Cine

El coraje de Laura Poitras y Nan Goldin gana el León de Oro en Venecia

Cate Blanchett y Colin Farrell se llevan las copas Volpi de la Muestra

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La directora Laura Poitras, ganadora del León de Oro

VeneciaLa norteamericana Laura Poitras no figuraba en la lista de favoritas a llevarse el León de Oro de la 79.ª Muestra de Venecia. Su magnífico documental All the beauty and the bloodshed, que se presentó los primeros días de festival, se había visto desplazado a un segundo plan por el desfile de estrellas de Hollywood invitadas al Lido. Por suerte, el jurado presidido por Julianne Moore le ha otorgado este sábado el estatus que merecía y ha convertido este retrato fílmico de la dramática y subversiva odisea vital de la fotógrafa Nan Goldin en el segundo documental que gana el León de Oro, después del conseguido por el italiano Gianfranco Rosi en 2013 por Sacro GRA. Sobre el escenario de Sala Grande de la Muestra, con el dorado galardón en las manos, Poitras ha señalado: “He conocido a mucha gente valiente en mi vida, pero no hay ninguna como Nan”.

Poitras sabe de qué habla cuando habla de coraje. En el año 2014, con el estreno del documental Citizenfour, sobre la figura de Edward Snowden, la documentalista se situó en medio de una batalla legal e ideológica contra los sistemas de vigilancia masiva desarrollados por agencias de inteligencia de todo el mundo. En 2016 Poitras repitió la jugada con Risk, un retrato poco complaciente de la intimidad de Julian Assange. Aun así, a pesar del incuestionable valor político de estos films, All the beauty and the bloodshed supone un enorme salto artístico para la directora bostoniana. Sobre el papel, su retrato de Nan Goldin podría parecer elemental, puesto que la cineasta utiliza tres materiales básicos: la voz de la célebre fotógrafa, sus instantáneas y la filmación del activismo de Goldin contra la familia Sackler, a quien el artista considera responsable de la epidemia de opioides que ha acabado con centenares de miles de vidas solo en Estados Unidos. Pero es justamente esta depuración formal la que eleva el valor de la propuesta: la diáfana presentación de las fotografías –Poitras no osa hacer piruetas con el montaje– aparece como el perfecto acompañamiento del relato en primera persona de una vida marcada por la lucha contra los estigmas que acompañan las víctimas de la drogadicción, la violencia de género y el comercio sexual. 

Jafar Panahi, presente

En su discurso de agradecimiento, Poitras ha tenido un recuerdo por el cineasta iraní Jafar Panahi: “Ayer asistí a la proyección de No bears y no me puedo creer que el director de esta gran película esté en prisión. Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos para conseguir su liberación”. El jurado se sumó a este clamor por la libertad de expresión entregando un premio especial al film de Panahi, que propone en No bears una afilada analogía entre la persecución en Teherán de los opositores del régimen iraní y el conjunto de tradiciones y leyes atávicas que impera en el Irán rural. 

Por su parte, el director italiano Luca Guadagnino ha dedicado su León de Plata a la mejor dirección –por Bones and all, un azucarado drama romántico protagonizado por caníbales adolescentes– a los cineastas iraníes disidentes Panahi y Mohammad Rasoulof. La nómina de cineastas con premio se ha completado con la francesa Alice Diop, autora del excelente Saint Omer, una meditación sobre la maternidad y la condición de las mujeres francesas de origen africano tocada por el espíritu de Marguerite Duras.

Copes Volpi para Hollywood

A pesar de que Cate Blanchett es australiana y Colin Farrell es irlandés, nadie duda de que estamos ante dos grandes estrellas del cine americano. Así, las copas Volpi de esta Muestra se pueden leer como un primer paso en el camino hacia los próximos Óscar de Hollywood. Dicho esto, el de Cate Blanchett ha sido el premio más cantado de la noche. Su encarnación de una brillante pero autoritaria directora de orquesta en TÀR de Todd Field es una de aquellas interpretaciones que dejan clavado en la butaca. Menos esperado era el premio a Farrell, que en The banshees of Insherin interpreta a un hombre con pocas luces que ve como su mejor amigo, un hombre con inquietudes artísticas interpretado por Brendan Gleeson, le gira la espalda con el argumento de que no quiere seguir perdiendo el tiempo con charlas insustanciales. El inglés Martin McDonagh, que ya dirigió a Farrell y Gleeson en Escondidos en Brujas, ha ganado el premio al mejor guion por esta mirada nihilista a la cara más oscura del alma humana.

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