ken Jacobs y director de French exit (2020) o The lovers (2017), recupera una imagen dramática especialmente poderosa: tres mujeres reunidas en un espacio dramático. No son tres mujeres cualesquiera, porque esa trinidad femenina está formada por tres hermanas distanciadas desde hace tiempo que se reúnen en el apartamento de Manhattan donde crecieron para despedirse de su padre, en estado terminal.
Las tres hijas declina en clave neoyorquina el teatro trágico del luto tan fructífero en la ficción universal, aunque Jacobs aprovecha este marco narrativo no tanto para hablar de la pérdida, que también, como para indagar en la vulnerabilidad de unas mujeres que personifican, al mismo tiempo, un tipo de feminidad concreta. Carrie Coon es Katie, la hermana mayor antipática y controladora que esconde una necesidad imperiosa de ser amada; Natasha Lyonne (Russian chorro) interpreta a Rachel, que ha estado viviendo con su padre este tiempo y ocupa sus días con apuestas deportivas y cervezas; mientras que Elizabeth Olsen da vida a Christine, la sensible hermana pequeña con una vida familiar casi perfecta.
Como muchas de las grandes películas sobre mujeres, Las tres hijas supera la visión arquetípica de las feminidades retratadas y ensancha, además, su condición de obra de cámara –o pieza de teatro filmada– gracias a una planificación de las presas y el montaje que en algunos momentos es sutil y sinuosa y, en otros, hostil y arrebatada. El proceso de despedirse de las personas que amamos se parece un poco a ese carrusel sentimental en el que la espera melancólica y los reproches se transforman, a veces, en un sincero punto de encuentro. Esta película es un emocionante ejemplo.