Premios Oscar

Los cuatro catalanes que han ganado el Oscar

Un director de fotografía, dos maquilladores de efectos especiales y un productor se han llevado a casa la estatuilla

BarcelonaEn la próxima edición de los Oscar, que se celebran en la madrugada de este domingo, el cine catalán podría recoger tantos premios como en las 95 ediciones anteriores. La sociedad de la nieve, de JA Bayona, está nominada a la mejor película internacional y al mejor maquillaje y peluquería, y la producción catalana Robot dreams, a la mejor película animada. En el mejor de los casos, seis catalanes podrían regresar de Los Ángeles con la estatuilla: Bayona, los maquilladores David Martí, Montse Ribé y Ana López-Puigcerver y los productores de Robot dreams, Sandra Tapia e Ignasi Estapé.

En los casi 100 años de historia de los premios, son sólo cuatro los catalanes premiados con el Oscar. El primero fue el director de fotografía Néstor Almendros (Barcelona, ​​1930 - Nueva York, 1992) por su magnífico trabajo en Días del cielo (1978), la segunda película del genio esquívolo Terrence Malick. Almendros creó con Malick imágenes de gran belleza de la América rural, la mayoría capturadas sin luz artificial y durante elhora mágica de la puesta de sol o al amanecer.

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Antes del Oscar, Almendros no era muy conocido en nuestro país, ya que se había exiliado en Cuba en 1948 huyendo del franquismo (y en 1961 marcharía de Cuba huyendo del castrismo), pero su trayectoria es incuestionable: trabajos con François Truffaut (El pequeño salvaje, Domicilio conyugal), Éric Rohmer (Pauline en la playa, Mi noche con Maud) y Jean Eustache (Mis pequeños amores), y otras tres nominaciones al Oscar por Kramer contra Kramer (1979), El lago azul (1980) y La decisión de Sophie (1982). Por tanto, no es sólo el primer catalán ganador del Oscar, sino el más nominado (cuatro ocasiones, en total).

Los siguientes catalanes en ganar un Oscar –en el 2007, 28 años después que Almendros– fueron los nominados este año David Martí y Montse Ribé por el maquillaje de efectos especiales deEl laberinto del fauno, de Guillermo del Toro, con quien volverían a trabajar en Hellboy 2 y La cima escarlata. Durante los últimos 25 años, el estudio de Martí i Ribé (DDT) ha sido la referencia en efectos especiales en Cataluña y España, haciendo realidad los sueños más terroríficos de JA Bayona y Jaume Balagueró.

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El cuarto ganador catalán de un Oscar es del 2022: Leo Sánchez, el productor del corto de animación The windshield wiper (El limpiaparabrisas), dirigido por el madrileño Alberto Mielgo. El premio a Sánchez y Mielgo quedó algo eclipsado porque fue una de las ocho categorías que se entregaron ese año una hora antes del comienzo de la retransmisión, un experimento para acortar la duración de la gala que los Oscar no han repetido. Nacido en Hospitalet de Llobregat, Sánchez se marchó a Londres a los 17 años para trabajar en varios estudios de animación hasta que, a partir de 2006, Disney lo incorporó a los equipos de Bolt (2008) y Enredados (2010). Más adelante fundó el estudio propio que acabaría produciendo el corto de Mielgo.

La primera nominación, en 1952

La historia de los catalanes nominados al Oscar comienza antes que la de los ganadores: en 1952, cuando Antoni Clavé, pintor reputado que frecuentaba el círculo parisino de Picasso, recibió dos nominaciones por su trabajo en El fabuloso Andersen, una por el vestuario y otra por la dirección de arte. Clavé había trabajado como escenógrafo en ballet y teatro, trasladando su experiencia al cine en este musical dirigido por Charles Vidor.

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En 1963, Francesc Rovira Beleta se convirtió en el primer director catalán nominado al Oscar al mejor filme internacional (entonces filme de habla extranjera) gracias a Los tarantos, musical flamenco inspirado en Romeo y Julieta y ambientado en la periferia chabolista de Barcelona. Pese a no ganar el Oscar, que fue para Ocho y medio, de Federico Fellini, el éxito internacional de la película animó a Rovira Beleta a rodar otro musical gitano en 1967, El amor brujo, que también fue nominado al Oscar (y perdió a manos de Trenes rigurosamente vigilados, de Jirí Menzel).

En 2003, un documental que había nacido en 1994 como un reportaje del programa 30 minutos logró una nominación al Oscar al mejor documental. Balseros, dirigir por Carles Bosch y Josep Maria Domènech, recogía primero el testimonio de siete cubanos que habían huido de la isla en botes de fabricación casera y se reencontraba con ellos siete años después para valorar el resultado de la aventura.

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En 2011, la coproducción catalana Chico y Rita, de Fernando Trueba y Xavier Mariscal, también estuvo nominada al Oscar a la mejor película animada, y en el 2016 fue el barcelonés Juanjo Giménez lo que luchó por el Oscar al mejor cortometraje con Timecode, que unos meses antes había ganado la Palma de Oro de Cannes al mejor corto. La espina clavada del cine catalán, sin embargo, es que todavía no han nominado al Oscar ninguna película en versión original catalana: ni Pan negro ni Verano 1993 ni Alcarràs superaron el primer cribado de la shortlist.