Cine

"Trabajar con Viggo Mortensen me ha dado credibilidad como director"

Lisandro Alonso, el poeta radical del cine argentino, firma con 'Eureka' su trabajo más ambicioso

BarcelonaEl día a día de un hombre que vive en la Pampa cortando árboles con su hacha. La libertad (2001) fue la minimalista carta de presentación de un director clave en el cine de autor del siglo XXI, Lisandro Alonso (Buenos Aires, 1975). Veintitrés años y cinco películas después, el argentino culmina su carrera con su trabajo más ambicioso: Eurekaes un viaje a través del tiempo y el espacio que va del western postmoderno en thriller seco, y de la gélida Dakota del Norte en la selva amazónica, pero siempre a través del filtro radical de un autor que desnuda el cine de historias y psicología en busca de la verdad de la poesía. Le acompaña en esta búsqueda el escritor argentino Fabián Casas, coguionista deEureka y de la anterior Jauja (2014), trabajos en los que Alonso despliega "una poética muy distinta" de la de sus primeras películas gracias a la colaboración de Casas, que le ha impulsado a "buscar nuevas geografías ya jugar con el uso de la cronología". Asimismo, añade, cree haber llegado "al máximo de experimentación" con estos elementos. "La próxima película será más parecida a las primeras; ya he investigado y viajado lo suficiente", asegura.

Eureka está estructurada como un tríptico misterioso de historias conectadas de modos inesperados. En la primera, un western en blanco y negro y pantalla cuadrada, Alonso se reencuentra con el protagonista de Jauja, un Viggo Mortensen en la piel de un cowboy que busca a su hija en una ciudad de mala muerte donde Chiara Mastroianni parece que baraja las cerezas. "Conocí a Viggo a través de Fabián, pero en los 10 años que han pasado desde Jauja hemos mantenido el contacto –explica Alonso–. Él me contaba sus proyectos y yo le hablaba del mío, y siempre ha estado presente e interesado. De hecho, él me abrió la puerta de las primeras familias que conocí a Pine Ridge, la reserva india de la segunda parte, y me aconsejó cómo introducirme".

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La asociación con Mortensen, reconoce, ha hecho que mucha más gente se acerque a su cine. Se dan cuenta de que mis películas no enferman ni causan la muerte. Trabajar con Viggo, un actor nominado al Oscar, me ha dado credibilidad como director". La credibilidad de la cinefilia ya la tenía, pero se multiplica con el fichaje de Timo Salminen, el director de fotografía habitual deAki Kaurismäki. "Tiene un relato más clásico que yo, más de plano y contraplano –dice–. De hecho, la parte del western la dirigió más él que yo. Timo estaba tan contento que me dejé llevar por su entusiasmo, ya la película le caía".

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Lily Gladstone, la conexión con Scorsese

En el segmento central deEureka, la acción –siempre exigua en el cine de Alonso– se centra en el trabajo de una policía que recorre el territorio de una reserva india. La película no esquiva el retrato de la soledad y marginalidad de una comunidad expulsada del sueño americano y arrasada por el alcoholismo, pero huye del registro social para construir una especie de Fargo silencioso y rico en resonancias. Es tentador incluso trazar paralelismos con Los asesinos de la luna, de Martin Scorsese, con el que coincidió en Cannes, pero Alonso lo descarta –"no es la película que más me gusta de Scorsese, parece que quiere agradar a Dios y al demonio al mismo tiempo", dice– y admite una única conexión : "Estuve seis meses intercambiando mails con Lily Gladstone para que hiciera de policía, pero ella acabó decidiendo que no se sentía cómoda mostrando esta realidad".

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Un arrebato de fantasía que desgarra el tejido del tiempo –y de la lógica– empuja Eureka hacia una tercera parte en la que una comunidad indígena del Amazonas toma el protagonismo. Alonso escenifica la irrupción de la violencia y del capitalismo en un mundo regido todavía por las leyes de la naturaleza, donde conviven rituales ancestrales y la codicia de buscadores de oro brasileños. "La película oficializa la curiosidad que siempre he sentido por ciertas comunidades indígenas –dice el director–. Siempre he trabajado con gente que tiene formas de vivir y rituales muy parecidos a los que se practicaban hace medio siglo, gente que pisa la tierra con los pies descalzos". Alonso, de hecho, rechaza los arquetipos con los que la ficción retrata a estas comunidades: "El indígena con arco y flecha ya no existe, es una foto de archivo. Ahora las sangres están mezcladas y el último de los mohicanos desapareció hace mucho tiempo".

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Trailer de 'Eureka'

[En este enlace se pueden consultar las proyecciones en VOSC]