El Club Premio del ARA visita la futurista sala de columnas que se esconde dentro de la presa de Susqueda
Se descubre a un grupo reducido de suscriptores la magnífica obra que ingenia Arturo Rebollo con sólo 26 años
Toma de Susqueda (Osor)Un árbol caído cierra el paso de la pequeña carretera que lleva del Pasteral a la presa de Susqueda. Un paisaje suspendido en el tiempo. Por suerte, unos operarios ya lo están apretando justo a tiempo para llegar puntuales a las 11 horas frente a la magnífica toma de doble curvatura. A diferencia de Sau, en 1967 se inauguró una obra de ingeniería inédita en el Estado: curvada en plano horizontal y también en vertical. Lo cuenta con una palpable emoción el responsable de Enel de la zona, Xavier Jou. Junto con Toni Morilla, visitaremos el interior de la presa con una treintena de suscriptores del Club Premium del ARA que aseguran sentirse muy "afortunados".
Es una visita bastante inédita, gestionada a partir del reportaje que hizo Daniel Romaní en verano dentro de la serie publicada en el ARA sobre espacios asociados a la ingeniería del agua en Cataluña, con el apoyo de la Agencia Catalana del Patrimonio Cultural de la Generalitat. Ahora Enel sólo abre sus puertas de vez en cuando a grupos de arquitectos, ingenieros o estudiantes para que conozcan una infraestructura pionera en la época. El interés es también explicar bien lo que hacen "para desmentir fake news que corren por las redes", señala Jou, quien dice que la Agencia Catalana del Agua (ACA) tiene muy pautado cuando pueden sacar agua del pantano para hacer energía eléctrica.
Después de media hora de explicación técnica, nos ponemos cascos de protección, nos dividimos en dos grupos y nos disponemos a entrar en las entrañas de la presa de Susqueda. Recorreremos los 360 metros del cauce derecho del Ter a la izquierda. Se puede hacer a través de siete galerías horizontales y una perimetral en forma de viene baja que baja hasta el fondo del valle. Está hecha sólo con hormigón, sin hierro, para que pueda dilatarse y contraerse y adaptarse al movimiento. Hoy en día todo está monitorizado y no trabaja ningún operario, así como en la central eléctrica.
Una suscriptora deja al perro amarrado fuera para poder entrar. Otra, al ver las galerías, decide dar marcha atrás. Puede llegar a ser bastante claustrofóbico, más aún cuando Jou nos enseña el cable que va hasta el fondo de la presa para detectar si hay movimientos importantes. Sin embargo, la tranquilidad es ver que todo está monitorizado constantemente. También las juntas entre bloques de hormigón, que son el punto más débil de la presa.
El recorrido tiene una gran recompensa final: la sala de las columnas. Quien diría que en uno de los extremos de Susqueda se esconde un gran hall futurista, hecho totalmente de hormigón, que podría ser la portada de una revista. Es obra, como todo en la presa y también en la central eléctrica, del ingeniero zamorano Arturo Rebollo. Digo ingeniero, pero también podría llamarse arquitecto y licenciado en ciencias geológicas, historia del arte, antropología, filosofía, estética e ingeniería geológica. En total, siete títulos universitarios.
Obra de un artista total
Rebollo logró convencer para crear una presa inédita en España en la década de los 60. Fue un diseñador total, con alma de artista renacentista. También hizo el monumento a los constructores –1.000 personas en total– ya los 33 fallecidos. Pasados los 90 años, todavía visitó la sala de columnas con su hijo. Jou recuerda cómo explicaba que al sacar el encofrado en el hormigón de la escalera helicoidal que lleva, nadie quería pasar por debajo.
La sala de columnas es la muestra como ingeniería, arquitectura y estética pueden ir de la mano. Columnas hiperbólicas con cinco puntos de apoyo para ayudarle a descargar la base, con una iluminación totalmente adaptada para crear aún un efecto más sorprendente. Además, dispuestas de forma que se vean paralelas al salir de la presa pero lado a lado y en profundidad al entrar a través de una escalera impresionante.
Jou se despide de nosotros atravesando la presa de por medio. El pantano está a más del 80%. Sau, en cambio, en las últimas semanas ha bajado. Este otoño falta lluvia, pero ahí no se nota. Es un claro ejemplo de un sistema formado por tres pantanos imprescindibles para el suministro de agua a Barcelona. Ahora, con la desalinización, quizás cada vez menos. Pero igualmente vital para nuestro día a día.